Desde hace tres años, Lezama Demoliciones forma parte del clúster, que acoge a cerca de 150 empresas que contribuyen a trabajar en el desarrollo de la sostenibilidad y el medio ambiente, mostrando el valor de la unión.

Algo común a todas las empresas del clúster es que demuestran con sus acciones que la sostenibilidad no es un coste adicional, sino una inversión estratégica que genera valor a largo plazo. En Lezama Demoliciones llevan 30 años realizando la labor social de demoler sobre todo instalaciones industriales que quedan obsoletas, dejando paso a nuevos espacios para desarrollarse, y también demoliendo edificios u obras públicas para abrir nuevos espacios para la modernización de las ciudades. Es una labor que asumen con responsabilidad, por las implicaciones técnicas y de seguridad que tiene, y de igual manera por el impacto que tiene en el medio ambiente, tanto en el propio emplazamiento, como por los materiales que generan al demoler. La gestión ambiental es un punto clave en sus trabajos, y supone un reto igual o mayor que el reto técnico de llevarlos a cabo.

De hecho, las patas fundamentales de sus trabajos son la seguridad y la sostenibilidad. Para esta empresa es innegociable la política de cero accidentes. Sus labores implican actividades de riesgo como trabajos en altura o trabajos en caliente y los estándares que se exigen en seguridad son máximos. Es por ello que están orgullosos de haber acabado sin accidentes obras de mucha duración y con tra bajos de riesgo.

En cuanto a la sostenibilidad, para ellos es un pilar bási co, ya que sus obras generan muchos residuos. Sin embargo, con su proceso de demolición sostenible, consiguen que más del 90% de ellos se valoricen, reincorporándose al mercado como materiales, en lugar de ser depositados en ver tedero. Esto evita tanto que se llenen vertederos, como la extracción de nuevas materias primas, ya que además del metal, convierten hormigón en áridos reciclados, reciclan madera, vidrio o plásticos, y todo ello, habiendo buscado, antes que nada, una segunda vida a compresores eléctricos, enseres y demás elementos, que pueden tener una segunda vida. Su aportación a la economía circular es evidente. Su modelo de demolición sostenible se basa en realizar una exhaustiva auditoría pre-demolición, donde se ve qué equipos o elementos pueden tener una segunda vida y se les da salida antes de la demolición. Antes del inicio de la obra, se desarrolla un paquete de medidas de sostenibilidad mediante la elaboración de una planificación estratégica orientada a la sostenibilidad y la economía circular.

La parte fundamental es la demolición selectiva: segregación de residuos en origen y realización de obra completa pasando por limpiezas previas, desamiantado, trabajos verticales y voladuras. Finalmente, queda la limpie Lezama Demoliciones demuestra en sus acciones que la sostenibilidad no es un coste, es una inversión estratégica de valorización y vaciado del solar preparado para la creación de nuevos proyectos.

Durante toda la obra, se realiza una medición del impacto ambiental. Aquello que no se mide, no se puede mejorar. Aquello que intuitivamente se ve, que es mejor reutilizar un elemento, que llevarlo a un vertedero, le ponen un número en tn de CO2 equivalentes ahorradas, mediante un método certificado. Esto les ayuda a tomar las mejores decisiones sobre cómo demoler o separar ciertos elementos, de manera que se maximice este impacto medioambiental evitado. Acompañan además su actividad con un departamento de I+D+i que busca innovar con el objetivo de mejorar las obras.

En este sentido están participando en más de 8 proyectos de innovación, tanto a nivel Euskadi (Haziteks) como a nivel nacional y europeo. Las líneas principales son la digitalización de demoliciones, así como la investigación de valorizar materiales que ahora mismo no tienen valorización (lanas minerales, palas de molinos eólicos, etc.) y la implantación del pasaporte digital.

Una fuerte apuesta que está en la base de obras emblemáticas como la demolición del Estadio de San Mamés y el des montaje de su arco; así como la demolición actual de 3 centrales térmicas simultáneamente, sumando entre todas ellas más de 3000MW instalados. Estamos hablando de obras que cuentan con más de 100 personas trabajando, entre personal propio y subcontratas, y de duraciones superiores a 3 años cada una de ellas. Y en todos estos pasos, la sostenibilidad siempre presente.