La trayectoria de un hijo cuyo padre ha triunfado en el mismo gremio nunca es sencilla. De entrada, ser hijo de... puede ser una losa demasiado pesada de la que muchos no logran desabrocharse. Hijo de uno de los nombres ilustres del automovilismo, Carlos Sainz Júnior pudo levantar sospechas desde su infancia, dudas sobre su capacidad, incógnitas sobre los méritos realizados para ocupar un asiento al que aspiran los pilotos más rápidos del planeta. Sin embargo, el tiempo ha demostrado que el vástago es otro Matador, como le dicen a su progenitor. Los Sainz son saga de éxito.
Carlos Sainz Júnior ya es historia. El madrileño se ha convertido en el piloto número 112 en firmar una victoria en la Fórmula 1. Lo consiguió en el Gran Premio de Gran Bretaña, en el mítico circuito de Silverstone, donde en 1950 se celebró la primera carrera del Gran Circo. “No sé qué decir, es increíble; mi primera victoria en mi carrera 150 en la F-1, con Ferrari y en Silverstone. Jamás lo olvidaré”, describió Sainz, que a sus 27 años y tras lograr un día antes su primera pole, se convirtió en el segundo piloto español en subir a lo más alto del podio después de Fernando Alonso. Nueve años han transcurrido entre esta última conquista y la anterior. Sainz, discípulo de la perseverancia y el progreso, ha pasado a otra dimensión.
Sainz venció por delante de Sergio Pérez, segundo, y Lewis Hamilton, tercero, después de una alocada carrera que comenzó estremeciendo a todo el mundo. Nada más dispararse la prueba, tres coches impactaron en la misma recta de salida y el monoplaza de Zhou Guanyu terminó arrastrándose panza arriba, recorriendo una gran distancia con el halo haciendo de soporte del coche hasta chocar de forma violenta contra las protecciones. Una imagen escalofriante. Por fortuna, el piloto chino resultó ileso. La introducción del halo como medida de seguridad fue un acierto, como se demostró en este caso.
Tras el accidente, la carrera se detuvo con una bandera de roja, de modo que los cambios sucedidos en esos primeros suspiros, al no haberse superado la primera vuelta, se deshicieron. Es decir, Max Verstappen, que había rebasado al poleman Sainz, regresó a la segunda posición de partida.
Después de la segunda arrancada, Sainz esta vez se defendió con maestría. Si bien no dejó de sufrir el acoso del asfixiante Verstappen. “Es un poco más rápido”, reportó el madrileño, que en la décima vuelta y siendo vulnerable a la presión cometió un error; pisó la hierba. Entonces Verstappen se alzó en cabeza, presto a seguir aumentando su ventaja como líder del campeonato.
Sin embargo, solo dos giros más tarde el neerlandés visitó el garaje intuyendo un pinchazo en su Red Bull. “Es un problema en la carrocería”, concretaron desde su garaje. Verstappen se vería obligado a renunciar a un nuevo triunfo y su misión fue salvar puntos. Acabó en séptima posición. Sumar se pudo dar por positivo ante el aciago día.
Sin Mad Max en la pugna, el debate por la victoria dejó a tres principales candidatos: los Ferrari, con Sainz y Charles Leclerc, y Hamilton, espoleado ante su público y con un Mercedes en progresión. El británico llegó incluso a dar atisbos de un posible triunfo. Desde luego, su ritmo fue temible.
Sainz, en cabeza, comenzó a ser acechado por su compañero de equipo. Asimismo, Hamilton recortaba diferencias con sus predecesores. Ferrari entraba en un dilema. “Acelera el ritmo”, ordenaron al madrileño. El ritmo de Leclerc era ciertamente superior, como se demostró después de que ambos pilotos completaran sus respectivos cambios de neumáticos. Con calzos nuevos, Leclerc se cobró el mando de la prueba. Corría la vuelta 31 de las 52 acordadas. Y eso que el monegasco rodaba con un alerón dañado.
Pero la vida depara sorpresas que reparten suerte o desgracia. En la vuelta 39 el coche de Esteban Ocon se detuvo en plena recta de meta, lo que obligó a la entrada del coche de seguridad. Sainz y Hamilton aprovecharon para completar nuevos pit-stops sin ceder diferencias. De modo que Leclerc permanecía al frente pero con gomas desgastadas. Nada más relanzarse la prueba, en el giro 42, Sainz rebasó sin contemplaciones a su compañero para recuperar el liderato. “El coche de seguridad me ha dado una segunda oportunidad”, admitió el madrileño, que, entonces sí, vislumbró la materialización del sueño de cualquier imberbe piloto.
Por detrás, Leclerc, Sergio Pérez, Hamilton e incluso Fernando Alonso protagonizaron una apasionante lucha por la segunda plaza, con una secuencia de adelantamientos impresionantes. Un auténtico espectáculo en el que venció Checo Pérez, segundo, ante Hamilton, Leclerc y Alonso, que fue quinto. “Han sido unas vueltas finales épicas”, atestiguó Pérez. Alonso, por su parte, terminó reclamando una sanción para Leclerc por defender su posición de manera ilegal.
Estos resultados añaden emoción al campeonato, donde Verstappen cede puntos. Su ventaja se reduce de 46 puntos a 34 con respecto a Pérez y de 49 a 43 en relación con Leclerc. Además, se confirma que Sainz puede dar guerra y que Mercedes ha dado “un paso adelante”, tal y como afirmó Hamilton. Pero fue el día de Carlos Sainz Júnior y su histórica victoria.