Más nubes en medio de la tormenta. La decisión de Argelia de suspender el tratado de amistad con España eleva la "tensión" y la "incertidumbre" que genera la escalada de la inflación, los cuellos de botella en la cadenas de suministro y la invasión de Ucrania. Todo ello se traduce en nuevos "problemas" para el sector productivo vasco y en otra alarma encendida en el panel de control de la economía vasca.

La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, advirtió ayer jueves del nuevo obstáculo que aparece en el camino. La economía vasca sigue creciendo, pero a menor ritmo y surge otro elemento de tensión y otra amenaza para los márgenes de rentabilidad de las empresas. Tapia realizó estas manifestaciones en Bilbao, donde participó en un encuentro bajo el título La transición energética en el País Vasco celebrada en la biblioteca CRAI. Allí se refirió a la decisión de Argelia de suspender el tratado de amistad suscrito con España hace casi dos décadas como represalia por su apoyo al plan de autonomía de Marruecos sobre el Sahara Occidental.

La consejera aludió a las tensiones geopolíticas existentes y afirmó que la ruptura de las relaciones comerciales anunciada "eleva un poco más la tensión que se estaba viviendo".

impacto directo en la industria

Según explicó, es un proceso que es "poco transparente desde el punto de vista diplomático" y afirmó que no se sabe exactamente qué es lo que está ocurriendo. No obstante, indicó que el impacto sobre la industria vasca "se va a vivir de forma directa". Tapia agregó que lo que se observa, en relación a las dos principales fuentes de gas natural -Rusia y Argelia-, es que se está en una situación de "tensión absoluta", lo que supone una "incertidumbre añadida" a la que ya se tenía previamente.

"Dependemos del gas natural de otras ubicaciones pero todavía lo necesitamos muchísimo para poder continuar en nuestros procesos productivos. Hay necesidad de muchísimo gas para poder continuar produciendo o de energía eléctrica proveniente del gas", insistió.

Por lo tanto, afirmó que esa incertidumbre que se está generando va a ir directamente a precios que van a tener que abonar las empresas "en sus facturas" y, en muchas ocasiones, eso supone que "no se puede trasladar ese impacto al producto que se está vendiendo en el mercado". Tapia destacó que eso supone, además de "incertidumbre, una reducción de márgenes muy importante". "No sabemos exactamente a dónde va a ir todo esto, la noticia de ayer [por el miércoles], pero, desde luego, más incertidumbre y más problemas a todo nuestro sector productivo", añadió.

No obstante, precisó que la política de descarbonización y de transición energética "no se puede modificar como consecuencia de eso" pero hay que desarrollarla "de una forma ordenada y bien pensada hasta 2050". "Queda un tiempo y vamos a pensarla bien, eso es lo importante, objetivos marcados a 2050, sí, pero la clave es cómo ir trasladándolo año a año", aseguró.

hidrógeno

Tapia participó también ayer jueves en la apertura de una jornada sobre el hidrógeno organizada por UGT en la capital vizcaina. Allí, recordó que en estos momentos algunos de los proyectos que Euskadi tiene sobre la mesa son el desarrollo de nuevos electrolizadores.

"Evidentemente existe tecnología a nivel internacional que se puede importar y aprender cómo se está trabajando esa tecnología, pero el objetivo siempre para nosotros es el de desarrollar tecnología propia y fabricación propia, y es de lo que en este momento estamos hablando, de aprender de los mejores para desarrollarnos y para continuar trabajando en este momento", manifestó.

Por su parte, el secretario general de UGT FICA y presidente de la Fundación Anastasio de Gracia, Pedro Hojas, manifestó que España tiene una oportunidad "muy buena para tener lo que algunos han denominado nuestro petróleo".

"Creemos que tenemos las mejores condiciones para ser un gran país en producción de hidrógeno y no tener dependencia de los combustibles fósiles", indicó. Según explicó, UGT quiere participar desde el inicio con una visión a corto o medio plazo de esa revolución tecnológica para que "esa transformación industrial y medioambiental también tenga en cuenta a los trabajadores".