Atiende a DEIA en su despacho minutos después de dar una de las noticias económicas del año, BBK ha conseguido cerrar antes de tiempo el fondo de rescate de Kutxabank. Un colchón de 231 millones de euros que garantiza el arraigo a Euskadi del banco de las tres antiguas cajas de ahorro. No oculta su “emoción” y asegura que el futuro es “ilusionante”, pero Xabier Sagredo huye de la euforia y lo transmite en su discurso. La fundación bancaria vizcaina afronta a partir de ahora un nuevo cliclo, pero la base seguirá siendo la misma: una “gestión sana y prudente” sobre la que impulsar una obra social “creciente y mejor” e impulsar la economía y el empleo con la toma de participaciones en empresas, entre otras actuaciones

Finalizar el fondo de reserva de Kutxabank supone un alivio para BBK, que ya puede mirar al futuro sin ese lastre.

Es una buena noticia que se produce además en un momento de turbulencias y de noticias malas en el sector financiero. En un escenario de desarraigo de empresas, garantizar el anclaje de Kutxabank es una noticia muy buena para el país. La segunda consecuencia es que vamos a seguir dando seguridad a todo el mundo. Tenemos el banco más solvente del sistema español y su fundación bancaria, su accionista principal, también anda muy bien de solvencia.

En el plano financiero seguro que sí, pero en el plano personal, en lo anímico, ¿se ha quitado el presidente de BBK un peso de encima?

No. Primero, parece un tópico, porque no es tarea de una persona. Haber logrado esto es tarea de todo un equipo. Además, tenemos una visión a largo plazo. Esto es una etapa de la planificación. La norma no solo establece la obligación de constituir un fondo de reserva si se avanza por la parte difícil, la de mantener el control del banco. También teníamos que presentar un plan financiero reforzado para transmitir al regulador cómo lo íbamos a hacer y exigía adoptar una posición de gestión sana y prudente para que no fuera el Estado, el contribuyente, el que tuviese que acudir al rescate del banco. Y también se nos pide un plan de diversificación de nuestras inversiones. El objetivo es que con todo ello protejamos nuestra obra social. Por ello, cerrar el fondo es una meta volante dentro de la carrera hacia la meta final, que es que BBK tenga una obra social cada vez más grande, cada vez más sostenible y cada vez mejor.

¿Será más dinámica esa nueva etapa sin el lastre del fondo?

Sí, nos imprime mayor velocidad. Haberlo concluido dos años antes nos da velocidad y nos permite afrontar más rápido las otras exigencias regulatorias que tenemos, como es el ámbito de la diversificación y la adopción de una estructura económica robusta para la fundación que soporte una obra social creciente.

Por cierto, eso de adelantarse en el plazo es una auténtica bilbainada. Una demostración de fortaleza.

Está basado en una gestión sana y prudente, que nos caracteriza, y en un pensamiento a largo plazo. Hemos dotado el fondo de reserva en función de esa praxis económica financiera a largo plazo para que nuestra obra social no se resintiera. Al contrario, hemos conseguido una obra social sin dientes de sierra, con un mínimo de 35 millones de euros y ya estamos en torno a los 40 millones, lo que nos convierte en la obra social más grande por habitante del Estado y la segunda en volumen. Y luego hay otra lectura que es importante: el ADN de este grupo, de BBK, siempre ha sido dar seguridad, sensación de solvencia a la sociedad y al regulador. Y este es buen momento para hacer gala de esa solvencia. Dijimos que lo íbamos a hacer y hoy podemos decir que aquí está.

¿Hubo debate en BBK o en Kutxabank en torno a si mantener la participación en el banco o ir, por el camino que usted afirma que era el fácil, vender parte de las acciones?

La corriente mediática empujaba. Pero yo tengo que hablar de BBK, que es de lo que puedo responsabilizarme y lo teníamos claro. Había que hacer un proyecto bueno para el banco, para el máximo accionista y, por ende, para proveedores, clientes y para el conjunto del país. Y esas circunstancias no se daban si perdíamos el control del banco. Veníamos de una crisis financiera, de la caída de Lehman Brothers, estábamos en una crisis económica, en un momento en el que se estaban reestructurando las cajas de ahorros y en el que habían caído ya ciertas entidades financieras. Había un debate también sobre el riesgo reputacional, que ya tiene la banca por sí. Y además la crisis económica iba a traducirse, parecía, en políticas económicas expansivas que iban a provocar bajadas de tipos, lo que aventuraba que, si la rentabilidad de la banca estaba tocada, iba a estar todavía más tocada. Todo eso no invitaba a pensar en que hubiera una valoración del banco optimista en una venta. Esto nos llevo a apostar por la parte de la ley que nos permitía mantener el control. También es cierto que, desde el punto de vista sentimental, apostamos por tener no solo Kutxabank, sino todas las empresas con sede social en nuestro país que pudiésemos.

¿Puede recibir un nuevo impulso la obra social con este logro?

Este es un hito de solvencia que nos va a permitir tener mayor velocidad y seguridad y, sobre todo, va a permitir el arraigo de Kutxabank. Nuestra obra social ya está consolidada y renovada. Trabaja en el ámbito de la sostenibilidad y en las transiciones ecológica, digital y social. Es una obra social que se conoce en toda Bizkaia. Una obra social que trabaja atendiendo a las demandas de los vizcaínos. Luego vemos lo que cubre o no cubre la Administración de esas necesidades y con todo ese entorno presentamos proyectos de obra social, a presente y futuro. Pero lo bueno es que en 2013 ya presentamos este plan de visión a largo plazo, enfocado casi en 2040. Por lo tanto, estamos cubriendo etapas con las ideas muy claras.

