BILBAO - La preocupación vuelve a cernirse sobre los trabajadores del sector siderúrgico en el Estado español tras oficializarse que las importaciones de acero en Europa han crecido el último año un 12%, una cifra récord, mientras que el mercado siderúrgico solo lo ha hecho, un 3,3%, según Geert Van Poelvoorde, presidente de la patronal Eurofer, por lo que los empresarios europeos han vuelto a pedir a la Unión Europea medidas de salvaguarda para evitar que haya que adoptar medidas como las anunciadas por el grupo ArcelorMittal que este año va a reducir la producción en las plantas asturianas en 700.000 toneladas, un 16%, aunque en total en Europa quiere dejar de producir 3 millones de toneladas, lo que implica el cierre temporal de plantas como la polaca de Cracovia.
La organización empresarial que agrupa a las compañías europeas productoras de acero Eurofer ha solicitado a la UE que adopte medidas para proteger a la industria siderúrgica en el continente frente al aumento récord de las importaciones de productos terminados de acero desde terceros países, en especial desde Turquía tras la fuerte devaluación de la libra turca, y Rusia. Este aumento de las importaciones combinado con un mercado en desaceleración con una demanda débil amenaza con obligar a las empresas a recortar aún más su producción, para evitar una caída de precios que lleve a las compañías a números rojos en sus cuentas.
La patronal calcula que la demanda de acero en Europa este año se reducirá un 0,4 % en 2019, pese a haber crecido un 3,3 % el año pasado, mientras que las importaciones desde países no comunitarios han aumentado en el año entre un 12,6% y un 12,8%, por encima del incremento récord del 12% contabilizado en 2018.
El presidente de Eurofer, Geert Van Poelvoorde, destacó en Bruselas que detrás de los “problemas profundos” que atraviesa la industria del acero en Europa, está el exceso de capacidad de la industria china unido a la imposición de aranceles al acero y aluminio el año pasado por parte de Estados Unidos, que ha provocado una avalancha de importaciones hacia Europa de acero que se produce con unas reglamentaciones medioambientales muy inferiores a las que se les exige a los productores europeos.
emisiones Recuérdese que Europa produce unos 160 millones de toneladas de acero al año, con cerca de 330.000 trabajadores, frente a los más de 900 millones de toneladas que salen de las acerías chinas, la mitad de toda la producción mundial. Eurofer calcula que dos tercios del acero que antes iba al mercado de EE.UU. ahora termina en la UE. A ello, la industria europea reitera, hay que añadir los costes extras que supone cumplir con las exigencias comunitarias en materia de emisiones de dióxido de carbono (CO2). Las empresas se quejan de que se ven obligadas a comprar permisos de emisión que elevan sus costes de producción, mientras que las importaciones que llegan de fuera no tienen esa carga.