- La industria siderúrgica vasca, al igual que la construcción naval, independientemente de su mayor o menor peso en la economía vasca, sigue siendo un referente en Euskadi y la noticia de que la empresa vasca productora de tubos de acero inoxidable sin soldadura Tubacex plantea un ajuste laboral para 500 personas, uno de cada cinco trabajadores en plantilla, ha causado un shock y ha puesto sobre la mesa la cruda realidad de los efectos, negativos, de la pandemia de coronavirus en la economía.

Tubacex, el grupo alavés fabricante de tubos de acero dirigido por Jesús Esmorís desde el año 2013 en que fue nombrado consejero delegado, anunció ayer el despido de 500 trabajadores de su plantilla, lo que supone en torno al 20% de sus empleados, un total de 2.556 al cierre de 2019, de ellos 1.103 en el Estado español, la mayoría en Euskadi.

Fuentes de la empresa de Laudio señalaron que las salidas de personal afectarán a todo el grupo, no solo al del valle de Aiala, ya que tiene notable presencia internacional, sin explicar qué parte de ese excedente de plantilla corresponderá a sus instalaciones en el País Vasco: básicamente a las fábricas de Amurrio y Laudio, acería incluida, así como a las oficinas que tiene la firma en el Parque Tecnológico de Bizkaia.

Según los responsables de Tubacex el objetivo de esta y otras medidas de ajuste se centra en ahorrar costes hasta lograr una reducción de 25 millones de euros en 2021.

El consejero delegado de la compañía, Jesús Esmorís, ya anunció semanas atrás con motivo de la junta de accionistas, que la empresa se vería obligada a realizar un ajuste importante si se consolidaba la crisis en la que ha entrado, como consecuencia de la caída registrada en sus mercados de oil&gas, u otros pequeños emergentes para la compañía como el aeronáutico. Este preaviso de ajuste, sin utilizar primero las vías internas, soliviantó a los trabajadores de Tubacex que cuestionaron a Esmorís, “una persona que habla desde un sillón sustentado por los más de 400.000 euros anuales de retribución, sin contar Visa, bonus y demás”.

En todo caso, la caída de la demanda, con las inversiones en el mundo petrolero en mínimos no conocidos en años, ha desembocado en una crisis que, según la dirección de Tubacex, se ha agravado con el covid-19 hasta plantear un panorama de estancamiento en las ventas para varios años.

En ERTE

De hecho, ante los menores pedidos el 50% de la plantilla se encuentra en la actualidad regulada en ERTE. Como se recordará, en las plantas de producción situadas en Araba trabajan unas 800 personas, que ayer afirmaban desconocer cómo les va a afectar el ajuste laboral planteado.

En cualquier caso, el ajuste de Tubacex es “desgraciadamente, una mala noticia, y habrá más”, señaló la consejera vasca Arantxa Tapia tras hacerse pública en una comunicación de la empresa a la CNMV.

En un primer momento, el ajuste cotizó al alza en Bolsa pero cuando los inversores analizaron lo que subyace, las acciones de Tubacex sufrieron un fuerte varapalo pues su cotización cayó un 3,1% hasta los 1,24 euros por titulo. El resultado es que una compañía que al cierre de 2017 valía en Bolsa 445 millones de euros se podía comprar ayer por unos 165 millones.

Con la actual dirección de Esmorís al frente, la compañía se ha lanzado a un proceso de internacionalización notable. Centrada en los tubos sin soldadura en acero inoxidable, principalmente dirigidos al mercado de la extracción del petróleo, y también en las plantas de producción de energía y de elaboración de productos químicos, Tubacex se enfrenta a un contexto de elevada incertidumbre, alta presión competitiva y demanda a la baja, con una negativa evolución del mercado “que registra una caída mayor del 50% en plena crisis del petróleo”, según la empresa.

El ajuste laboral previsto “pretende salvar la mayor parte del empleo”, señalan en Tubacex, una compañía que cerró 2019 con unas ventas de 613,5 millones de euros, un beneficio neto de 11,1 millones de euros y una deuda financiera neta de 253,6 millones de euros.

Tubacex dispone de plantas de producción en Euskadi, España, Austria, Italia, Estados Unidos, India y Tailandia, además de Arabia Saudi, Dubai y Noruega a través de Grupo NTS, centros de servicios a nivel mundial, así como presencia comercial en 38 países.

La dirección ha citado a los comités de empresa de las plantas vascas para explicarles el ajuste pero el sindicato LAB ya denunció ayer que los despidos anunciados por la dirección de Tubacex no responden a razones económicas sino a una “estrategia empresarial” para implantar un modelo de relaciones laborales que le permita “contar con trabajadores baratos”, por lo que solicitó al Gobierno vasco que garantice el mantenimiento del empleo.

Plantas. La empresa dispone de plantas de producción en el Estado español, Austria, Italia, Estados Unidos, India y Tailandia, además de Arabia Saudi, Dubai y Noruega a través de Grupo NTS.

Resultados. En 2019 la compañía realizó unas ventas de 613,5 millones de euros, con un ebitda de 67,1 millones y obtuvo un beneficio neto de 11,1 millones

20%

Tubacex quiere reducir su plantilla de 2.556 personas en todo el mundo, de ellas unas 800 en el País Vasco, en 500, un 20% del total, con el objetivo de recortar los costes en unos 25 millones de euros anuales.