Adriano Garibotto es uno de los fundadores del grupo italiano Creactives, colaborador de la consultora vasca LKS Next y cuya experiencia en el campo de la economía del dato le ha traído a Euskadi para compartir sus conocimientos con empresas interesadas.

¿Qué aporta la Inteligencia Artificial a las empresas a la hora de tomar decisiones? ¿Cuáles son sus grandes ventajas?

—La digitalización no deja de ser un proceso en el que se crea un gemelo digital de una cosa física. Hoy por hoy, la mayor parte de las informaciones que gestionamos no están digitalizadas. Simplemente, hemos sustituido la máquina de escribir por otra que es virtual. Es información no explotable de forma automática. Cuando vamos a Amazon a comprar algo, hay una descripción del producto que está destinada a comunicar algo entre humanos, que tenemos la capacidad de interpretar lo que está escrito. No obstante, esa información, si una empresa la quiere emplear para automatizar procesos, no puede porque necesita una persona. La Inteligencia Artificial permite hacer ese salto que falta. Consiste en aprovechar la información que está dirigida a seres humanos para que se pueda transmitir entre máquinas.

Esta automatización de los procesos, ¿qué grado de amenaza supone al empleo?

—Todas las revoluciones industriales tienen un impacto. Cuando se introdujo el automóvil de forma masiva en Chicago, se quedaron sin empleo centenares de recolectores de estiércol de caballos. Esto no significó que renunciáramos al automóvil, y posteriormente, esos trabajadores se recolocaron. El Estado debe facilitar esas reconversiones, pero lo que no se puede hacer es oponerse. Porque si tú te opones al cambio, alguien no lo hará y se aprovechará de la nueva situación. Son trenes que pasan muy rápido. Es responsabilidad de los agentes públicos y privados acompañar estas transformaciones para minimizar el impacto social.  

Se habla de mucho de las economías de los datos pero, ¿cuál es el dato que proporciona el valor añadido fundamental?

—Pensemos en los códigos de barras y como ha sido transformada la industria de los supermercados. El código de barras está gestionado por una organización internacional y esa información es única en todo el mundo. Eso ha permitido una revolución en el sistema de distribución. Hoy en día pasas por un escáner, pagas con tarjeta y te vas. Eso es posible porque esa identificación unívoca ha sido hecha por los datos.  

¿Qué consejos daría a las empresas que quieran empezar a aplicar la Inteligencia Artificial?

—El consejo principal es empezar. En realidad, no hay ninguna razón para esperar. Uno de los errores más comunes ocurre cuando la empresa pospone esta clase de transformaciones porque tiene otras prioridades antes. Pero el paradigma debe ser lo digital, primero. No hay tecnología exitosa que pueda prescindir de la buena economía del dato. 

Como ocurre en otras transformaciones, ¿primero van las grandes empresas y luego las pymes?

—Las grandes compañías tienen la ventaja de que la complejidad es una motivación muy grande para introducir innovaciones en la automatización de procesos. Pero al mismo tiempo influyen en las demás y de esta manera muchas pymes acaban siendo parte indirecta del proceso. No adoptan directamente la tecnología, pero sí la utilizan en la relación con la gran empresa de la que son proveedores.

-¿En qué consiste el e-procurement o facturación electrónica?

—Se trata de la compra de los bienes y servicios que las compañías necesitan para su producción. Esta actividad se especializa porque las compañías entienden que tener profesionales dedicados a ella es garantía de minimización de los costes. No compra quien produce o quien diseña, sino una oficina especializada, que tiene capacidades de análisis, planificación y negociación. La capacidad de aprovechar la agrupación de gastos es una gran ventaja. 

¿La ciberdelincuencia supone una amenaza a esta práctica?

—Es un riesgo que está ahí, pero hay que vivir con él. Las compañías se defienden. Afortunadamente, las tecnologías disponibles son cada más eficientes. Eso no significa que los peligros no existan, pero frente a nuevos peligros surgen nuevas formas de defenderse. ¿Estamos libres de riesgos?, No pero todas las empresas trabajan para mantener alta la tensión en este tema. Además, los fondos europeos pueden ser un impulso para la implementación de la Inteligencia Artificial en las empresas. Las políticas de I+D también contribuyen a mantener altas las inversiones empresariales en todas estas facetas.