BILBAO - La apuesta del mundo por las energías limpias y renovables augura un lento declive de la industria ligada al petróleo y de las centrales térmicas clásicas, mercados tradicionales de Tubacex, el fabricante vasco de tubos de acero inoxidable sin soldadura. Sin embargo la compañía mantiene su apuesta por el crecimiento en productos del alto valor añadido para la industria de oil&gas, en especial en este último combustible, y a través de la diversificación entrando a suministrar productos en sectores como el aeronáutico. En este contexto, el plan estratégico de la compañía prevé alcanzar una facturación de 1.000 millones de euros en 2022 frente a los 677 millones de 2018.

Estas previsiones fueron adelantadas por el consejero delegado de Tubacex, Jesús Esmorís, con motivo de la celebración en Laudio de la junta general de accionistas de la compañía alavesa presidida por Álvaro Videgain.

Esmorís señaló que en un escenario estable, con precios del petróleo entre 70 y 80 dólares, es factible que la compañía alcance sus objetivos porque “se está produciendo un repunte de las inversiones en el sector de oil&gas, donde, por fin, vemos luz tras cuatro años muy complicados”. Según el consejero delegado de Tubacex se está notando “la entrada de pedidos” hasta el punto de que la cartera de la compañía está en máximos de los últimos años. A nivel sectorial, se prevé un crecimiento del orden del 6% en todo el mundo en el área de upstream.

Jesús Esmorís destacó que la compañía ha hecho los deberes en estos cuatro últimos años, con inversiones en I+D+i que le ha permitido desarrollar nuevas patentes y lanzar productos innovadores de mayor valor añadido hasta el punto que al fin del plan estratégico 2020-2022, los productos premium representarán el 70% del mix de la compañía.

Por otra parte, Tubacex sigue con su expansión internacional que se ha concretado con la adquisición de IBF, en Italia; Prakash, en India; Awaji, en Tailandia y Nobu, en Abu Dhabi. Además, a finales de año espera poner en marcha la nueva planta de Durant-Oklahoma, en Estados Unidos), una fábrica muy automatizada pero que a pleno rendimiento contará con cerca de 200 personas en plantilla. Según Esmorís, tras las operaciones citadas con el nuevo perímetro de la compañía formado por nueve plantas se tendrá un potencial de facturación adicional de unos 300 millones lo que permite plantear alcanzar los citados mil millones de euros de ventas.

Uno de los puntos claves de la estrategia a futuro de la compañía siderúrgica que concentrará en Euskadi, donde emplea a cerca de un millar de personas, las actividades de mayor valor añadido mientras que producirá en India y Tailandia los productos más estándar y commodity, es la apuesta firme por la diversificación hacia sectores diferentes a los tradicionales de petróleo-gas y energía convencional.

En este sentido, Esmorís indicó que la compañía trabaja ya en sectores como el aeronáutico, donde colabora con ITP en proyectos para Boeing y Rolls, suministrando tubos especiales para la hidráulica de las turbinas. Asimismo, produce tubos de inyección para los motores de gasolina del sector del automóvil y para proyectos térmicos solares. El objetivo es que el área de diversificación aporte el 10% de la facturación frente al 3% actual.

Tras la junta los mercados bursátiles valoraron positivamente el anuncio de volver a repartir dividendo y el plan estratégico anunciado, y las acciones de Tubacex subieron un 3,6% hasta los 2,7 euros.

De cara este ejercicio, “un año de transición”, espera repetir resultados pese a no contar con un contrato como el de Irán.

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