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Bendita maldición

El sevilla se corona en la tanda de penaltis y agranda la leyenda de Bela Guttmann, que hace 52 años condenó al Benfica a la desdicha en Europa

Bendita maldiciónFoto: Efe

SEVILLA 0-0 BENFICA

SEVILLA: Beto; Coke, Nico Pareja, Fazio, Alberto Moreno; M'Bia, Carriço; Reyes (m.78, Marko Marin) (m. 104, Gameiro), Rakitic, Vitolo (m. 110, Diogo Figueiras); y Bacca.

Lanzamientos de penaltis:

BENFICA: Oblak; Maxi Pereira, Luisao, Garay, Siqueira (m. 99, Cardozo); Ruben Amorim, André Gomes; Gaitán (m. 119, Cavaleiro). Sulejmani (m. 25, Almeida), Rodrigo; y Lima.

Tanda de penaltis: 0-1: Lima, marca. 1-1: Bacca, marca. 1-1: Cardozo, para Beto. 2-1: M'Bia, marca. 2-1: Rodrigo, para Beto. 3-1: Coke, marca. 3-2: Luisao, marca. 4-2: Gameiro, marca.

Árbitro: Felix Brych (Alemania). Amonestó a los sevillistas Fazio (m. 11), Alberto Moreno (m. 12) y Coke (m. 98) y a los benfiquistas Siqueira (m. 29) y Almeida (m. 100).

Incidencias: Final de la Europa League disputada en el Juventus Stadium de Turín ante unos 33.000 espectadores según los datos de la organización. Terreno de juego en perfectas condiciones. Asistió al partido, entre otras autoridades, el Príncipe Felipe.

bilbao - Tras ganar en 1962 el Benfica su segunda Copa de Europa, los dirigentes del club de las Águilas decidieron prescindir del entrenador, el húngaro Bela Guttmann, y éste les maldijo: el Benfica nunca más volvería a ganar en Europa. Han pasado 52 años y el conjuro sigue vigente.

El Benfica, desde entonces, ha perdido cinco finales de la Copa de Europa-Liga de Campeones y tres de la Europa League, la última para mayor gloria del Sevilla, que alcanzó la lotería de los penaltis, tras el terminar el tiempo reglamentario y consumida la prórroga sin goles, y se llevó su tercer título continental con pasmosa facilidad. Beto, su histriónico portero portugués, no necesitó realizar alarde alguno, porque Cardozo y Rodrigo tiraron rematadamente mal sus respectivos penaltis. Como si realmente estuvieran mediatizados por la legendaria maldición del técnico húngaro, que volvió a pisotear los laureles europeos al Benfica por octava vez, segunda consecutiva.

El partido no fue especialmente brillante, pero sí tremendamente competido entre dos equipos que mostraron el respeto hacia su adversario. La clase de Reyes le dio un plus al Sevilla. Habilitó a Bacca, al borde del descanso y mareó a los zagueros del Benfica, aunque Garay estuvo cerca de dar un susto a los sevillistas, al igual que Maxi Pereira, que erró la más clara ocasión a escasos metros de Beto, que desvió el balón en un alarde de reflejos

La segunda mitad sirvió para mejorar la imagen del Benfica tras una batería de ocasiones que comenzó con un disparo que salvó Pareja bajo palos. Eran los peores momentos de un Sevilla que tuvo que aguantar el chaparrón cuando Fazio hizo gala de intuición para tapar un claro lanzamiento de Nico Gaitán.

La tuvo Bacca cuando se plantó solo ante Oblak, tras seguir el curso de un magnífico pase de Rakitic, y lanzó el balón rozando la cruceta de la portería lisboeta.

Lima probó fortuna con un disparo desde la frontal, pero nada modificó el empate sin goles y el título se decidió desde los 11 metros. Los cuatro lanzadores (Bacca, Mbia, Coke y Gameiro) tiraron de forma impecable y cerraron un título que alimenta la maldición y glorifica al Sevilla.