"Tampoco tenemos ahora que caernos de repente"
Es una voz autorizada dentro del vestuario. Mide sus palabras, una a una. Pablo Orbaiz tira de un discurso positivista tras el duro palo que supuso el K.O. en Copa a las primeras de cambio. "Lo importante es que el equipo se levanta de todos los golpes que recibe"
BILBAO. La entrevista tuvo lugar la mañana del jueves, horas después de que el Athletic cayera fulminado por el Rayo Vallecano en los dieciseisavos de Copa. Pablo Orbaiz, una referencia de este Athletic, comparte el sabor amargo que produjo la eliminación. El navarro, sin embargo, tira de un discurso revitalizador. "Son cosas que pasan y no queda más remedio que volver a levantarse", subraya.
¡Vaya palo que ha supuesto la eliminación de la Copa a las primeras de cambio!
Está claro que para nosotros la Copa es muy importante todos los años y en éste nos ha tocado un equipo con el que no hemos tenido la suerte de cara ni hemos estado acertados ante el gol, lo que hemos terminado pagando.
Un K.O. que llega seis meses después de la final de Mestalla. O sea, más difícil aún de digerir.
Es otra temporada y se empieza de cero. Hemos llegado a una final, hemos jugado varias semifinales en los últimos años y también nos han eliminado equipos de Segunda División B -Gimnástica Torrelavega y el Real Unión-. Son cosas que pasan y no queda más remedio que volver a levantarse.
Aquellas eliminatorias ante la Gimnástica Torrelavega y el Real Unión fueron a partido único.
Así fue, pero al fin y al cabo son eliminatorias. En principio, partes como favorito, pero se van complicando y en ocasiones no somos capaces de levantarlo.
¿Encuentra alguna explicación convincente?
Una explicación muy simple. En todas las ocasiones que hemos tenido en los dos partidos no hemos estado acertados como en otros partidos, mientras que ellos cada vez que nos han llegado a puerta prácticamente nos han hecho gol. Ante eso, no podemos hacer nada.
Lo cierto es que la eliminatoria se torció en Vallecas. Algo falla cuando se cae 2-0 ante un equipo de Segunda con un once de suplentes.
Si se ve así, está claro. En Vallecas igual tiramos quince veces a puerta, con seis ocasiones clarísimas de gol, en las que no estuvimos acertados. Lo que queda es el resultado, pero en el cómputo de la eliminatoria merecíamos haber estado, no sé si por delante del Rayo, pero seguro que sí más equilibrados.
¿El Athletic se confundió de marcha en el partido de San Mamés?
El equipo, como siempre, salió a darlo todo. Tuvimos nuestras ocasiones como para haber igualado la eliminatoria y de seguido ellos prácticamente la sentenciaron con el 1-1. No sé si el equipo se equivocó o acertó, pero sí que lo dimos todo.
En estos momentos se suele hacer autocrítica. ¿Qué se reprochan?
Cuando un equipo lo da todo, las cosas que se pueden reprochar son simplemente aspectos deportivos del fútbol, que es el entrenador el que los tiene que valorar. Se cometen muchos errores, lógicamente, pero al equipo no se le puede reprochar nada en actitud.
El fiasco llega, además, cuando el Athletic firma sus mejores números en los últimos 15 años en las diez primeras jornadas de Liga.
Hemos jugado tantos partidos que no ha dado tiempo ni de alegrarse ni de lamentarse. Hay que ir a toda pastilla. Ni con las victorias hay que volverse locos, ni con las derrotas caerse. Hay que estar equilibrados y pensar en el siguiente partido.
¿No hay mal que por bien venga?
Lo dirá el tiempo. Tenemos que pelear por todas las competiciones. El Athletic es un equipo que se tiene que dejar la piel en todos los partidos y ello significa que la Copa y la UEFA son muy importantes, pero la Liga es el pilar de todos los equipos.
Al Athletic le queda centrarse únicamente en dos competiciones, por lo que ya no habrá que recurrir a la congestión de partidos.
