BILBAO - La consejera de Trabajo y Justicia del Gobierno vasco, María Jesús San José, afirmó ayer que, pese a las “tremendas dificultades para la regulación del empleo doméstico, están obligados a dar respuesta a su situación”, en un sector “muy feminizado” donde un 30% del empleo trabaja “en negro”, una de cada tres trabajadoras es de origen extranjero y es “el principal nicho laboral del conjunto de la población inmigrante en Euskadi”.

San José hizo estas declaraciones en el marco de su intervención durante la inauguración este jueves en Bilbao del I Congreso sobre Empleo Doméstico, en el que se analizaron aspectos como la economía irregular, la relación “mujer” e “inmigrante” o la necesidad de ampliar y proteger los derechos y condiciones laborales de sus trabajadoras.

El congreso, que se celebra hasta hoy en la Cámara de Comercio de Bilbao, bajo el lema De dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos. En el acto inaugural, junto a la directora del Congreso, Concepción Sanz, la consejera remarcó que no se pueden “aceptar las excepciones que se realizan desde las distintas normas del derecho del trabajo para con las personas trabajadoras”.

Igualmente, añadió que “las ayudas a la conciliación de la vida familiar y laboral y los derechos de prevención de riesgos laborales, entre otros, no pueden seguir siendo excepciones para las trabajadoras del hogar”. Finalmente, San José indicó que las conclusiones del congreso van a ser “tenidas en cuenta de cara a las acciones a desarrollar, en el medio y largo plazo para la dignificación del trabajo doméstico”. - DEIA