Bilbao - ¿Era necesaria la nueva Ley de Cooperativas?

-Sin lugar a dudas. La ley se aprobó el 20 de diciembre, entró en vigor el 30 de enero y deroga una ley de 1993. Ha sido una modificación necesaria y muy demandada por el ámbito cooperativo, porque era necesaria una modernización y dotar a las cooperativas de una regularización actualizada para hacer frente a las exigencias del mercado que las cooperativas tienen al igual que otro tipo de sociedades. Por lo tanto, ha sido algo necesario y muy demandado.

¿Qué aspecto había que modificar de manera más urgente para las cooperativas?

-Por una parte era una normativa desfasada y, por lo tanto, era necesario actualizarla para dotar a las cooperativas de determinadas posibilidades u oportunidades que la ley actual tiene. Por una parte, desarrolla el concepto de gobierno corporativo. Es decir, se aumentan las exigencias de las personas administradoras, pero se incorporan prácticas de gobierno corporativo, tendentes a la profesionalización de administración. SE desarrolla el concepto de deber de diligencia y lealtad, se incorpora la figura de un consejero, la posibilidad de que terceros independientes puedan formar parte del órgano de administración, incorpora la posibilidad de utilizar nuevas tecnologías para la celebración de reuniones€ Otro ámbito sobre el que se ha profundizado es la aclaración del régimen de responsabilidad de los socios, por deuda social de imputación de pérdidas que es limitada. Incluye la necesidad de que las cooperativas con más de cincuenta socios incorporen los modelos de prevención de delitos, la necesidad de que garanticen espacios libres de violencia sexista, planes de igualdad, participación paritaria en los órganos€ También se amplían los supuestos en los que las cooperativas pueden formar parte de operaciones de reestructuración societaria en las que participan otras sociedades: fusiones, escisiones. Son elementos necesarios en el día a día de este mundo globalizado en el que las cooperativas, respetando sus principios, no dejan de tener que competir con otro tipo de estructuras societarias en el mercado. Por lo tanto, se trata de dotarles de una regulación actualizada, moderna, que les permita competir en igualdad de condiciones.

La ley ha sido aprobada por PNV, EH Bildu, PSE y PP. ¿Ese consenso puede impulsar el modelo de las cooperativas?

-Es un modelo plenamente vigente, plenamente válido y los números de constitución de nuevas cooperativas así lo demuestran. Hay una figura, la de pequeña cooperativa, que se ha promocionado mucho. Se ha promovido que nuevas iniciativas empresariales configuren su sociedad bajo la fórmula de sociedad cooperativa. La aprobación de la ley tiene que favorecer ese proceso. La ley anterior estaba desfasada desde todos los puntos de vista y era urgente acometer este proceso. Ha habido un amplio consenso y ha sido un trabajo arduo. Nosotros estamos en el sector y se lleva años reclamando y años trabajando en esta modificación que finalmente se ha aprobado. Ha sido un proceso de años.

¿El periodo de dos años para adaptar los estatutos de las cooperativas puede ser dificultoso?

-Nosotros estamos trasladando un mensaje de oportunidad. La ley establece un plazo de dos años para que las cooperativas adapten los estatutos a la nueva ley. Es una obligación, pero vemos una oportunidad. La norma, basándose en el principio de autorregulación que tienen las cooperativas, establece un marco general. Pero luego son las cooperativas las que tienen que desarrollar la normativa y nosotros les invitamos a reflexionar sobre la adecuación de la normativa en los estatutos y aprovechar las oportunidades que la ley ofrece. Buscamos que la adaptación no sea un fin. Sería interesante que sea una oportunidad.

¿El blindaje de socios ante las pérdidas es una red para darles tranquilidad o posibilitará estrategias más arriesgadas?

-La ley no se ha cuestionado el régimen de responsabilidad limitada, pero por situaciones que se han vivido en los últimos años había sectores que se podían cuestionar la limitación de los socios por imputación de pérdidas. Esta ley lo que hace es aclarar. Fortalece y aclara esa idea. La redacción de 1993 podía dejar interpretaciones distintas y lo que hace es clarificar y despejar dudas. No estamos ante ningún cambio del régimen de responsabilidad.

Las cooperativas en Euskadi suponen el 6% de la población ocupada. ¿Poder contratar un 30% de personal no socio abre una ventana a la creación de empleo?

-Las cooperativas buscan consolidar el trabajo cooperativo y societario, que los trabajadores adquieran la condición societaria. Pero también es otra realidad que las cooperativas tienen que hacer frente a necesidades puntuales por situaciones en las que se implica una consolidación societaria. Esta norma lo que ha hecho es incrementar en un 5% esa relación de trabajadores por cuenta ajena frente a socios, del 25% al 30%. Las cooperativas necesitan mayor capacidad para atender picos de trabajo o cargas de trabajo puntuales y ese incremento permite una mayor contratación. Es una herramienta de flexibilidad que entiendo que es positiva para las cooperativas.

La nueva ley incide en la paridad y en la creación de espacios libres de violencia sexista. ¿Han sido las cooperativas un espacio hostil para las mujeres?

-No, ni mucho menos. Nada distinto de lo que podría haber sido dentro de otras estructuras jurídicas. Lo que la ley hace es incorporar tendencias que ya están cada vez más interiorizadas por la sociedad. Añade esas consideraciones: planes de igualdad, participación paritaria en los órganos de la sociedad€

¿Cómo va a facilitar la nueva ley que las cooperativas entren en procesos de fusión o escisión?

-Es una cuestión más técnica que otra cosa. La ley de 1993 no explicitaba los tipos de operaciones y procesos de reestructuración societaria en los que podía participar una cooperativa. En el ámbito ajeno al cooperativo había cierto desconocimiento y dudas. Es cierto que aquí la presencia cooperativa es muy importante y, por tanto, los registros competentes tenían mayor conocimiento. Pero esta modificación permite a las cooperativas participar en ese tipo de operaciones en las que una de las partes participantes en una sociedad de capital, o sociedad anónima o limitada y, por tanto, dota de mayor seguridad jurídica a estas operaciones. Esas reestructuraciones son herramientas e instrumentos que son utilizadas todos los días en los movimientos societarios del mundo. Las cooperativas tenían una dificultad. Nosotros, desde el punto de vista jurídico, entendemos que hay que dotar de una garantía jurídica ese tipo de procesos y, por tanto, es muy positivo.

¿Esta ley tiene más impacto en cooperativas de algún sector en concreto?

-Sí. La ley tiene una parte general, unas disposiciones generales que son de aplicación a todas las cooperativas. Y luego hay un régimen particular que afecta a un tipo concreto de cooperativas. En concreto se ha modificado el régimen de las cooperativas, por ejemplo, de vivienda, de enseñanza€

¿Se ha quedado corta la nueva ley en algún aspecto?

-Nosotros hemos participado activamente durante años en el proceso de aportar propuestas para incorporar a la ley de cooperativas y estamos satisfechos. Hay algunas cuestiones de interpretación, pero en principio estamos satisfechos y contentos de esta adaptación que supone una modernización de la Ley de Cooperativas. Desde el punto de vista práctico, supone la modernización del registro de cooperativas, de incorporar ya tramitación electrónica. Era algo necesario. No visualizamos ninguna deficiencia.