Canarias, Galicia, Castilla y León, Nafarroa y la CAV fueron las únicas comunidades que se quedaron al margen de la caída general en los índices de siniestralidad laboral el pasado año, con subidas de la incidencia respecto a 2022 contrarias al descenso del 4,81% en el conjunto del Estado.

Según los datos actualizados la semana pasada por el Ministerio de Trabajo al cierre de 2023, el año pasado se registraron en toda España 624.911 siniestros con baja en los que murieron 721 trabajadores, lo que supuso descensos en ambos casos del 1,08 y el 12,7%, respectivamente, sobre los números de 2022.

En Canarias la tasa de la incidencia media creció el pasado año respecto a 2022 un 4,86%, en Galicia un 4,33%, en Castilla y León un 3,32%, en Nafarroa un 1,05 % y en la CAV un 0,04%, mientras que se redujo en las 12 comunidades restantes, en mayor medida en Cantabria (33,98%), La Rioja (18,35%), Asturias (13,95%), Castilla-La Mancha (13,23%) y Baleares (11,51%). También bajó el índice de incidencia más que la media en Catalunya (9,27%) y Madrid (7%) y menos en la Comunidad Valenciana (2,37%), Aragón (1,94%), Murcia (1,19%), Andalucía (1,09%) y Extremadura (0,17%).

Para los accidentes mortales, la incidencia subió el pasado año en cinco comunidades –distintas a las anteriores–: Baleares (79,50%), La Rioja (42,37%), Asturias (23,43%), Aragón (10,5%) y Castilla-La Mancha (4,79%); y en cambio cayó más en Murcia (49,88%) y Extremadura (40,09%). Baleares fue también la comunidad con la mayor tasa de siniestralidad total en relación con el número de trabajadores, 4.172 por cada 100.000, seguida de Nafarroa (3.756), La Rioja (3.457), Castilla-La Mancha (3.454) y Murcia (3.043), frente a Madrid (2.080), Cataluña (2.466) y la Comunidad Valenciana (2.615), que se situaron por debajo de la media.

DESCENSOS

Referido únicamente a las víctimas mortales de esos siniestros, la tasa por cada 100.000 trabajadores más elevada en 2023 correspondió a La Rioja (9,89), por delante de Cantabria (4,96), Galicia (4,84), Aragón (4,43) y Castilla-La Mancha (4,17), y la más bajas también a Madrid (1,75) y Catalunya (2,17), junto a Canarias (2,19) y Euskadi (2,23). Sin tener en cuenta el número de trabajadores, la siniestralidad bajó en 2023 en siete comunidades: Cantabria (29,67% respecto a 2022), La Rioja (14,88%), Asturias y Castilla-La Mancha (ambas un 10,88 %), Baleares (6,08%), Catalunya (5,19%) y Madrid (1,55%), y subió más en Canarias (10,09%), Galicia (7,08%) y Castilla y León (6,15%).

De cada 100 accidentes de trabajo, 17 se produjeron en Catalunya, otros tantos en Andalucía, 14 en Madrid, 10 en la Comunidad Valenciana, cinco en la CAV, Galicia y Castilla y León, cuatro en Canarias, Castilla-La Mancha y Baleares, tres en Murcia y Aragón, dos en Nafarroa, Asturias y Extremadura y uno en Cantabria y La Rioja.

Según los datos del Ministerio de Trabajo, de los 721 accidentes mortales, 581 fueron en la jornada de trabajo, 98 menos (14,4% menos) que en 2022, mientras que 140 fueron en desplazamientos al trabajo, los denominados in itinere, siete menos (4,8% menos). Por sectores, los servicios acapararon el mayor número de accidentes mortales en jornada con 370, 47 menos; seguido de la construcción, con 145, un descenso de 15; la industria con 121, 16 menos; y la agricultura con 85, 27 menos.

Al detalle de las actividades, destacan los 104 fallecimientos en el transporte terrestre y por tubería, los 80 de la construcción especializada y los 58 de la construcción de edificios. La principal causa de muerte en el trabajo fueron infartos y derrames cerebrales con 245 fallecidos, 40 menos que el año previo, seguida a distancia por los accidentes de tráfico, con 91 fallecimientos; y los atrapamientos, aplastamientos y amputaciones, con 87. Del total, 647 accidentes mortales fueron de asalariados, 98 menos; y 74 correspondieron a trabajadores por cuenta propia, cinco menos. Por sexo, 658 fueron hombres, 93 menos; y 63 mujeres, 12 menos.