Entre las demandas que los vizcainos trasladan a BBK están la economía y el empleo. ¿Cuándo empezará a coger más velocidad la inversión en ese frente?

En los estudios que tenemos respecto a nuestra obra social siempre salen el primero y el segundo que los vizcaínos y vizcaínas nos piden que apostemos por el crecimiento económico y el empleo. A eso le unimos el requerimiento regulatorio en el que se nos invitaba a diversificar para no tener todos los huevos en la cesta de la banca y que nuestra obra social sea sostenible. Vamos a ir viendo como BBK se va incorporando cada vez más de una manera más notoria a ciertas posiciones accionariales en proyectos que siempre van a redundar en crecimiento económico y empleo para este territorio.

¿Proyectos de país?

Proyectos de país y de no país. Hablamos de proyectos que generen crecimiento económico y empleo en este territorio.

¿Cuándo se iniciará ese proceso más dinámico de toma de posiciones en empresas?

El fondo de reserva, una vez dotado, tiene que tener un carácter líquido. Pero también tenemos posibilidad de utilizar esas existencias líquidas en el plan de diversificación. Ya estaba en la ecuación, forma parte de una de las metas volantes. Como jugamos a largo plazo ya computábamos ese fondo de reserva y en el 2017 avanzamos que íbamos a poner un fondo de estabilización de la obra social, que esperábamos que en un entorno de unos cinco años alcanzaríamos los cien millones de euros. Y, por ejemplo, y esto es la prueba de que la diversificación del riesgo no solo es una exigencia regulatoria, es de sentido común, cuando el BCE recomendó a la banca que no repartiera dividendo y nosotros no tuvimos ni un euro de dividendo de Kutxabank durante esos dos años, tuvimos recursos para afrontar ese periodo. Teníamos el fondo de estabilización y seguimos avanzando. Y no hemos hecho nunca un ERE, hemos dado protección a nuestra gente, hemos mantenido nuestra obra social, incluso acrecentándola durante la pandemia porque creíamos que era un momento que lo necesitaba Bizkaia. Todo esas cuestiones son garantía de éxito de las apuesta a largo plazo de BBK.

Precisamente porque habían diversificado los ingresos.

Eso es. Vemos un largo plazo. La norma nos decía, presenten un plan financiero reforzado, cuéntenos que recursos van a tener para el banco. Además preséntenos un fondo de reserva como una garantía líquida para ello y además preséntenos un plan de diversificación. Y a esto unimos un requerimiento para seguir haciendo las cosas que las cajas hacía bien y dejar las que hacía mal. Porque nosotros somos un caso curioso. Nunca hemos sido rescatados, pero hemos tenido que tomar el café para todos. Transformarnos en una fundación bancaria, poner un fondo de reserva…

¿Han recibido algún reconocimiento por parte del Banco de España tras concluir el fondo de rescate?

Todos los años tenemos que presentar un plan financiero en el que explicamos al Banco de España, que nos lo tiene que aprobar, cómo se va a financiar la propia fundación y qué recursos tendríamos por si un día necesita el banco un rescate. Por eso, el Banco de España sabe que ya hemos llegado a la dotación mínima del fondo de reserva. Imagino que estarán contentos con la seriedad que hemos demostrado.

¿Temen que en medio de las turbulencias financieras actuales el regulador les plantee nuevas exigencias?

No está en nuestras manos. Lo que está en nuestras manos es hacer una gestión sana y prudente. No solo hemos hecho un grupo potente, si no que en el ámbito de gobierno corporativo y gobernanza estamos con una robustez absoluta, estamos a la altura de cualquier empresa top, incluidas cotizadas. Estamos preparados para cualquier cosa.

¿En qué sectores centrará BBK el proceso de inversión?

La apuesta estratégica es equivalente en toda la fundación bancaria, en las inversiones y en la obra social. Vamos a apostar por inversiones estratégicas que refuercen la economía y el empleo en nuestro territorio, y que estén ligadas a las tres transiciones: digital, ecológica y social. Ahí es donde nos vamos a circunscribir para la búsqueda.

La finalización del fondo coincide con cambios en la cúpula de Kutxabank, el presidente hace unos meses, el CEO cambiará en junio. ¿La estabilidad y el arraigo que garantiza el fondo puede facilitar la gestión del banco?

Desde el momento en el que decidimos ir por el camino de la presentación del plan financiero reforzado y, por ende, del fondo de reserva, lo que ha proporcionado BBK es estabilidad, seguridad a Kutxabank y a sus trabajadores. Tienen un accionista, entiendo que los otros también pero solo puedo hablar por nosotros, que confía en la gente que está allí. Que confía en el banco, que le da tiempo y estabilidad para con sus profesionales y con una gestión independiente, tienen el mejor de los hogares. No solo queremos tener el banco más solvente del estado español, a futuro queremos tener el banco más sostenible y un banco que sea el mejor banco que podamos tener.

¿Cuál es el mensaje que daría el presidente de BBK a los ciudadanos de cara al futuro?

Un mensaje que es más de ilusión que de tranquilidad. Si hasta ahora hemos sido capaces, teniendo todo lo que hemos tenido que pasar, de hacer obra social y que la puedan disfrutar los vizcaínos, en el futuro, todo nuestro empeño será proteger esa obra social y hacer una obra social cada vez más creciente y mejor. Esto es un proyecto a largo plazo. Hemos cubierto una de las metas volantes, pero la meta es generar una BBK cada vez más grande, mejor, más potente y todo ello para que sea más potente nuestra razón de ser: la obra social. l