Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), de 2022, los hombres cobran una media de 35.095 euros al año en Euskadi, mientras que el salario medio de las mujeres se sitúa en 29.314 euros. La diferencia es de 5.781 euros anuales, lo que da una brecha salarial del 16,5%, una cifra que ha ido reduciéndose en los últimos años, gracias a que el salario de las mujeres ha crecido a un mayor ritmo que el de los hombres, pero que muestra que todavía queda trabajo por realizar.
En la inauguración del III Congreso Internacional sobre la Brecha Salarial, que se ha celebrado esta martes en Gasteiz, el vicelehendakari y consejero de Economía, Trabajo y Empleo, Mikel Torres, se ha comprometido a la actualización de un nuevo Plan Operativo de Brecha Salarial "diseñado, negociado y, si es posible, acordado" en la Mesa de Diálogo Social para que Euskadi se sitúe entre los cinco países europeos con menor tasa de desigualdad en 2030. La media de la Unión Europea está actualmente en el 12,7% y los países con una menor brecha son Luxemburgo, Rumanía, Eslovenia, Polonia y Bélgica.
"Estamos en medio de un proceso revolucionario, imparable y transformador de dimensiones globales, y queremos que las mujeres dejen de estar en el rincón de la protección y pasen a ser el motor de la revolución económica que estamos viviendo", ha señalado Torres. El lehendakari también llamó a combatir el negacionismo en cuanto a la brecha salarial. "Aparecen en el horizonte político y social negacionistas que también son negacionistas de la existencia de la brecha salarial. Que la brecha salarial existe es una dura realidad", ha criticado.
Congreso
El III Congreso Internacional sobre la Brecha Salarial ha reunido a 200 personas, entre ellas expertas internacionales, en el Palacio Europa de Gasteiz. Bajo el título Las mujeres facturan, la ponencia marco ha corrido a cargo de la asesora de igualdad y divulgadora, Yolanda Domínguez, que ha hecho un recorrido histórico y ha hablado de los estereotipos que influyen en esa brecha.
Pero, además, también se han abordado las políticas públicas de empleo implementadas o la importancia de la negociación colectiva para hacer frente a la brecha salarial. Euskadi cuenta desde 2018 con una estrategia de lucha contra la brecha laboral, que recoge acciones para impulsar itinerarios educativos y laborales libres de estereotipos, para acompañar a las empresas en la implementación de medidas de conciliación corresponsable, para visibilizar y dar valor a los trabajos de cuidados no remunerados y para apoyar a las compañías que lleven a cabo planes de igualdad.
Y es que, entre los factores que inciden en la brecha se incluyen la segregación que relega a las mujeres a trabajos que se remuneran peor, así como la falta de corresponsabilidad en las tareas de cuidados que provoca que las mujeres tengan que aceptar ocupaciones de mayor flexibilidad laboral o que se reduzcan la jornada, algo que afecta negativamente a su promoción laboral.
"Yo creo que –la estrategia– está dando sus frutos", ha señalado Elena Pérez Barredo, viceconsejera de Trabajo y Seguridad Social. "Con la nueva Ley de igualdad –y los planes de igualdad–, lo que ha ocurrido es que la negociación colectiva ha entrado en la igualdad y la igualdad ha entrado en la negociación colectiva, esto es importante porque, a veces, el propio convenio, crea la brecha", ha apuntado. La prioridad, según la viceconsejera, debe ser mejorar los salarios, favorecer que todos los sectores tengan convenio colectivo y dar formación para incorporar la perspectiva de género en la negociación colectiva.
Reducción
La brecha se ha reducido significativamente en los últimos diez años, concretamente nueve puntos. Mientras que en 2012, la diferencia salarial entre hombres y mujeres era de un 25,8%, actualmente está en el 16,5%. En este periodo, los salarios de los hombres han crecido un 14%, mientras que el de las mujeres lo han hecho un 23%. En 2018, a medio camino, la brecha se situaba en el 22.5%. "La medida más importante para reducir la brecha ha sido subir el Salario Mínimo Interprofesional", ha asegurado Begoña Suárez, del Instituto de las Mujeres.
Sin embargo, a pesar de esta buena evolución, las mujeres todavía ganan de media 5.781 euros. "Esto equivale a que trabajan gratis 32 días al año, una realidad inaceptable que debemos erradicar para alcanzar una igualdad real en todos los ámbitos", aseguran desde UGT-Euskadi. Y si se hace un repaso a los datos de empleo de los últimos meses se observa que el empleo femenino que se está creando se está concentrando en el sector público y, entre el privado, en el comercio. En resumen, los servicios son los que están empleando mayoritariamente a las mujeres, un sector asociado a una mayor inestabilidad, sueldos más bajos y mayores tasas de temporalidad y parcialidad.