Si las dos formaciones abertzales fueron las vencedoras de la noche electoral en Euskadi, en Gipuzkoa su resultado se expresó con más autoridad si cabe. En una noche muy reñida aunque con los jeltzales siempre por delante, la victoria fue para el PNV, que con el triunfo de ayer cierra un ciclo exitoso de seis convocatorias seguidas, desde las anteriores parlamentarias, liderando las preferencias de los guipuzcoanos.

El PNV ganó un representante (pasando 9 a 10 escaños) y aumentó su porcentaje de voto (de 34,30% a 36,53%), que se sitúa en los niveles que disfrutó en el tiempo anterior a la escisión. Por contra, retrocedió en sufragios, unos 9.000, que se explica por el sensible aumentó de la abstención, que en Gipuzkoa, con el 45,44% (cinco puntos más que hace cuatro años) fue el más bajo de los tres territorios de la CAV.

Nadie que conozca la realidad sociológica de Gipuzkoa podía creer la encuesta en la que el CIS otorgaba al PNV una ventaja de más de 17 puntos sobre EH Bildu. Apenas 4.000 votos separaron al PNV de EH Bildu, un punto y medio porcentual. El margen se ha estrechado respecto a hace cuatro años, cuando los jeltzaltes materializaron su victoria con una distancia de casi 20.000 papeletas y cinco puntos de diferencia.

Y es que EH Bildu, pese a la bajada de la participación, logró crecer en votos (6.000) y en cuota porcentual (6%). Pero su gran resultado todavía no le alcanza para superar a los de Ortuzar. La última victoria de las siglas de la izquierda abertzale se produjo en las europeas de 2014, cuando todavía surfeaba la ola que levantó el anuncio del fin de la violencia. Desde entonces, incluida la cita de ayer, el PNV ha ganado las nueve convocatorias por márgenes que nunca han superado los cinco puntos de diferencia.

El PNV fraguó su victoria en los dos municipios más populosos: Donostia e Irun. Tras años arrastrando las consecuencias de la traumática escisión, la llegada a la alcaldía de Eneko Goia hace cinco años ha consolidado plenamente la marca en la capital. Ayer, se impuso con notable autoridad, sacando más de 10.000 votos y 13% de distancia a EH Bildu. El comportamiento fue también excelente en Irun, mejorando pese a la abstención, su resultado de hace cuatro años y aventajando a EH Bildu en más votos que los que cosechó la coalición independentista.

EH Bildu, por su parte, volvió a mostrar su fortaleza municipal, amarrando sus feudos históricos, siendo el territorio con más victorias parciales y arrebatando al PNV la victoria en localidades como Arrasate o Tolosa.

En cualquier caso, estas elecciones han vuelto a mostrar que Gipuzkoa es netamente abertzale. Además, es una sensibilidad al alza: la suma de ambos partidos alcanza ya el 71,87% del voto, nada menos que 8% más que hace cuatro años. Y es que las formaciones de matriz estatal o se han estancado o se han hundido, como el PSE, Podemos y PP-Ciudadanos.