BILBAO - La fabricación aditiva o impresión 3D ha llegado a la industria para dar respuestas y soluciones plenamente competitivas como bien se ve en la feria ADITT3D, que se ha convertido en la primera del Estado en cuanto a las aplicaciones industriales, no domésticas, de esta tecnología con más de 100 expositores. En estands como el de la compañía HP se ven, según recuerda su responsable de márketing, Monica Colomé, la amplia gama de piezas que se pueden elaborar con impresoras 3D como las de la citada firma que trabajan con resinas. Algo, indica, Colomé “de la que dan fe los más de 50 clientes que tenemos ya en España y que utilizan nuestras impresoras a nivel industrial”.

La fabricación aditiva, o fabricación por adición más concretamente, es un nuevo concepto de producción a través del cual el material (plástico o metal) es depositado capa a capa de manera dirigida allí donde es preciso. Con esta técnica, conocida como impresión 3D, se producen formas geométricas personalizadas según las necesidades de cada sector.

Comparada con las técnicas de fabricación tradicionales, esta tecnología, según señaló Matteo Delfino, responsable de fabricación adictiva en la empresa Baker Hughes, del grupo General Electric, reúne una serie de ventajas destacadas: es más rápida, ofrece más posibilidades de fabricación y mejora la productividad.

El resultado es que en determinadas piezas que elabora el grupo General Electric con fabricación aditiva se logran ahorros del 40% respecto a técnicas tradicionales. Citó varios ejemplos como el de las turbinas de gas GE modelo LM 9000 en las que la fabricación aditiva reduce de 15 partes ensambladas a una sola.

Otras ventajas de esta tecnología es que, por ejemplo, permite tener, un inventario digital con lo que se pueden elaborar recambios de piezas que se han dejado de fabricar hace mucho tiempo, un hecho que a veces pasa en sectores como el aeronáutico, sin tener que acumular stocks. Además acelera el periodo desde que se diseña una pieza y pasa a estar en el mercado. También se pueden evitar los gastos de transporte de piezas pues con la fabricación aditiva se pueden fabricar in situ donde se necesita. Adicionalmente se reducen procesos intermedios como la producción de utillajes, lo que permite obtener piezas en plazos hasta un 90% más rápidos. Es más, al utilizar únicamente el material preciso para producir la pieza no se generan residuos, los componentes tienen un coste menor y se produce de manera más sostenible, resaltan en el sector.

Izaskun Arriaga, de la compañía vasca Optimus 3D, “una ingeniería en tecnología 3D”, señala que la fabricación aditiva tiene una serie de ventajas muy importantes para sectores como el aeronáutico donde el peso es fundamental porque “permite aligerar piezas y diseñar piezas en pequeñas series y con materiales especiales como titanio”.

La empresa alavesa destaca que la fabricación aditiva permite también trabajar en sectores como “el biomédico donde se puede diseñar prótesis adaptadas”. Por ejemplo, recuerda Arriaga, “es posible escanear digitalmente 3D, la mano de un paciente en una ambulatorio y diseñar la férula adaptada al momento”. La empresa vasca Optimus 3D radicada en el Parque Tecnológico de Araba está en fase de expansión y trabaja con clientes tan importantes como Aernnova, en el sector aeronáutico, o Mercedes Benz, en el de automoción.

Javier Trullén, de la compañía Dynamical, resalta que la fabricación aditiva ya ha pasado de la fase en la que se utilizaba para hacer prototipaje a una en la que ya se utiliza en la producción industrial en pequeñas series o allá donde se precisan piezas muy complejas. Y abre unas posibilidades importantes. - X. Aja