Nos encontramos en un momento convulso en el que el Sector Primario, en estos momentos de "post pandemia" y en donde el sector en general ya venía padeciendo problemas en forma de incrementos de costes de producción por incremento de precios de los insumos y de la energía que además se han agravado con problemas logísticos por la reciente huelga de transportes y aún más con el conflicto de la invasión del "granero" de Europa, por parte de Rusia y de los que se esperan efectos devastadores si no se toman medidas para remediarlo, especialmente en el suministro de varias materias primas fundamentales para la alimentación y la producción de pienso destinadas a nuestra ganadería, costes y disponibilidad de fertilizantes, energía, etc.

Esta situación ha generado, en estos meses, movilizaciones del propio sector tanto a nivel nacional, regional y territorial€ solicitando auxilio para poder mantener una renta digna para poder seguir desarrollando la actividad.

Los mercados agroalimentarios, sometidos a una fuerte competencia interior y exterior, han creado unas cadenas de valor insuficiente que están ahogando al sector productor.

La insuficiente rentabilidad de las explotaciones agrícolas y ganaderas se está traduciendo en un cierre paulatino de explotaciones, un escaso e insuficiente relevo generacional y si unimos esto a la mayor defensa de la biodiversidad y fauna salvaje, como es el caso del lobo , en donde esta especie ya está empezando a atacar rebaños en la zona de Gorbea€ no hace más que incrementar la falta de alicientes para continuar la profesión de ganadero y su actividad de ganadería extensiva en nuestros pastos de montaña.

Todo ello, y con la que está cayendo en estos momentos, a las puertas de una nueva Política Agraria Común (PAC), en las que el sector tiene que afrontar un auténtico cambio de modelo productivo como consecuencia del Pacto Verde, sus estrategias de la Granja a la mesa y de Biodiversidad, y de PAC con mayores condicionantes medioambientales y de bienestar animal.

En estas difíciles circunstancias, aunque reitero mi compromiso con la sostenibilidad medioambiental, me pregunto si no deberíamos reflexionar y en vez de pensar más en "pájaros y flores", deberíamos asegurar el "pan y carne", sabiendo equilibrar las necesidades más urgentes y los objetivos estratégicos a medio y largo plazo para que el sector pueda cumplir su principal misión de producir alimentos y materias primas seguras y asequibles para la seguridad y estabilidad de nuestra sociedad.

Tengo el convencimiento sincero de que el sector no está en contra de la necesaria adaptación y mitigación del cambio climático.

Valoremos el papel que juegan nuestros profesionales agrarios en la captación de carbono, y aunque todo es mejorable los cambios requieren inversiones no productivas y tiempo suficiente para poder incorporar nuevas técnicas sin poner en cuestión la viabilidad de las explotaciones.

Nuestros agricultores y ganaderos y sus cooperativas son productores de alimentos sanos y seguros a disposición de nuestra sociedad.

Pero para ello, necesitan una remuneración justa y suficiente por el trabajo que desarrollan, unos precios para sus productos que les permitan la sostenibilidad económica de sus explotaciones, tal y como establece la Ley de la Cadena Alimentaria, siendo necesaria su puesta en marcha, así como el desarrollo de medidas de choque que ayuden a paliar los negativos efectos del incremento de los costes de producción del sector agro-alimentario y potenciar la investigación agraria y el apoyo a la innovación en nuestras explotaciones.

Bueno pues, en esta situación en la que nos encontramos, no todo van a ser malas noticias ya que, en Bizkaia, "contra viento y marea", 23 jóvenes con edades comprendidas entre 22 y 40 años - 9 mujeres y 14 hombres - , han decidido que van a emprender en este ejercicio 2022 en el sector primario de Bizkaia. De los que 14 de ellos lo van a hacer en explotaciones ya existentes como relevo generacional.

En cuanto a la actividad de estas nuevas explotaciones que pretenden instalarse este año, hay una gran diversidad.

En total, hay 11 explotaciones hortícolas en invernadero con o sin huerto exterior, en procedimientos ecológicos y tradicional. De estos, uno de ellos es para elaboración de salsas, sazonadores y pastas en ecológico y otros dos, con plantación de kiwis y/o manzanos. Además, hay 5 explotaciones de vacuno de carne con diferentes modelos de comercialización, 2 en vacuno leche con o sin transformación a queso y/o derivados lácteos, 2 en avicultura de puesta; 1 en porcino extensivo y nuevos nichos como la producción de arándanos o la cría de caballos Endurance (de deporte).

Savia nueva para un sector que necesitará de estos 23 nuevos fichajes, y de muchos más que les precedan, así como de un reconocimiento mayor de nuestra sociedad e instituciones en defensa de quienes llenan nuestras mesas y lineales con productos de cercanía, de calidad y medioambientalmente sostenibles€ porque ¡sin agricultura no habrá alimentos y sin alimentos no tendremos futuro!