Otro muro que marca distancias entre los empresarios y el Gobierno español, básicamente entre Antonio Garamendi y Yolanda Díaz. El motivo en esta ocasión es la apuesta del Ejecutivo central por reducir la jornada laboral y el rechazo de la patronal a modificar un marco general que, en su opinión, debe adaptar cada compañía a sus necesidades. Todo ello con el trasfondo del enfrentamiento abierto entre el líder de la CEOE y la vicepresidenta de Sumar en todas las facetas de las relaciones laborales.
El conflicto se palpa de la A a la Z y no hay forma de escribir dos líneas sin borrones. Ni siquiera con un tema tan sensible como la discriminación del colectivo LGTBI, donde hubo acuerdo pero no foto por negativa de la patronal del Estado.
“Al monólogo yo no tengo que contestar nada, que hagan lo que tengan que hacer”, aseguró Antonio Garamendi ayer miércoles en el Club Marítimo del Abra en Getxo, donde participó en unas jornadas organizadas por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD).
El presidente de la CEOE se refirió así al “ultimátum” que ha planteado el Ministerio de Trabajo, que dio el lunes siete días a los empresarios para presentar una propuesta de reducción de la jornada laboral. En todo caso, el Ejecutivo, apoyado por CCOO y UGT, implantará las 37,5 horas a partir del 1 de enero de 2025. Con la sensación de que la patronal no tiene cabida en la ecuación, Garamendi asumió que los empresarios representan la cruz de esta moneda.
Así, indicó que la patronal ha realizado “muchísimas propuestas” sobre esta cuestión, pero el Ministerio “no acepta ninguna”. De modo que insistió en desmarcarse del diálogo. “Es una decisión política” y, si se rebaja la jornada laboral, “que lo hagan el 1 de julio”, sin esperar al próximo año.
Afirmó que, en todo caso, no está “quitando la legitimidad a la norma” que se pueda aprobar, pero añadió que “eso no es diálogo social” y que lo que plantean e Ejecutivo y los sindicatos es “malo para la economía española”. Poco antes de la intervención a mediodía de Garamendi, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, indicó que aún hay tiempo para llegar a un acuerdo que ve asumible para las empresas.
Garamendi respondió que “eso lo dice ella” y, tras indicar que “ya no sabe cómo decirlo”, indicó que han mantenido muchas reuniones y los planteamientos de los empresarios siempre han sido rechazados.
“Yo no entiendo el diálogo como un ultimátum” en el que el Ministerio tiene una postura “muy nítida”. “Me vais a perdonar, pero estoy en mi tierra, soy vasco, yo eso no lo entiendo”, apostilló. A su juicio, el diálogo “es otra cosa” y en este capítulo la patronal española introduce la variable del absentismo, que se ha “duplicado” en el Estado, donde “falta un millón de personas a trabajar todos los días”. Asimismo, indicó que también han hablado de horas extras, y de “muchísimas cosas que se pueden hacer, que se hacen en Francia y que aquí parece que no se pueden”.
Antonio Garamendi afirmó que eso es “un monólogo social”. En este sentido, recordó que la propia OIT, Organización Internacional del Trabajo, define que “el diálogo social es tripartito, el bipartito –entre el Gobierno y una de las partes–. no se considera diálogo social”.
En su opinión, la reducción general del tiempo de trabajo será “mala para la economía española y especialmente para las pequeñas empresas”. “Empecemos a pensar en panaderías, en bares, en el comercio, etcétera. Pensemos en el campo. Se habla mucho de España vaciada, se habla de muchas cosas, pero a la hora de la verdad luego no se ve en la práctica”, advirtió.