BILBAO. Si algo une, es la desgracia;ayer, hoy y los días venideros, el fútboles uno, único e indivisible. TitoVilanova, el entrenador del Barcelona,operado el 22 noviembre de2011 de un cáncer en la glándulaparótida, recayó en su enfermedad.Desde que el médico del club catalán,Ricard Pruna, diera por “curado”a Vilanova, después de la intervenciónde urgencia que obligó aaparcar sus servicios durante seissemanas durante la pasada temporada-año en el que también se diagnosticóel cáncer de hígado al azulgranaEric Abidal-, el técnico delBarça acudía cada dos semanas alhospital Vall d’Hebron de Barcelonapara someterse a las pruebasmédicas pertinentes. Nada había deanormal en los resultados del rutinarioseguimiento hasta el pasadomartes, cuando las alarmas seencendieron, cuando los corazonesse encogieron para comenzar a temblar.

El último control aconsejó a losmédicos que siguen aVilanova desdesu primera operación llevar acabo un segundo análisis a fin deconocer si se trataba de una recaídaen su enfermedad o de un simpleganglio. Los peores augurios se confirmaron,como anunció el Barcelona:“En el seguimiento del procesode la glándula parótida se hadetectado una extensión de su patología”.

Vilanova, hermético al respecto,convencido de cargar con laencrucijada sin alterar el orden culéni condicionar a su entorno con eltemor, comienza así su segundabatalla contra la maldita enfermedad,por la que ha sido cuestionadoy él ha venido contestando con lafrialdad de quien se mantiene distantea la misma. Con la crudezaque concede en ocasiones la sinceridad,con un verso que destila la frivolidadde quien se siente invencible,o, al menos, de quien así lodemuestra con sus ganas de vivir.

“Por mis hijos, que con 14 y 17 añosaúnmenecesitan”, dijo hace un añocomo leitmotiv de su proceso derecuperación, en el foco de su primerasalto ante la desgracia, cuandoaseguró, “estaba tan confiadoque entré (al quirófano) como quienbaja a tomar un café en una terraza”.Es el único caballo de batallaganador, el de la esperanza, el de laconfianza en la fortaleza de uno mismo.Este no es un frente de equipo,porque con el Barcelona sigue siendoinvencible en Liga, protagonizandoel mejor arranque de temporadaen la historia. A Tito no le hadetenido el balón y mucho menos laresponsabilidad.

NADA ES IMPORTANTE Vilanova, asus 44 años, comienza la segundabatalla de una misma guerra. Por depronto, después de ser anulada ayerla comida anual del club con losperiodistas y la conferencia del presidenteSandro Rosell, asuntos quedispararon las especulaciones hastaque el club salió al paso de las mismascon su comunicado oficial, losmédicos han imprimido carácter deurgencia al caso. De hecho, Vilanovaserá intervenido quirúrgicamentehoy mismo. Una situación querevive su pesadilla, la que el técnicorecordaba hace solamente unos días,con motivo del aniversario de su operación,en elmarco de una cita anualque el canal autonómico TV3 realiza,a fin de recaudar fondos solidariospara los afectados por la enfermedad.Allí trató de alimentar conmoral y fuerza a los afectados, reverdeciendoesos primeros momentosde la temida confirmación. “Cuandovi a tanta gente pensé: ‘¡Uf!, noestá tan bien la cosa’, y sobre todoviendo la cara seria de los doctores.

Pero enseguida, por mi manera deser, intenté pensar en positivo y enqué se podía hacer en estos casos,cómo podíamos solucionarlo y, sihay solución, pongámonos rápido,busquemos al mejor equipo”, rememoróentoncesVilanova, para quiencambió la percepción sobre las cuestionestrascendentales de la vida:“Lo que hoy es importante, mañanaya no lo es. Nada es lo suficientementeimportante”.

Ahora es el mañana, todo ese procesode sufrimiento en el que “aveces se piensa que quien más sufreel cáncer es la persona... pero no sési yo lo hubiese soportado al revés”.

