El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, destacó ayer miércoles que el proceso desinflacionario en la eurozona continúa y se espera que la subida de los precios se modere aún más a lo largo del año, aunque subrayó la necesidad de no adelantarse, ya que pasará algún tiempo antes de contar con la información necesaria para confirmar que la inflación está regresando de manera sostenible al objetivo del 2%.

Si bien la inflación va por buen camino, el BCE debe vigilar de cerca los factores de riesgo en juego, advirtió De Guindos en un discurso en Croacia, donde señaló que las presiones salariales siguen siendo elevadas y aún no hay datos suficientes para confirmar que estén disminuyendo, mientras que los márgenes de beneficio podrían resultar más resistentes de lo previsto y las tensiones geopolíticas podrían elevar los precios de la energía y alterar el comercio mundial.

En cualquier caso, el exministro español de Economía expresó su confianza en que el proceso desinflacionario continuará, lo que permitirá reducir la inflación aún más a lo largo de este año, tal como apuntan las expectativas de inflación, que han disminuido notablemente en horizontes más cortos y son consistentes con la meta en los horizontes más largos. Guindos subrayó que “no debemos adelantarnos”, ya que “pasará algún tiempo” antes de que el BCE disponga de la información necesaria para confirmar que la inflación está regresando de manera sostenible a nuestro objetivo del 2%.

Parálisis de la economía

El producto interior bruto (PIB) de la zona euro evitó finalmente la entrada en recesión técnica, que implica dos trimestres consecutivos de caída de la actividad, después de que en el cuarto trimestre la economía se estancase, tras la contracción del 0,1% de los tres meses anteriores, según Eurostat. En el conjunto de la UE, sin embargo, la actividad registró un avance del 0,1% en el cuarto trimestre, una décima más de lo previsto inicialmente, después de la contracción del 0,1% del tercer trimestre.

En comparación con el cuarto trimestre de 2022, el PIB de la zona euro creció un 0,1%, mientras que el de los Veintisiete avanzó un 0,3%. Entre los países de la UE, cuyos datos estaban disponibles, el mayor ritmo de crecimiento en el cuarto trimestre correspondió a Eslovenia (+1,1%), por delante de Chipre y Portugal (+0,8% ambos), mientras que por contra la peor evolución se observó en Irlanda (-0,7%), Estonia, Finlandia y Rumanía (-0,4% cada uno).