Las secciones sindicales de LAB, LEKU, ELA y ESK con representación en Nervacero y Laminaciones Arregui, pertenecientes a Celsa, mostraron ayer martes su preocupación por la judicialización de la reestructuración del Grupo y pidieron al Gobierno vasco, en una reunión mantenida este martes, su “implicación” para que se haga “una apuesta y defensa clara por la actividad, el empleo, el futuro y el potencial” de ambas plantas.

En un comunicado, las centrales sindicales recordaron que “desde que se inició “el culebrón” de la negociación de la deuda del grupo y su posterior judicialización por los fondos, “con esta situación, los principales perjudicadas son los trabajadores, que corren el riesgo de que, ante la incertidumbre, Nervacero y Laminaciones Arregui no avancen en el plano industrial”, señalaron en una nota de prensa conjunta.