“La gente dice que he sido fuerte,pero mi posición era la más cómoda”,atestiguaba sobre su primeravisita al quirófano.

“Desde el inicio tienes que dejarde hacer tu vida durante un tiempo.Yo me encontraba bien y no existíanada que me hiciera pensar quesufría cáncer, pero de golpe te dicen:‘Te ha tocado’. No sentí rabia, perovas por la calle y ves a mucha gentey piensas que entre todos ellos te hatocado a ti. Soy una persona quesiempre se ha cuidado mucho. Hehecho todas aquellas cosas que teníaque hacer para estar bien de salud”,comentaba. Pero el cáncer no comprende,no tiene compasión, noentiende de gestas ni respetos, dehéroes o situaciones, porque si fueraasí no cercenaría la intachablecarrera de Vilanova hacia los altaresdel fútbol. Porque en solo unosmeses nadie cuestiona su talento,inmerso en la boca del lobo como esun vestuario como el del totémicoBarcelona. Al revés, su adaptaciónha sido la que buscaría cualquiermatrimonio, un guante de seda parael banquillo azulgrana, proyectadodesde la modestia y la sensatez, másallá de los conocimientos balompédicosde un tipo que recibió la primerallamada que llevó a cabo Guardiolanada más ser elegido técnicode la plantilla del primer equipo.

¿Tomó alguna decisión el Pep delsexteto sin su consentimiento, sin suaprobación o debate?

TRES O CUATRO DÍAS HOSPITALIZADOTito Vilanova, en un proceso quedeberá repetir con coraje, con elespíritu combativo de otrora, entróal quirófano hace poco más de unaño “nada nervioso”. “Estaba muytranquilo y cuandomedesperté estabamuy feliz. No pensaba en cómome podía afectar estéticamente.Cuando entré en el quirófano, mishijos no sabían que tenía cáncer”,reconoció el técnico culé, que hoyserá operado de nuevo, para posteriormentepermanecer ingresado“alrededor de tres o cuatro días”,según dicta la información emitidapor el Barcelona.

Seguido, Vilanova “se someterá a tratamiento de quimioterapia yradioterapia”, en un intervalo que“durará alrededor de seis semanas”,periodo en el que, en función de suevolución, “podrá compatibilizar eltratamiento y su vida laboral”.Mientras tanto, obligadoVilanovaa dar un paso al costado, Jordi Roura,segundo entrenador del Barça, sehará responsable del primer equipo.En su anterior lucha, Tito permaneciómedio año alejado de sus funciones,pero a priori, esta segundaausencia será menos prolongada.“El entrenador es Tito”, se apresuróa decirRoura tras ocupar temporalmenteel cargo.

REACCIONES La noticia trajo consigoun reguero de reacciones que trasladabanánimo para el afectado.Antes incluso de que el Barcelonahiciera pública la información, cuandolas especulaciones deambulabanpor internet, el Real Madrid manifestósu “apoyo, cariño y afecto” alpreparador, así como al propio clubcatalán, consternado por una realidadque relega las gestas deportivasde la impecable temporada.Yes queel hecho llega con el equipo afincadoen la cúspide, con un paradisíacoescenario en el que, sobre la excelenciadeportiva -46 puntos de 48posibles en la Liga y la continuidaden Copa y Liga de Campeones-, sehabían anunciado las renovacionesde Messi, Xavi y Puyol.

Todo esto está ahora aparcado enla cuneta de la actualidad que rodeaal Barcelona. Atañe el maldito destino,ese que ha querido que Eric Abidalretornara ayermismoa los entrenamientosjunto al resto de sus compañeros.

El francés, que ha superadoun cáncer y un transplante dehígado, es la puerta de la esperanza,el espejo para un Vilanova que ahoradeberá pasar a educar su mente,a entrenar su optimismo, a encendersu voluntad, el único sendero queinvita a la recuperación y, ¿por quéno?, que le devolverá al banquillodonde ha hecho del adjetivo de históricouna rutina permanente, el pande cada día, eso sí, con toda la naturalidaddelmundo.Comoafronta losproblemas Tito.