BILBAO - La apuesta europea por el automóvil eléctrico no acaba de despegar con la celeridad precisa para conseguir reducir las emisiones de gases de efecto invernadero por las notables carencias existentes en el entorno del coche eléctrico ligadas, fundamentalmente, a su escasa autonomía, al elevado tiempo de recarga y a la limitada red de infraestructuras para la citada recarga. Sin olvidar que sus precios son hoy por hoy mucho más elevados que sus equivalentes con motor de combustión. Pese a ello, las ventas de vehículos eléctricos en Europa han crecido un 88,5% en el primer semestre hasta alcanzar las 166.905 unidades, cifra que en el caso vasco se eleva a sólo 363 coches eléctricos, 271 en la CAV, lo que supone un crecimiento del 35,5% en dicho territorio, y 92 en Nafarroa, lo que representa un aumento del 228,5%. En el caso de Euskadi, la evolución es más positiva si se tienen en cuenta las matriculaciones totales de vehículos híbridos, los que combinan un motor de combustión tradicional con uno eléctrico, pues en el primer semestre en el caso de la CAV han aumentado un 50% hasta sumar 2.211 unidades, cifra que en tierras navarras se queda en un más modesto crecimiento del 12% para un total de 456 coches.
Según los últimos datos de ACEA, la asociación europea de constructores de coches, las matriculaciones de turismos y todoterrenos eléctricos alcanzaron un volumen de 166.905 unidades en el conjunto del mercado europeo durante el primer semestre del año. Dicha cifra supone un notable crecimiento del 88,5% respecto a dicho período de 2018 pero no deja de ser, en términos absolutos, poco más que testimonial porque no hay que olvidar que en el periodo enero-junio de este 2019 en Europa se han vendido 8,4 millones de vehículos, un 2,5% menos.
Con todo, y pese a la incertidumbre existente en el mercado interno español del automóvil, con una caída de las ventas de coches en torno al 9,2% en el periodo enero-junio, el Estado español se ha convertido en el país de Europa, de entre los cinco grandes mercados (España, Francia, Italia, Alemania y Reino Unido), que ha registrado el mayor crecimiento en las entregas de vehículos eléctricos, con un incremento del 141,5% y 5.452 unidades.
A modo de comparación, según los datos de ACEA, las ventas de este tipo de vehículos crecieron un 60,3% en Reino Unido, un 123,6% en Italia, un 80,1% en Alemania y un 46% en Francia.
En el sector consideran que se está dando una aceleración en el crecimiento de las ventas de autos eléctricos pues en el segundo trimestre, el volumen comercial de automóviles eléctricos en el conjunto de Europa se situó en 83.263 unidades, un 89,7% de progresión en la comparativa con las 43.900 unidades vendidas en el segundo cuarto del año pasado. Este 89,7% de aumento supera al 88,5% de la media semestral.
En Europa, los coches eléctricos más vendidos en el primer semestre de este año han sido los Tesla Model 3 con un volumen total de 37.227 unidades, el Renault Zoe, con 23.914, y el Nissan Leaf, con un total de 16.104 unidades.
Híbridos Por su parte, las ventas en el mercado de turismos y todoterrenos híbridos enchufables bajaron un 13,7% entre enero y junio, sumando 83.409 unidades, y un 22% en el segundo trimestre, con un volumen de 40.090 unidades. En Europa se matricularon 417.415 automóviles híbridos en la primera mitad del ejercicio actual, un 36,2% de subida. Además, las ventas de coches alternativos a los tradicionales de motores de gasolina y gasóleo (los que utilizan gas natural y de etanol como combustible) descendieron un 3,5% en el semestre con 128.421 unidades.
En conjunto, las entregas totales de turismos y todoterrenos alternativos en el mercado europeo experimentaron un crecimiento del 27,4% en el primer semestre, con 796.150 unidades.
Gasolina lidera El mercado europeo de coches de gasolina se situó en 4,93 millones de unidades, un 2,2% más, al tiempo que las ventas de automóviles diésel cayeron un 17,1% en lo que va de ejercicio, con 2,63 millones de unidades
En todo caso, el sector del automóvil es plenamente consciente de la necesidad de hacer una transición hacia modelos de vehículos menos contaminantes pero considera que la misma debe ser ordenada dando tiempo a la industria, a las infraestructuras y a los consumidores a adaptarse a la misma sin mayores costes y sin poner en peligro una industria que es la primera de Euskadi.
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