¿Qué impresiones tiene de lo que llevamos de campaña?

Estoy contenta, la verdad. Estoy viendo que en la calle la gente, que podía estar un poco más desesperada por la repetición de las elecciones, está asistiendo a los mítines, y yo la veo motivada.

Pero, ¿si abre el plano y ve la campaña del Estado?

Es verdad que desde el Estado el PP y el PSOE están intentando que sea esto una campaña presidencialista. A mí lo que me preocupa es lo que se pueda hacer desde Euskal Herria para poder tener suficiente representatividad como para poder ser todavía más decisivos de lo que hemos sido esta legislatura.

Confían en mantener o mejorar los resultados de mayo. ¿Cuál es su principal adversario?

Mantener los resultados y mejorarlos, sin duda. Y en cuanto al adversario, lo que nos tiene que mover como país y como sociedad es frenar a la derecha, se llame Vox o se llame PP. Ese es el adversario a batir, que es un adversario común como pueblo y que nos debería hacer reflexionar. Confío en que las fuerzas de izquierdas independentistas volvamos a ser muy determinantes en esta legislatura.

Pero, incluso aunque su resultado sea bueno, todo dependerá de los números que salgan en el conjunto del Estado. ¿Contempla la posibilidad de un gobierno de PP y Vox?

Yo lo contemplo, no como posibilidad, sino como riesgo. Hay que ser conscientes de que está muy abierto y puede pasar. Pero yo confío en que no.

Si pasa, el escenario será muy diferente al que conocemos.

Sí, pero a EH Bildu nos pilla con los deberes hechos. Estamos fuertes. Vamos a ser más fuertes todavía. Y la fortaleza nos sirve para los dos escenarios. Si viene un gobierno de PP-Vox, ya veremos, sabremos hacerle frente también. Y ya sabemos lo que nos viene porque lo hemos visto muy recientemente. Volverán los recortes y, además, de inmediato, porque la derecha no va despacito. Así como, en esta legislatura, para conseguir avances sociales, económicos o políticos, la izquierda española y el gobierno han ido despacio, han sido timoratos.

Y ahora nos encontramos con que ese gobierno timorato es el mal menor...

Puede ser. Y espero que hayan aprendido la lección: si tú vas dejando espacios a la derecha, la derecha se apropia de ellos y es muy difícil luego recuperar ese terreno.

Planteada así la situación, ¿su apoyo en la investidura sería a cambio de nada?

Esto no es un mercado. Hablamos de derechos y de libertades. Y hablamos de oportunidades. Y lo que tenemos que ver es qué oportunidades se abren. Si es un gobierno de progreso, saldrán oportunidades, y se trata de aprovecharlas.

Pero ya vienen escarmentados de algunos titubeos, de algunos incumplientos o retrasos del Gobierno español en cumplir las promesas…

No sé. El balance que hacemos de todos los acuerdos que hemos conseguido con el Gobierno español es correcto. Han cumplido en aquello a lo que se habían comprometido con nosotras. No recuerdo ahora mismo un acuerdo que no haya sido cumplido. Y hay muchos acuerdos muy positivos.

Sin embargo, cuando se le pregunta a Sánchez o a portavoces del PSOE, dicen que no han sido tantos y que se trataba de cosas puntuales…

Sí, estamos en campaña electoral, pero es algo que no resiste un debate. La gente ha visto ya que hemos sido decisivos y que muchas cosas han salido adelante gracias a nosotros y las hemos mejorado. Las aguas volverán a su cauce, estoy convencida. Pero sabes que, aunque no debería ser así, en elecciones se dicen cosas que no se mantienen.

Pero es que no han sido solo declaraciones, sino también hechos concretos. Es más que posible que, si no hubiera habido campaña electoral, ahora hubiera gobierno en Nafarroa.

Eso sí, seguro. Pero la cuestión es que el PSOE acusa mucho la presión de la derecha.

¿Solo de la derecha o también de una parte de su propio electorado que no quiere verlos con ustedes?

Creo que esa parte es mínima. Creo que la base del PSOE ve bien los acuerdos de su partido con Esquerra y con Bildu porque ve que las mejoras son evidentes.

¿Entre esos acuerdos ha estado el acercamiento de los presos y el fin de la dispersión?

El acercamiento de los presos era una cuestión de sentido común y de democracia. Punto.

Sí, pero eso lo ha sido siempre. Y solo han cambiado las cosas cuando el PSOE ha necesitado unos ciertos votos…

Ha cambiado cuando ha habido un gobierno de progreso que creo que se ha dado cuenta de la situación. Algo de pedagogía democrática también hemos aportado. Con los presos se ha tenido en cuenta ese sentido común que enlaza con la humanidad.

Conseguido el acercamiento, ¿la siguiente estación es la amnistía?

Hay cuestiones que deberán resolverse. Supongo que con el tiempo se podrán hacer cosas y deberán resolverse con sentido común. Hay cuestiones que siguen siendo injustas. Hay presos que deberían estar en la calle si se aplicaran las normas que se aplican al resto.

Ha dicho que el lema ‘Que te vote Txapote’ es una ofensa para las víctimas’. ¿En qué sentido lo es?

Yo lo que he visto en medios de prensa y en declaraciones es que a las víctimas no les ha gustado. Y ahí ya no nos pronunciamos. Lo que sí haremos siempre es mantener el principio de respeto a las víctimas, de respeto a su dolor y que nada que se haga incida en aumentar ese dolor.

Les han pedido que, si piensan eso, condenen los asesinatos de Xabier García Gaztelu.

Ya lo sabemos y no pararán nunca quienes quieran estar anclados en el pasado. Hay partidos y formaciones políticas que quieren quedarse anclados en el pasado y utilizarlo como arma y herramienta para atacarnos, pero yo creo que la sociedad vasca, que es a la que nos debemos, sabe perfectamente qué labor se ha hecho desde EH Bildu y sabe que nuestra apuesta es sincera y que seguiremos dando los pasos que haya que dar.

Durante años, la izquierda abertzale sostuvo que no servía de nada estar en Madrid. ¿Han cambiado de idea?

Desde que existe EH Bildu no ha habido ninguna duda. Hay tiempos que responden a una situación y condicionantes. EH Bildu se formó desde diferentes sensibilidades de este país, y desde ese momento tuvimos claro que había que participar en las instituciones del Estado.

Se les reprocha que ahora actúan como ha venido actuando el PNV.

Pues no. Las líneas de actuación son diferentes. Nuestras agendas son diferentes porque representamos agendas diferentes. La nuestra es feminista, abertzale, de avances sociales, de izquierdas. En algunos temas estamos de acuerdo con el PNV; en otros, sobre todo en materia social, no.

¿Hay una competencia entre los dos partidos por ver quién ‘saca’ más a Madrid? Incluso en cuestiones en las que tienen la misma postura.

Es verdad que hay ciertos temas en los que la unión de fuerzas conseguiría muchos más réditos y muchos más objetivos, por ejemplo todos los que tienen que ver con el autogobierno. Es verdad que hay temas en los que deberíamos unir fuerzas porque el interés es el de todos los vascos y las vascas.

Uno de esos asuntos puede ser la cuestión territorial vasca, que no ha avanzado esta legislatura. Ahí el PSOE no se ha movido.

Es cierto que el tema territorial no se ha abierto, pero creo que esta legislatura tiene que ser el momento de explorar vías. No podemos plantearlo solo nosotras. Aquí tiene que haber el concurso del PNV. Dependerá de cómo queramos hacerlo tanto el PNV como nosotras, pero deberemos hacerlo y, a partir de ahí, podremos pedir explicaciones en Madrid.