- Como no podía ser de otra forma la entrevista está marcada por el coronavirus por los temas, pero también por la necesidad de guardar la distancia de seguridad y la presencia de la mascarilla. La situación es crítica y el diputado de Hacienda vizcaino no ahorra adjetivos.

Mañana lunes empieza la desescalada de los funcionarios de Hacienda, ¿cómo lo afrontan?

—Será en fases, estamos organizándolos con los sindicatos. No es fácil. En casa han hecho su trabajo perfectamente y durante el teletrabajo no ha habido ni horas ni días. Hemos estado muy activos.

Le toca enfrentarse a una caída de la recaudación sin precedentes.

—Si contemplamos una caída de recaudación en Euskadi de 3.000 millones de euros, en Bizkaia serán 1.300 o 1.700 millones. La horquilla es muy amplia porque como usted ha comentado no tenemos precedentes de un impacto de estas dimensiones no vinculado a la economía. El virus ha parado todo, de repente, en dos meses. A ver cómo salimos de esta.

¿El saneamiento financiero permitirá amortiguar el golpe?

—Es cierto que podemos estar financieramente mejor que otros, pero el impacto es tan fuerte que sin un recurso externo va a ser imposible amortiguar el golpe, salvo que los presupuestos sufran el impacto de la recaudación. Si hablamos de caídas del 20% en la recaudación, eso supone que tenemos un 20% menos de disponible. Y no es un problema solo para este año, el próximo ejercicio vamos a partir con un presupuesto un 20% inferior al de este año. Hay que hacer algo.

¿Endeudarse, subir impuestos€?

—Siempre se habla de estas cosas con rapidez y a bote pronto. Por el lado del ingreso lo que está claro es que no se puede hacer una reforma tributaria de hoy para mañana. Los análisis tributarios requieren su tiempo. Sobre todo teniendo en cuenta que cualquier reforma fiscal tiene efecto en el ejercicio posterior. Salvo los cambios en impuestos indirectos, IVA y especiales, cuya normativa no está en las juntas generales.

Las posibles modificaciones en el caso vasco están muy definidas.

—Nuestra capacidad normativa son Renta, Sociedades y Patrimonio, pero no conseguimos recuperar una caída de 3.000 millones de euros a nivel de Euskadi con la subida de ningún impuesto. Además, cualquier subida tiene que afectar, por ejemplo, a toda la tarifa del IRPF, no vale solo un tramo si se quiere lograr la cuantía suficiente. Eso también supone menos dinero disponible para las personas y por tanto menos consumo. Si hay menos consumo, hay menos IVA. No existe una subida tributaria que dé para todo.

¿Y qué se puede hacer?

—Revisar el gasto y analizar los tributos tranquilamente. También se habla de que Madrid puede poner nuevos impuestos: el de la digitalización, el de la tasa financiera€ Vamos a ver si se aprueban, cuánto se recauda y cómo se concierta. Ese es el escenario en el que nos movemos, pero claramente vamos a tener que recurrir a más endeudamiento. Bizkaia va a tener 200 millones menos de disponible y la mitad del presupuesto es Acción Social. Y acción social son las residencias, son los menores..., es muy complejo. Pero es imposible que todo el ajuste se dé por el lado del gasto.

Se han tomado ya decisiones en el ámbito fiscal para favorecer la liquidez de ciudadanos y empresas.

—A raíz del covid-19, hemos optado por medidas a corto plazo, dar liquidez a autónomos, pymes y microempresas o incentivar las reformas. ¿Qué nos falta a medio plazo? Habrá que avanzar en la reflexión que nos queda del IRPF, no sé si procederá a hacer reflexiones de otros impuestos. Es lo que nos toca. Y estamos volcados en saber con la mayor exactitud cuál será el impacto a final de año.

Habrá que encontrar la clave.

—No sé si encontraremos la clave. Lo que no hay es una varita mágica que coges y no ha pasado nada. Hemos vuelto al año 2014 en recaudación con unos gastos mayores en la administración. Por tanto, es el gran ajuste que tenemos que hacer. Hay que ver si por el lado del ingreso se puede hacer el ajuste y cómo se da, porque también solo por endeudamiento no puede ser. Las entidades financieras tienen la sana costumbre de que te prestan el dinero pero luego te lo cobran con intereses. La solución va a ser compleja y en algún caso dura y difícil. Ojalá me equivoque pero de esta crisis vamos a salir dentro de tres o cuatro años.

Las administraciones ya están analizando el presupuesto, priorizando el gasto. ¿Tienen detectadas las partidas prescindibles?

—Esa cuestión siempre se analiza en estas situaciones. El problema que tenemos es que no somos capaces de determinar cuál va a ser el ingreso. La recaudación de cada mes se refiere siempre al mes anterior. La recaudación de marzo hace referencia a los actos económicos de febrero. La de abril cogió la de marzo, en la que solo hubo 15 días de parón. Ahora nos falta ver mayo, que coge todo abril, un mes en el que hubo de todo, parón de producción, ERTE, no ha habido consumo de gasolina, ni de energía en las empresas€ Y vamos a ver qué pasa en junio respecto a mayo. Vamos a intentar tener dos o tres meses de esta situación a ver qué nos da y hacer una extrapolación a fin de año. Porque ahora estamos haciendo una estimación, lo más sesuda posible, pero sin ningún referente. El termómetro va a venir en mayo, cuya recaudación hacer referencia a lo que ha pasado en abril. A ver qué nos pasa, porque podría ser que tuviéramos un mes con recaudación negativa, cosa que parece imposible, ¿verdad? Pero puede darse.

Y manejan esa expectativa.

—Es que es cuestión de esperar. En diez días tendremos los datos de abril y luego, en junio, los de mayo. Ya serán datos reales, habrá que esperar. También tendremos que ver en mayo a ver cómo nos da el ajuste del IVA e Impuestos Especiales con el Estado. Este año va a ser muy complejo. Y aún así, aunque los datos de mayo y junio sean una referencia, la campaña de la renta terminará en septiembre y se han aprobado aplazamientos en el Impuesto de Sociedades para las empresas que, aunque lograron beneficios en 2019 y les tocaba pagar en 2020, han registrado caídas de ventas del 25% este año. Hay muchas cuestiones en el aire.

Son claves que definirán el resultado final del año.

—Hay claves para poder tener más información y poder hacer una mejor estimación. Y a partir de ahí empezar a trabajar internamente, cosa que no se ha dejado de hacer.

"La solución es compleja y en algún caso dura. Ojalá me equivoque pero saldremos en tres o cuatro años de la crisis"

"Vamos a ingresar cerca de un 20% menos. Tenemos que revisar el gasto y analizar los impuestos tranquilamente"