- La campaña es un continuo choque con Urkullu, primero criticaron su equidistancia con el fascismo y después le acusaron de ser un lastre para el soberanismo.

—Hay un choque de modelos. El modelo Urkullu es esa equidistancia con el fascismo, un modelo de precariedad, un modelo de gestión de la pandemia que no ha sido el adecuado. Por otro lado está el modelo EH Bildu, que prioriza a las personas. Son dos modelos de hacer de país.

¿La base de la campaña de EH Bildu es la confrontación con el PNV?

—Es un momento clave en el que hay que tomar decisiones importantes para el país y por eso hay que dejar claro que defendemos modelos distintos. No es una cuestión electoral, sino que es el momento de decidir.

Gobiernan en Durango con Podemos, sin embargo Otegi aseguró que un tripartito con la formación morada y PSE es ciencia ficción.

—En Durango se trabajó junto con Podemos barrio a barrio. Con unos mismos objetivos, puedes acordar un programa. Y nosotros queremos gobernar, pero no decir que somos los tres de izquierdas y vamos a gobernar. Vamos a gobernar, sí, ¿pero para qué? Eso es lo que importa. Y con los socialistas, hemos llegado a acuerdos en Irun y hemos propiciado que gobierne Chivite en Nafarroa.

Los últimos sondeos dan subida a PNV, PSE y EH Bildu. ¿Qué le dice?

—Nosotros tenemos muy buenas perspectivas. Son unas elecciones en las que creemos que es difícil hacer sondeos por todo lo que hay detrás con la pandemia. Pero tenemos muy buenas sensaciones y salimos a ganar. Todavía hay mucho en juego

¿Teme la abstención? Se dice que EH Bildu tiene un electorado muy fiel.

—Nuestra gente es muy formal y muy fiel, en eso no tenemos dudas.

¿Que nos deja el covid-19 en Euskadi y en Bizkaia en particular?

—Nos ha dejado claro los dos modelos de país hay sobre la mesa. Todo el mundo habla de cómo Osakidetza se ha enfrentado a la crisis, pero Osakidetza venía mal de antes, con recortes. Se habían recortado camas y la pandemia lo que ha hecho es poner más evidencia de dónde se venía. Abogamos por revertir esos recortes, acabar con la eventualidad. También habla Urkullu de recortar el paro al 10%, pero ya teníamos una importante tasa de paro. La pandemia ha afectado, pero teníamos tasas importantes. Es una anomalía que en sitios como Barakaldo o Sestao el paro esté en cifras espeluznantes. En Bizkaia, el 2% de población tiene el 20% de la riqueza. Y eso nos lleva a otra propuesta de EH Bildu, implantar la Tasa Covid, que sería para un periodo concreto de unos cinco años, para que las empresas arrimen el hombro. Y a largo plazo hay que plantearse una reforma fiscal para que paguemos en consonancia a lo que tenemos.

Abogan por recuperar la industria.

—En 2007 había 250.000 puestos en la industria y ahora estamos en 205.000. Se ha perdido cantidad de empleo, y no solo ahora con la pandemia, sino que se venía perdiendo empleo desde la anterior crisis económica. Además, debería haber más empleo para las mujeres, que tienen empleos precarios. Y de ahí viene la brecha. Miras a Ezkerraldea y ves la industria que se ha perdido, miras a Durangaldea y tenemos todos los huevos en una cesta, la automoción. Hace crack la automoción y Durangaldea hace crack. Por eso tiene que ser una industria diversificada.

¿Cree que se ha dejado de lado la industria para centrarse más en un país de servicios, con especial énfasis en el turismo?

—Bizkaia se ha hecho a base de la industria y es con lo que se ha podido construir el Guggenheim sin ir más lejos. Me parece bien que se invierta en ese sector, pero igual que he dicho sobre la industria en Durangaldea, hay que diversificar. No estamos en contra del turismo, pero hay que fomentar el empleo industrial y el empleo público, que tenemos una tasa mucho más baja que en Europa.

Abogan también por pensiones mínimas de 1.080 euros. ¿De dónde va a salir el dinero?

—Ya he mencionado antes la Tasa Covid. He dicho que sería algo puntual, pero luego es necesaria la reforma fiscal para que todos arrimen el hombre. Además, hay que ser muy cuidadosos con los gastos. En un momento que andamos justos hay que gastar en educación, en sanidad... Para acabar nuestra parte del TAV faltan 12.000 millones de euros por pagar. Y luego hay que esperar a conectarse a Burgos y al Estado francés. Por eso pedimos una moratoria para las grandes infraestructuras. Un kilómetro del TAV cuesta más de 40 millones de euros y con eso se pueden pagar muchas pensiones.

Urkullu y el PNV hacen gala de su capacidad de gestión, ¿ustedes adolecen de ello?

—Sabemos y tenemos capacidad de gestionar. Somos la principal fuerza municipalista de este país y gestionamos una gran cantidad de municipios. Y podemos decir una cosa que no puede decir el PNV, donde gestionamos hay corrupción cero. Podemos meter la pata, pero nunca la mano. Además, tenemos una cosa que a Urkullu le ha fallado, capacidad de escuchar. EH Bildu sabe gestionar y escuchar, algo que Urkullu no hace, no escucha. Ante la pandemia, Maddalen [Iriarte] le entregó hasta cuatro planes porque quisimos aportar ante la crisis. Pero nada, como quien ve llover. Qué manera de gobernar es esa que en una situación de una grave crisis no es capaz de escuchar al primer partido de la oposición. Creo que por no escuchar, no escucha ni al PSE, su propio socio en el gobierno de coalición.

"El modelo Urkullu es el de la equidistancia con el fascismo, precariedad y gestión poco adecuada de la pandemia"

"Hay que fomentar el empleo industrial y el público, que tenemos una tasa mucho más baja que en Europa"

"Gestionamos una gran cantidad de municipios y podemos decir que en ellos hay corrupción cero"