bilbao - “El absentismo laboral es un factor complejo que no se puede simplificar”. Es la advertencia que lanzó ayer el director de Osalan, Alberto Alonso, en la presentación de un informe sobre absentismo realizado por la mutua Asepeyo. Unos números que dejan claro que las bajas por enfermedad se concentran en una parte muy pequeña de los trabajadores, en torno al 20%, con una duración media de unos 38 días. La CAV es el tercer territorio del Estado donde más bajas se cogen por detrás de Nafarroa y Catalunya, aunque en general son más cortas que en el resto de autonomías.

Los trabajadores vascos no suelen salir bien parados cuando se habla de absentismo. Tanto Adecco como Randstad, dos de las agencias de empleo que más suelen elaborar este tipo de estadísticas, sitúan a Euskadi con la tasa más alta de absentismo. En concreto, los vascos faltan al trabajo entre el 5 y el 8% de las horas, depende del informe, en torno a un punto más que los españoles.

Lo que ocurre es que ya de salida el término absentismo induce a error. Estos datos no diferencian entre las ausencias al trabajo injustificadas y las que son provocadas por una baja médica, es decir, no aclaran realmente cuántas personas faltan al trabajo sin motivo. Este tipo de estadísticas, protestan los sindicatos, favorecen el discurso de la parte empresarial al convertir el absentismo en un problema económico de primer orden y contribuyen a que las personas acudan enfermas a trabajar. No es absentismo, es enfermedad, se titula el último informe de UGT en respuesta a los datos de Adecco.

De ahí que ayer el director de Osalan reclamara claridad a la hora de abordar el asunto. “El absentismo es una cuestión multicausal que hay que estudiar desde diferentes dimensiones. No se puede hacer una caricatura fácil”, indicó Alonso.

Según Asepeyo en Euskadi hubo el año pasado algo más de 300.000 bajas por contingencias comunes, es decir, por enfermedades o accidentes que no tienen un origen específicamente laboral. Si se tiene en cuenta que el número de afiliados vascos a la Seguridad Social está cerca del millón, en principio tocaría una baja anual por cada tres trabajadores.

Pero el reparto es mucho más desigual ya que todas las bajas se concentraron en el 20,8% de los ocupados. Dentro de este grupo, el 1,4% cogió tres bajas o más en el año. En el otro extremo, el 79,2% de los trabajadores vascos no faltaron ninguna jornada a su puesto de trabajo. En comparación con otros territorios en la CAV se cogen bastantes bajas -31,1 al mes por cada mil trabajadores, por detrás de Nafarroa (44,2) y Catalunya (36,3)-, aunque son más cortas. La duración media es de 38 días, si bien la mayor parte son mucho más breves, de no más de dos semanas.

lumbalgias y tendinitis Los datos de Asepeyo rubrican que la mayor parte de las bajas se deben a dolencias o lesiones musculares. Hay estudios universitarios que estiman que las enfermedades musculoesqueléticas -lumbalgias, tendinitis o el síndrome del túnel carpiano- están detrás de tres de cada cuatro casos de incapacidad temporal. Les siguen la gripe y los transtornos mentales como la ansiedad o el estrés como segunda y tercera causa de bajas laborales.

Las ramas sanitarias, los servicios sociales y la administración concentran el mayor número de bajas en la CAV, aunque suben con fuerza en construcción y en actividades científicas y técnicas. Como ocurre con los accidentes laborales, el lunes es el día de la semana en que más bajas se solicitan, casi un tercio del total.

“Este absentismo laboral es una de las principales preocupaciones de las empresas, ya que crece cuatro veces más que el empleo e incide negativamente en la productividad y genera altos costes y pérdidas”, señaló Unai Acha, de Asepeyo.