Fallece José María Ormaetxea, uno de los padres del cooperativismo vasco

Nacido en el seno de una familia modesta, es el paradigma de un hombre hecho a sí mismo. Comenzó con 14 años en la escuela de aprendices de la Unión Cerrajera. Esa adolescencia forjada por el trabajo y el esfuerzo dio como resultado un hombre de fuerte carácter y gran personalidad, siendo un incansable trabajador, con una inteligencia sorprendente.

Sin duda, el acontecimiento que cambiaría su vida fue conocer en 1941 al sacerdote José María Arizmendiarrieta. Gracias a sus enseñanzas se forjó en él un gran sentido de la solidaridad. Finalizó sus estudios de la Escuela de Peritos Industriales de Zaragoza en 1952 mientras compaginaba los estudios con sus labores en la Unión Cerrajera. Fue en esa época cuando, junto a Alfonso Gorroñogoitia, encabeza las reivindicaciones de los trabajadores, pero ante la imposibilidad de conseguir cambios significativos en la empresa, decidió abandonarla para centrarse al cien por cien en el proyecto de Ulgor, la primera empresa de la Experiencia Cooperativa de Mondragón.

A partir de ahí Ormaetxea se dedicó en cuerpo y alma al movimiento cooperativo, encadenando diferentes cargos en la red que creó en Arrasate, como el de gerente de Ulgor o director general de Caja Laboral. En ese puesto, precisamente, desempeñó su trabajo durante 27 años y realizó su mayor contribución a la cooperativa, implicándose en la División Empresarial de la Caja, que bajo su liderazgo se convirtió en la palanca financiera y de gestión que posibilitó el espectacular crecimiento del grupo empresarial. Ya en los últimos años de su trayectoria profesional Ormaetxea fue el primer presidente del Grupo Cooperativo Mondragón, desde 1988 hasta 1990, y después, vicepresidente ejecutivo de la SPRI y presidente de la Sociedad Capital Riesgo.