BILBAO. OCURRIÓ el pasado 23 de octubre, en Old Trafford, en el derbi de Manchester entre el United y el City. En el minuto 22, Mario Balotelli, delantero del Manchester City, convirtió el primero de los goles de un partido que acabaría con un 1-6 para los de Roberto Mancini. El punta italiano ni se inmutó. Se limitó a levantarse la camiseta y mostró al mundo un escueto mensaje: "Why always me? (¿Por qué siempre yo?)". Con este lema, SuperMario sintetizaba su propia existencia, su gusto por la extravagancia, su tendencia a ser siempre protagonista dentro y fuera de los terrenos de juego, ya sea para lo bueno o para lo malo. La víspera había sido noticia por incendiar su casa cuando junto a unos amigos se disponía a lanzar fuegos artificiales desde el cuarto de baño -posteriormente fue imagen de una campaña de prevención del uso de la pirotecnia y aprovechó los trabajos de reforma para construir un circuito de carreras en su jardín- y cuentan que después de ese partido, en el que metió dos goles, dedicó un par de horas a pasearse por las calles de Manchester al volante de su Bentley chocando la mano a todo aquel que se identificara como hincha del City. "Porque puedo", acostumbra a responder a los que le preguntan por la razón de sus excentricidades. La última de ellas tuvo lugar la pasada semana, cuando irrumpió en una de las aulas del Xaverian College de Manchester para pedir permiso para utilizar sus servicios. "Aparcó su coche frente al instituto, entró y preguntó por la ubicación del baño. Después visitó la sala de profesores y se dio una vuelta por el patio antes de marcharse", narró uno de los presentes.

No es fácil aplicar un patrón de conducta a Balotelli, ni fuera ni dentro de los terrenos de juego. Se trata de un futbolista que, a sus 21 años, reúne todas las características para ser uno de los mejores del planeta -calidad técnica, físico envidiable, rapidez, capacidad goleadora...- pero sus cortocircuitos mentales le impiden rendir al nivel que de él se espera. Le ocurrió en el Inter y le sigue pasando ahora en el Manchester City.

Inter de Milán

Piques con 'Mou', fotos con la mafia y la camiseta del Milan

Nacido en Palermo de padres ghaneses que habían llegado a Italia de manera ilegal, Mario fue dado en adopción a Francesco y Silvia Balotelli con 2 años de edad, después de que sus progenitores no tuvieran recursos económicos para pagar el tratamiento necesario para curar una enfermedad intestinal. Se formó como jugador en el Lumezzane, a los 15 años pasó una prueba con el Barcelona, pero finalmente fue contratado por el Inter, con el que debutó en la Serie A a los 17 años. El punta no tardó en mostrar su calidad, pero tampoco su volátil carácter, chocando frontalmente con José Mourinho. El luso le apartó de la primera plantilla en enero de 2009 y a partir de ahí su relación fue de amor-odio. Una discusión entre ambos acabó con el jugador cantando a pleno pulmón en el vestuario el himno del Milan, gran enemigo del Inter y club de los amores de Balotelli.

La tensión llegó a su punto más álgido en marzo de 2010, cuando fue objeto de una broma en el programa televisivo Striscia La Notizia. Un reportero le entrega en un restaurante la camiseta del Milan con la que no solo no dudó en posar sonriente, sino que acabó poniéndosela cuando, por error, pensó que las cámaras ya no filmaban. Mourinho volvió a apartarle del equipo y, aunque semanas después volvió a las convocatorias, su futuro en el Inter ya estaba sentenciado. En la ida de semifinales de la Champions ante el Barça fue abucheado por la afición de su equipo y él, furioso y provocador, respondió lanzando la camiseta al suelo tras el pitido final.

Fuera de los estadios, Balotelli también dio que hablar en suelo italiano. En junio de 2010, con motivo de la entrega del premio Golden Goal, pidió visitar el barrio de Scampia, en la periferia de Nápoles, lugar en el que opera la Camorra y acabó sacándose fotos con dos de los capos locales, por lo que fue investigado por los carabinieri. Semanas después, permaneció detenido durante dos horas en Brescia después de que se colara en una cárcel de mujeres -"vimos un Mercedes de gran cilindrada traspasar la puerta de la cárcel. Al cabo de unos minutos nos dimos cuenta de que uno de los pasajeros era Balotelli y procedimos a su identificación. Parecían atemorizados. Dijeron que vieron la puerta abierta y que entraron sin imaginar que fuera necesario un permiso especial para visitar una prisión", relató uno de los policías que le interrogó-". Mario se excuso con un "sentía curiosidad".

Manchester City

Peleas, accidentes y rondas de 1.150 euros en los pubs

Desde su traspaso al Manchester City en agosto de 2010 a cambio de 21 millones de euros, la vida de Balotelli se ha convertido en un anecdotario. Ha llegado a las manos con varios compañeros en los entrenamientos, ha provocado tanganas en las gradas por su forma de celebrar los goles -parado y con los brazos cruzados justo delante de los hinchas rivales-, reconoció ante las cámaras de televisión que su pasada temporada había sido "una mierda", fue sustituido por Mancini en un amistoso contra Los Angeles Galaxy después de que intentara resolver de tacón un mano a mano con el portero y en Kiev por una extraña reacción alérgica al césped, dijo desconocer quién era Jack Wilshere (Arsenal) cuando fue entrevistado por ganar el trofeo Golden Boy, su técnico le ha pedido incluso en público que "deje de fumar", en youtube aparece un vídeo en el que es incapaz de colocarse el peto de entrenamiento... Tampoco se ha cortado lo más mínimo desde su debut con Italia el 10 de agosto de 2010, dos días antes de cumplir 20 años. Durante un duelo de clasificación para la Eurocopa contra Islas Feroe pasó el rato en el banquillo jugando al Angry Birds y consultando su página de Facebook antes de jugar los seis minutos finales, mientras que en un amistoso ingresó al terreno de juego con una camiseta antigua, por lo que tuvo que acudir a la banda para cambiársela.

Pero ha sido fuera de los estadios donde Balotelli ha dado mayores ejemplos de su díscolo carácter. Dos semanas después de aterrizar en Manchester destrozó su lujoso Audi R8, en los nueve primeros meses en la ciudad inglesa acumuló 11.000 euros en multas de tráfico y sus vehículos han sido retirados por la grúa en más de 30 ocasiones. Una vez fue el propio Manchester City el que tuvo que acudir al depósito para llevarse un Maserati que Mario simplemente había abandonado y en otra ocasión la policía le interrogó por la aparición de 30.000 euros en metálico en la guantera de su coche. "Porque soy rico", respondió el jugador sin cambiar el gesto. Además, sus líos de faldas han sido también famosos y fue multado con 113.000 euros por lanzar dardos a los juveniles del City "para evitar el aburrimiento".

Pero el lado excéntrico de Balotelli tiene también un lado positivo. Hace meses acudió a una escuela de Manchester para denunciar un caso de bullying sobre un niño que había conocido en la calle, regaló 1.000 euros a un vagabundo después de haber ganado 25.000 en la ruleta, se dice que cada vez que reposta en una gasolinera invita a todos los que en ella se encuentran y en la pasada Nochebuena dejó 230 euros en la canastilla de una iglesia antes de visitar diversos pubs de las zonas más pobres de la ciudad, donde pasó horas hablando con los vecinos, gastando en uno de ellos 1.150 euros en invitar a la concurrencia. Tal es su fama, que durante la Navidad se llegó a rumorear que por las noches se disfrazaba de Santa Claus para repartir dinero entre los pobres. Preguntado en rueda de prensa no se atrevió a desmentirlo.