El equipo está intentado dar la cara en todos los partidos y prácticamente lo está consiguiendo en todos. A partir de ahora, va a ver menos partidos, pero sigue habiendo un calendario bastante apretado.
La Liga, desactivada la Copa, se convierte en el único camino para poder repetir en Europa la próxima temporada.
La Liga siempre es básica para todos los clubes. Estamos en una posición que es bonita, pero todos sabemos que esto da muchas vueltas y lo mismo que estamos ahí, en cuatro o cinco jornadas estamos cambiando el discurso. Hay que estar tranquilos, ir partido a partido e intentar hacer las cosas bien para que los resultados lleguen.
Pero se puede entender que haya ya un objetivo en la Liga, que es luchar por esa sexta plaza.
Todos los años hay objetivos. A día de hoy, el objetivo de todos los equipos, salvo el de los grandes, es la salvación. Es el punto uno y el más importante. Conforme vayan pasando los partidos, de repente un día veremos la clasificación y las jornadas que quedan, que será cuando nos planteemos un objetivo.
El varapalo en Copa se produce en la antesala del parón liguero y con la visita del Barça a la vista. ¿Se hace muy larga la espera?
No hay que ser tan negativos. Hemos caído en Copa, eso es así, pero el equipo ha dado la cara. Tampoco tenemos ahora que caernos de repente con todo el equipo. Hemos tenido un traspié y nos toca mirar con ilusión lo que nos queda.
Este Athletic se ha retratado como un equipo imprevisible, da una de cal y otra de arena sucesivamente. ¿Tan complicado es gestionar una regularidad?
Parece que sí es muy complicado. Si nos pasa a todos los equipos, es porque será difícil. Salvo el Barça, que mantiene una regularidad de victorias casi todos los domingos, pincha todo el mundo. Habrá que ver, por tanto, que es algo normal. Nosotros tenemos rachas que son buenas y otras que no son tan buenas. Lo importante es que el equipo se levanta de todos los golpes que recibe.
Hay otro debate en la calle. El Athletic aplica un patrón de juego en función de si juega Llorente o no. ¿También lo ve así?
Puede ser, pero no es algo negativo, sino muy bueno. Tenemos un jugador que atraviesa por un gran momento de forma y lógicamente el equipo tiene que darle todas las facilidades para que él saque todo lo que tiene y nos haga triunfar a los demás.
No estuvo nada fino en el montón de ocasiones que disfrutó en los dos capítulos de la eliminatoria. Ahí sí que hay una "llorentedependencia" para lo bueno y para lo malo.
Si las ocasiones las tiene, es porque está ahí y las busca. Se puede acertar o no se puede acertar. El día que las mete y hace una jugada imposible estamos todos muy orgullosos, y el día que no las mete no es justo echárselo en cara. Él, como todo el equipo, intenta ayudar, pone todo de su parte y a partir de ahí sólo hay que felicitarle por su trabajo.
A Pablo Orbaiz también se le ve como una referencia a la hora de ejercer en la sala de máquinas.
Yo, como Fernando (Llorente) y todos los demás, intenta ayudar en todo lo que puede e intenta que sus compañeros le ayuden, porque todos pasamos momentos de debilidad o de estado de forma. Por eso, es importante que el equipo sepa aprovechar a los jugadores que en ese momento tienen más confianza que otros que no puedan tenerla.
Muniain ha irrumpido de forma brillante. Los veteranos en el vestuario deben asumir un papel pedagógico.
Hoy en día la gente joven viene más espabilada de lo que éramos nosotros. Maduran mucho antes y él es un chico que tiene las cosas claras, que sabe que es profesional del fútbol, y que lo que tiene ya ganado es muy importante.
¿Conocía un caso similar?
No. A mí nunca me había tocado jugar con un chaval tan joven, pero por edad, porque por carácter y facultades no crees que tenga 16 años. Demuestra cada día que tiene maneras para estar donde está.