Sevilla- “En esta década años hemos asistido a una evolución sin precedentes de la biotecnología en el Estado debido a la ola de operaciones financieras que se han llevado a cabo en el sector especialmente desde el año 2014”, reconoce a DEIA, con indisimulada satisfacción, Ion Arocena, director general de la Asociación Española de Bioempresas (ASEBIO), organizadora de la novena edición de Biospain, la feria biotecnológica que se ha convertido en el mayor evento europeo con base fija en un país y que este año se ha celebrado en Sevilla, con una destacada representación de empresas vascas.
Con una dilatada experiencia profesional en el sector empresarial biotecnológico, principalmente en start-ups y PYMES, así como en financiación de empresas y capital y riesgo, este biólogo por la Complutense de Madrid con Premio Extraordinario (2003) y Master MBA por EOI (2010) se incorporó a la dirección de patronal de las Bioempresas en abril de 2016.
“Somos una organización que agrupa y representa los intereses de las empresas, asociaciones, fundaciones, universidades, centros tecnológicos y de investigación que desarrollan actividades en el ámbito de la biotecnología en España”, subraya Arocena, natural de Urretxu, quien está seguro de que Biospain volverá a Euskadi pronto, “ya que la experiencia de 2016 con el BEC, el Gobierno vasco, la diputación foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Barakaldo fue fantástica”.
El último Biospain se celebró en Bilbao en 2016 todavía inmersos en la crisis. ¿Qué ha variado desde entonces en el sector de la biotecnología?
-Se ha ido consolidando la atracción de capital internacional. A partir de 2014 empezó a darse, si no una revolución, sí una evolución en el sector de la biotecnología. Esa tendencia se acrecentó en 2016, cuando se celebró la Biospain en la capital vizcaina que atrajo a 1.750 delegados de 800 empresas de 29 países, (siendo el 28% de los asistentes de origen internacional), 233 expositores, 50 inversores internacionales, 49 conferencias y se mantuvieron 3.000 reuniones en partnering. En pocos años hemos pasado de ser un país que no era conocido por generar innovación en este sector a que los agentes internacionales se empiecen a plantear si se están dejando algo de lado.
A partir de ahí empiezan los acuerdos de colaboración
-Sí. Es a partir de 2014 cuando se empieza a contar con las organizaciones del Estado y se inician las colaboraciones de codesarrollo, licencias, operaciones de capital-riesgo con participación de inversores internacionales por volúmenes más significativos. Además, es una tendencia creciente. En Biospain de Bilbao había habido algunos casos de este estilo y ahora en 2018 en la Feria de Sevilla se han hecho importantes operaciones en empresas de ciencias de la vida. Se ha consolidado la tendencia de atracción de capital internacional.
¿Qué demanda la Medicina de Precisión del sector ‘biotech’?
-Clarísimamente es una de las líneas de futuro desarrollo del sector. Actualmente hay muchos productos que están pensados para subpoblaciones concretas de pacientes que son las que responden de manera óptima a ese tratamiento. Desde el sector biotech se tiene claro que el futuro va en esa línea y que eso nos va a obligar a todos, incluido a las Administraciones, a cambiar las formas en las que trabajamos.
¿En qué sentido?
En que hay un cambio de paradigma donde tendremos productos o combinaciones de productos para pacientes específicos. Eso nos obliga a que las administraciones varíen la forma en la que están comprando la innovación. La innovación pasa a la práctica de otra forma y debe ser adquirida de forma diferente.
¿Los Gobiernos deben de incluir y poner en valor en sus agendas los ecosistemas biotecnológicos que estaban aparcados por la crisis ?
-Este es un sector que tiene unas necesidades de capital elevadas, financiación, largos plazos de maduración.., no solo aquí, sino en todas partes, es un sector que recibe una atención importante por parte de las autoridades articulando herramientas de apoyo financiero dirigidas al mismo. Es cierto que durante la crisis con las restricciones presupuestarias fuimos sacrificados. Ahora que la situación está empezando a mejorar queremos volver a introducir en la agenda política una discusión en profundidad sobre cuál es el modelo de apoyo a la I+D+i que queremos tener en el país. Si se aspira a un cambio del modelo productivo habrá que plantearse que las herramientas de apoyo y financiación que se pongan encima de la mesa respondan a ese objetivo último.
¿El nivel de las empresas de biotecnología en el Estado y en Euskadi, en concreto es bueno?
-Nos tenemos que quitar complejos. Lo que se hace en el Estado no tiene nada que envidiar a otros países. Es evidente que quienes primero empezaron a desarrollar este sector como EE.UU. y Reino Unido, Francia nos sacan un par de cabezas porque han conseguido madurar sus ecosistemas. En España el sector empieza a principios del 2000; lo mismo en el País Vasco; hay que tener en cuenta que el tejido empresarial estaba muy dedicado a la industria manufacturera, al sector del metal, en otras zonas al sector agroalimentario. Y el cambio de modelo productivo no ocurre de un día a otro, pero creo que tenemos una base muy buena sobre la que construir.
¿En la CAV el esfuerzo realizado en este sector es destacable?
-Tanto la Comunidad Autónoma Vasca como la foral de Navarra han hecho un importante esfuerzo. En Euskadi desde el desarrollo del autogobierno se ha impulsado el tener una infraestructura científico-técnica competitiva, la atracción de talento, los Ikerbasques, la consolidación de ese talento, financiación de I+D, los centros de investigación cooperativo; todo eso son los cimientos sobre los que se podrá construir una industria biotecnológica competitiva. El trabajo ha empezado; lo que ocurre es que es de largo recorrido y hay que mantener ese esfuerzo.
¿Se incentiva como es debido a las empresas biotecnológicas?
-Es una discusión que trasciende muchas veces nuestro ámbito próximo. Desde ASEBIO si creemos en la necesidad de que haya una coherencia. Las empresas necesitan ayuda financiera, un marco fiscal favorable y también que la Administración, allí donde lo compete, ejerza de tractora de la demanda. La Administración es un grandísimo comprador de productos y servicios, y no digamos en el sector de la salud. Si la Administración cree que la innovación tiene que jugar un papel en el desarrollo económico y social de sus Comunidades es importante que cuando la administración compra también tenga en cuenta ese factor.
¿La burocracia y los calendarios son un hándicap en los proyectos?
- Es clave la previsibilidad; cuando hablamos de subvenciones o incentivos fiscales debe de existir seguridad jurídica y previsibilidad. Desde ASEBIO pedimos que se articulen los recursos -intentaremos que sean los suficientes-, pero aunque no sean los adecuados, tan importante como su volumen es cómo se ponen en marcha: que se hagan en base a un calendario que permita a las empresas planificarse, que las convocatorias tengan una continuidad en el tiempo.
Pero nuestros investigadores emigran porque aquí cobran 800 euros
La movilidad geográfica es buena cuando es una vía de consolidación o generación de oportunidades laborales, pero cuando el talento no tiene posibilidad de retornar es un fracaso. Además, tenemos que ser competitivos para atraer talento extranjero. Hay compañías en el Estado que deben de reclutarlo fuera porque no hay expertise en competencias determinadas. Lo que es bueno es que nos hemos dado cuenta de eso. Empresas y Administraciones deben hacer un esfuerzo por atraer ese talento cuando lo necesitan para crecer.