Algunas nuevas, otras más antiguas, pero todas ellas son parte esencial de la arquitectura. Estas fachadas se funden con los sabores clásicos del Casco Viejo de Bilbao, el ruido de las celebraciones, las emociones de su vida nocturna y el vaivén de los comerciantes.
El Casco Viejo de Bilbao, a través de sus fachadas
Borja Guerrero
En dirección a la calle Askao se pueden divisar numerosas viviendas con icónicas fachadas de varios colores que van desde el azul, hasta el rojo, verde, amarillo y blanco. Todo el recorrido de la calle está marcado por estas típicas fachadas que también son el hogar de los bilbainos. En ellas también se desarrolla activamente el comercio, ya sea de moda, comida u hogar.
El Casco Viejo de Bilbao, a través de sus fachadas
Borja Guerrero
Pasando por el Puente del Ayuntamiento y caminando por el Arenal, una de las vías de acceso al Casco Viejo es la calle de la Esperanza. Y justo ahí, sobre la repostería Bi by Jatera y frente al Farggi Café Bilbao, se encuentra esta primera fachada. Su paleta de colores juega con el blanco y el terracota, contraponiéndolos a los largos ventanales con pequeñas terrazas llenas de plantas.
El Casco Viejo de Bilbao, a través de sus fachadas
Borja Guerrero
Unos metros después al final de esa calle y coincidiendo con la salida de San Nicolás en la parada del Casco Viejo está la Plazuela de San Nicolás, y en ella se alza la estructura del BBVA y, por lo tanto, su imponente fachada. Ésta, a pesar de pertenecer a una tónica comercial, tiene su encanto. Tiene una gran puerta de metal con tres niveles de ventanas, cada uno con distintos tamaños y tipos de arcos hasta llegar al techo del edificio
El Casco Viejo de Bilbao, a través de sus fachadas
Borja Guerrero
A poca distancia, de hecho, la estructura que se alza justo a su lado, se encuentra la Iglesia de San Nicolás. Esta obra de estilo barroco y de carácter religioso está compuesta por la entrada principal y dos torres pórtico-verticales flanqueantes a los lados. Es una de las vistas más resaltantes del Casco Viejo y cercana al Arenal.
El Casco Viejo de Bilbao, a través de sus fachadas
Borja Guerrero
Posteriormente, girando en dirección a la calle Sombrerería se puede acceder a Plaza Nueva, un lugar histórico para bares y restaurantes entre sus cuatro puntas. La plaza porticada se encuentra rodeada por fachadas continuas con cuatro pilastras jónicas de frontón que la protagonizan y, sobre ellos, el escudo de Bizkaia quiebra mínimamente la horizontalidad de la estructura.
El Casco Viejo de Bilbao, a través de sus fachadas
Borja Guerrero
Otra fachada resaltante es la de la calle María Muñoz 2, detrás de la Iglesia de los Santos Juanes. Encima del comercio Denetarik, se encuentra esta amplia fachada con largos ventanales de distintos tamaños y singulares balcones que destacan por tener diferentes motivos forjados en metal, también posee algunos de estos cubiertos o rodeados por arcos con peculiares figuras.
El Casco Viejo de Bilbao, a través de sus fachadas
Borja Guerrero
Varias calles después, en los adentros del Casco Viejo está la Catedral de Santiago de Bilbao, junto en la Plazuela de Santiago. Esta catedral católica de estilo neogótico tiene una imponente fachada que se encaja en dos contrafuertes y está acompañada por las imágenes de San Pablo. Uno de los elementos distintivos de la estructura es el rosetón que se mantiene en el nivel superior bordado de detalles de fronda y símbolos jacobeos. Y, su característica torre, conformada por el campanario y la aguja, culmina con una espigada aguja que sobresale entre las demás edificaciones del Casco Viejo.
El Casco Viejo de Bilbao, a través de sus fachadas
Borja Guerrero
Unas calles después, encima del negocio Maestros Turroneros, en la calle del Víctor 1 se ubica una fachada de brillante tono blanquecino con llamativos balcones, pero no por lo que sostienen, sino por las baldosas que tienen debajo. Cada uno de ellos posee detalladas baldosas que se divisan desde la calle, estas dan un toque de color con sus minuciosas líneas azules y amarillas.
El Casco Viejo de Bilbao, a través de sus fachadas
Borja Guerrero
Pasos más adelante, en la calle Bidebarrieta 4 sobresale la Biblioteca Central de Bidebarrieta y con ella, su solemne fachada. Hace unos años se sometió a una mejora de imagen en su cara principal para restaurar la piedra, capiteles ornamentales y cornisas. Es un edificio simbólico históricamente como exponente del eclecticismo, además de ser fundado a finales del siglo XIX como sede de la sociedad “El Sitio”, en honor a los defensores bilbainos durante las guerras Carlistas.
El Casco Viejo de Bilbao, a través de sus fachadas
Borja Guerrero
Sumada a todas las anteriores, una de las fachadas más emblemáticas entre la ciudadanía y, sobre todo, entre aquellos que son amantes de la cultura, es la del Teatro Arriaga. El edificio se inauguró en 1890 con un estilo neobarroco y el repertorio decorativo de su fachada toma inspiración de otras instituciones teatrales de la época como el Teatro de la Renaissance de París.
En dirección a la calle Askao se pueden divisar numerosas viviendas con icónicas fachadas de varios colores que van desde el azul, hasta el rojo, verde, amarillo y blanco. Todo el recorrido de la calle está marcado por estas típicas fachadas que también son el hogar de los bilbainos. En ellas también se desarrolla activamente el comercio, ya sea de moda, comida u hogar.