HABRÁ unos presupuestos solventes y útiles en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV), en la Foral Navarra y en el Estado pese a que los mismos grupos políticos que han castigado con dogmatismo preelectoral los de Urkullu hayan abaratado su apoyo a los del Sánchez. El desmarque de EH Bildu y Elkarrekin Podemos en la Cámara de Gasteiz –al PP no se le espera aún en la política útil en Euskadi– choca frontalmente con la actitud de ambas fuerzas en Iruñea y Madrid, donde el precio de su apoyo dista mucho del dogmatismo ideológico con el que se han situado en la periferia de las cuentas vascas al demandar una modificación estructural de las mismas. El momento preelectoral pesa más en la CAV, donde el pulso municipal y la renovación de Juntas Generales anima a instrumentalizar los presupuestos no como herramienta de gestión del bienestar sino como el marco de una escenificación de ruptura del diálogo político. No en vano, EH Bildu y Elkarrekin Podemos se disputan un espacio cuya resolución va a medir las posibilidades reales de la plataforma que lidera Sortu de reforzar sus bases electorales. En su estrategia de posicionamiento, la coalición ha sabido rentabilizar las necesidades de Pedro Sánchez para homologarse en el Congreso a bajo precio. Ni modificación de la estructura de los Presupuestos Generales del Estado, ni reforma fiscal, ni iniciativas legislativas que garanticen el derecho a decidir y la construcción nacional. Su apoyo anunciado ayer a las cuentas de Sánchez se sustenta en la extensión del mecanismo compensatorio del 15% para las pensiones no contributivas –que ya aplicó Sánchez este año y figuraba en su agenda una vez quede fijado el IPC anual–; la fecha del 31 de marzo para la transferencia de tráfico que ya negoció Uxue Barkos, garantizó el PNV con su apoyo a la investidura del presidente español y, hace apenas dos semanas, anunció la presidenta María Chivite que se materializaría antes de mayo próximo; y el aumento de 200 plazas MIR el próximo año, pese a que en este quedaron casi un centenar vacantes. No son medidas despreciables pero no resultan diferenciales para justificar que el rechazo frontal en Gasteiz se torne adhesión en Madrid. La estabilidad de las cuentas está, no obstante, garantizada en todas las instituciones de Hegoalde pese a su instrumentalización.