El Gobierno vasco tendrá que revisar a la baja las previsiones económicas que había hecho para este ejercicio, de una caída del PIB del 8,7 %, después de que Euskadi haya entrado en recesión tras el mal comportamiento de la actividad el segundo trimestre de este año, con una caída del 20,1 %.

El consejero de Hacienda y Economía del Gobierno vasco, Pedro Azpiazu, ha comparecido este viernes para analizar los datos facilitados por el Eustat, que también recogen una caída del empleo del 19,8 % entre abril y junio en la comunidad autónoma.

Azpiazu ha reconocido que "no hay un precedente en la historia en tiempos de paz de una caída de actividad semejante" y ha apuntado que a una situación excepcional "le debe corresponder una respuesta excepcional".

A principios de junio el Ejecutivo vasco ya revisó las previsiones macroeconómicas de Euskadi para este año y estimó que la caída del Producto Interior Bruto podría situarse en torno al 8,7 %. Además, previó que el empleo podría descender un 7 %, lo que equivaldría a unos 68.000 puestos de trabajo a tiempo completo perdidos. Este viernes, el viceconsejero de Economía, Alberto Alberdi, ha augurado que la caída del empleo será de al menos un 10 %.

Tras los datos de este segundo trimestre Azpiazu ha reconocido que en septiembre "previsiblemente" se revisarán a la baja estas cifras, ya que la caída de la economía y del empleo, del 20,1 % y del 19,8 %, respectivamente, son mucho más severas que las previstas por el Ejecutivo: del 13,4 % y del 10,7 %.

Azpiazu ha valorado que a diferencia de la "gran recesión" anterior, las instituciones europeas "van a estar a la altura del desafío", con una política "eficaz" de estabilización basada en la política monetaria del Banco Central Europeo y en el Plan Next Generation EU.

Además, los "instrumentos de estabilización" puestos en marcha por el Gobierno español, fundamentalmente a través de los ERTE, también están contribuyendo a facilitar la salida de la crisis, al igual que las medidas adoptadas por el Gobierno Vasco y las diputaciones forales dirigidas a la "protección de las personas y a la provisión de liquidez de las empresas".

El consejero ha recordado que otro mecanismo será la "nueva senda de estabilidad presupuestaria" que, ha recordado, se debe pactar con el Estado y que para este año prevé un déficit "elevado", debido a una caída de la recaudación estimada en un 18 %, con un impacto en las aportaciones de las diputaciones al Gobierno cercano a los 2.000 millones de euros. "Es urgente y necesario convocar la Comisión Mixta de Concierto Económico lo antes posible", ha dicho.

A este respecto, Alberdi ha destacado que ante la evolución de la economía va a ser "crucial" el comportamiento del sector público y que la previsión de necesidades de déficit para la estabilización de la economía podría ser del 3,5 % del PIB, por debajo del 4,1 % de caída prevista de la recaudación.

Pese a esta mala evolución general, la Dirección de Economía recoge en su termómetro económico de junio un "pequeño paso" hacia la recuperación, ya que se situó en 31,5 (en una escala del 0 a 150), lo que supone avances respecto de mayo (29,4) y abril (27,5), aunque sigue por debajo de 50 que es el límite de la zona de retroceso.

A grandes rasgos, los datos coyunturales que se recogen en este estudio siguen registrando tasas de variación muy negativas", aunque ligeramente mejores que las de mayo, como en los casos de la industria y los servicios, aunque los datos del mercado laboral muestran un empeoramiento.

Esta evolución prevista para este ejercicio consecuencia de la pandemia de la covid-19 trunca la tendencia positiva de la economía vasca de los últimos años, que se plasma en el informe anual que elabora el Departamento de Hacienda y Economía y que se publicará la próxima semana.