3D Social Movement es una consultoría de innovación social especializada en el reto de la longevidad, y, por consiguiente, en la búsqueda de soluciones que permitan a las personas que envejecen hacerlo de una manera satisfactoria y plena.
¿Cuál es el objetivo de 3D?
—Principalmente promover el bienestar de las personas mayores desde el punto de vista emocional, relacional, de inclusión, participación y reconocimiento social. Nuestro trabajo consiste en aportar conocimiento e ideas a entidades públicas, privadas y sociales, y llevarlas a la práctica de una forma integral. La mayoría de los proyectos abarcan 6 fases: ideación-diseño metodológico teórico-planificación-ejecución-comunicación y evaluación de resultados.
¿Cuáles son las 3Ds a las que hacen mención?
—Desarrollar, diferenciar y disfrutar resumen nuestra forma de “ser” y de “hacer”. Nuestro sello se basa en desarrollar iniciativas encaminadas a mejorar la calidad de vida de las personas, las comunidades y los territorios. ‘Desarrollar’ también en cuanto a que realizamos un abordaje integral de los trabajos en los que estamos inmersos; ‘Diferenciar’ es la apuesta que hacemos por la creatividad como herramienta habitual de trabajo, tanto en la generación de ideas y proyectos innovadores, como en las metodologías de los procesos de trabajo que llevamos adelante.
¿Y ‘Disfrutar’?
—Porque ponemos lo mejor de nosotras mismas en cada tarea, y para ello es importante disfrutar del recorrido y hacer que quienes nos acompañan disfruten también. El humor, y el procurar entornos amigables, confortables, creativos que sorprendan, son otros de nuestros sellos de marca.
¿Qué metodología aplican en 3D?
—En la mayoría de las ocasiones partimos de detectar una necesidad social y, desde ahí, planteamos el reto y ponemos las cabezas a pensar. Contar con un equipo multidisciplinar nos permite abordar las propuestas desde perspectivas muy diferentes y enriquecedoras. Contamos con profesionales del ámbito de la gerontología social, el trabajo social, la antropología, la psicología, la economía, la participación, la calidad, el diseño gráfico, la comunicación y la producción, entre otros. Una vez que tenemos la idea, pasamos a una fase de investigación y contexto que nos ayuda a tener un conocimiento más profundo sobre el reto y nos permite esbozar las líneas principales del proyecto.
¿Y la siguiente fase?
—La de mapeo y construcción colectiva, donde se incorpora la visión de las personas destinatarias del servicio y de todos los agentes susceptibles de aportar valor a la propuesta. En esta fase, somos un referente en cuanto a las metodologías que empleamos para generar un “conocimiento colectivo” que sea mayor que la suma de los conocimientos individuales. Una vez diseñado el proyecto, (qué, para qué, para quién, cómo, con qué, cuándo, con qué resultados, visibilidad, hitos comunicativos, etc.), buscamos la financiación y damos paso a la ejecución que requiere de una pormenorizada planificación. Por último, nos centramos en visualizar el retorno obtenido, la evaluación final que complementa a las evaluaciones parciales realizadas durante el proceso y valorar su capacidad de ser transferido a otro contexto.
Pónganos ejemplos de proyectos en marcha.
—La iniciativa Agenda Nagusi para el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, orientado a incorporar el conocimiento y experiencia de las personas mayores en la toma de decisiones políticas y sociales. Se trata de un modelo de participación público-social, que permite a las personas mayores tomar un papel activo en la solución de los problemas. Otro proyecto muy interesante para el Departamento de Políticas Sociales de la Diputación Foral de Álava. es Araba a punto contra la soledad no deseada, que consiste en la construcción colectiva (entre agentes públicos, privados y sociales) de una estrategia para luchar contra la soledad de las personas mayores, en especial en el medio rural alavés. Desde 2011 llevamos acompañando a diferentes ayuntamientos, como Bilbao y Getxo, en la iniciativa proveniente de la OMS-(AGE Friendly-Cities), Ciudades amigables con la edad. Otro ejemplo es Agurrak, para aquellas personas que quieren celebrar la despedida de la vida (propia o de seres queridos) de una forma singular, personalizada, coherente y respetuosa con los deseos y motivaciones que acompañaron su proceso vital.
El envejecimiento, ¿un problema o una oportunidad?
—Hemos logrado aumentar la esperanza de vida, vivimos muchos más años y el reto está en vivirlos bien, con bienestar y plenitud. Y para ello, es necesario contemplar esta longevidad como un ámbito de oportunidad, tanto para las propias personas mayores y para las que aún no lo son, pero lo serán, como para quienes quieran emprender en el campo de la silver economy o economía plateada, que ofrece un amplio abanico de oportunidades.
¿Pero estamos preparados para vivir tantos años?
—Sin duda hay un aprendizaje en el camino: para las propias personas mayores supone un cambio de mentalidad, porque nos encontramos con una nueva etapa que puede abarcar en algunos casos 30 o 40 años. Pero realmente no se nos ha preparado para vivir tantos años de manera significativa para nosotras mismas y para el conjunto de la sociedad. Por ello, es importante preparar nuestro proyecto de vida en esta etapa, que puede ser la mejor etapa de nuestra vida. Pero no hay que olvidar que cada persona mayor es marcadamente peculiar en su forma de envejecer. Y la clave está en reconocer esa diversidad. El café para todos, no sirve.
¿En qué proyectos están trabajando actualmente?
—Siempre estamos con mil ideas en la cabeza. Ahora nos ronda la de buscar iniciativas que visibilicen “el poder de las viejas”, como diría mi admirada Anna Freixás. Las mujeres mayores en el foco de nuestra atención.