ICCAT (Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico) ha dado luz verde a un proyecto para desarrollar el engorde de atún rojo en aguas del mar Cantábrico, concretamente a unas tres millas náuticas al norte del puerto de Getaria. Esta actividad es habitual en distintas zonas del Mediterráneo pero nunca se ha desarrollado en el Mar Cantábrico debido a las duras condiciones climatológicas que presenta, principalmente durante los meses de otoño e invierno. El centro científico y tecnológico especializado en el medio marino y la alimentación AZTI y la empresa catalana Balfegó pondrán en marcha la iniciativa.

Según el proyecto presentado por la Unión Europea en la última reunión de ICCAT celebrada en Egipto se experimentará la actividad de engorde de atún rojo mediante la utilización de jaulas sumergibles “y en caso de que tenga éxito, escalar a la actividad comercial y transferir esta innovación a otras áreas y otras actividades en el futuro”. La iniciativa se llevará a cabo a escala limitada durante un año con un número aproximado de 50 ejemplares de atún rojo. Los resultados serán evaluados posteriormente por el supervisor europeo de la pesca del atún para, en el caso de que se obtengan resultados positivos, determinar si la actividad comercial podría tener lugar más allá de la fase de proyecto piloto y la manera de desarrollarla.

Procedimiento

La puesta en marcha del proyecto parte de la premisa de que las jaulas sumergibles deben permitir la actividad de engorde a pesar de las condiciones climatológicas que puedan darse durante el periodo en el que los atunes permanezcan dentro de los recintos habilitados al efecto. Se prevé instalar dos jaulas marinas sumergibles de 50 metros de diámetro. Asimismo, se evaluarán las tasas de engorde y crecimiento del atún rojo para valorar si la actividad ofrece rentabilidad. Se persigue, además, potenciar el aumento del valor añadido del producto pesquero y se evaluará la viabilidad de desarrollar una pesquería dirigida a peces de tamaño mediano-grande (sobre 100 kilos) en el Mar Cantábrico.

Otro de los aspectos recogidos en el proyecto aprobado por ICCAT es el de desarrollar la pesca del atún rojo mediante la utilización del sistema de red de cerco para capturar los ejemplares que posteriormente serán trasladados a las jaulas para su engorde.

El proyecto de engorde de atún rojo en aguas vascas ha sido presentado por la empresa Itsasbalfegó, sociedad constituida entre Balfegó&Balfegó S.L. y AZTI, centro tecnológico y científico vasco, en la Dirección de Pesca y Acuicultura del Gobierno vasco. Balfegó es una empresa catalana que viene desarrollando la actividad de engorde de atún rojo en el Mediterráneo desde el año 2004.

El objetivo final de esta iniciativa es también hacer participar a los arrantzales de bajura de Gipuzkoa en el capital social de Itsasbalfegó S.L. con el propósito de “involucrar a los pescadores en la industria de transformación que permite generar valor añadido para buscar de manera conjunta las mejores estrategias para desarrollar coordinadamente la actividad de pesca y de engorde de atún rojo de forma que se maximicen los beneficios para todas las partes”.

Menos de 500 t0neladas al año

La instalación acuícola prevé inicialmente una producción anual inferior a 500 toneladas de atún rojo a partir del tercer año de actividad, destinando los dos primeros a testear y desarrollar la capacidad productiva necesaria. El desarrollo del proyecto precisa necesariamente del apoyo institucional ya que además de otorgar la concesión administrativa correspondiente se ha de proceder a la autorización del empleo de artes de cerco para la captura de los ejemplares de atún rojo.

Barcos acercándose a los recintos para pescar. Balfegó

Este sistema de pesca es empleado por la flota de bajura del Cantábrico para la captura de especies pelágicas como anchoa, verdel, chicharro o sardina pero nunca se ha utilizado para apresar túnidos en el Cantábrico. Por otra parte, se trata de un arte de pesca muy extendido en todos los mares del mundo para la captura de túnidos tropicales como el yellowfin, patudo y listado.

El inicio del engorde de atún rojo, consiste en transferir a los ejemplares vivos capturados por barcos de cerco haciendo pasar los peces desde la red de captura hasta una jaula de transporte flotante en alta mar para posteriormente proceder a su traslado hasta las granjas de engorde. Una vez en la instalación se procede a alimentar a los atunes cinco o seis días a la semana exclusivamente con pescado azul.

En ningún caso se administra alimento compuesto procedente de harinas o aceite de pescado, ni ningún tipo de aditivo ni medicamento.

Tras unos meses de engorde, cuando se percibe que la calidad de los ejemplares ya es la adecuada, se procede a la extracción mediante el sacrificio individualizado de cada ejemplar “garantizando el bienestar y la ausencia de sufrimiento”. Y es que en caso de producirse padecimiento del animal éste presenta un descenso en la calidad de su carne al aparecer ácido láctico en el músculo lo que provoca un perjuicio en el color, la textura y durabilidad del producto.

El impulso japonés

El desarrollo de la cocina japonesa ha provocado que el atún rojo de calidad tenga un mercado amplio y una demanda creciente. Se trata de un recurso que atravesó momentos delicados en los primeros años del siglo XXI pero los planes de recuperación implementados por ICCAT han propiciado una brillante recuperación de una especie que goza de buena salud en la actualidad.

Itsasbalfegó tiene previsto desarrollar el engorde de atún rojo mediante el empleo de jaulas sumergibles. Se trata de una innovación, toda vez que las instalaciones que funcionan en el Mediterráneo cuentan con jaulas flotantes. La posibilidad de sumergir los recintos en los que se realiza el engorde de atunes permitirá evitar que tanto los animales como las jaulas sufran los efectos del fuerte oleaje causado por los temporales. La inmersión se lleva a cabo mediante la introducción de agua de mar dentro del flotador. Una vez pasado el temporal, la jaula vuelve a ubicarse en la superficie introduciendo aire en el flotador.

Ante la previsión de que en los meses de otoño en invierno los temporales impidan llevar a cabo la alimentación de los atunes por existir condiciones de navegación insuficientes para transportar la comida desde el puerto a la instalación, se prevé realizar el engorde desde la captura en junio-julio, hasta el mes de octubre cuando se procedería al sacrificio de los ejemplares engordados.