Bilbao - El consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, advirtió ayer de que 2018 supondrá “el fin de la hucha de las pensiones” y pidió al Estado español que “no permanezca a la espera, escudándose en unos índices de sostenibilidad, mientras la suficiencia se deteriora”. En ese sentido, el consejero destacó el importante papel de las Entidades de Previsión Social Voluntarias (EPSV) vascas y afirmó que no se puede abordar el futuro de la previsión social complementaria “sin tener en cuenta el del sistema público”.

En un acto organizado por la Federación de EPSV, Azpiazu insistió en que Euskadi se ha convertido en un referente dentro del Estado en lo relativo a Previsión Social Complementaria, aunque “no así en la esfera internacional”. Entre los aspectos positivos existentes en el País Vasco citó la regulación propia “consolidada”, la capacidad para definir los incentivos fiscales, el desarrollo de “una experiencia significativa en los sistemas de empleo” y el “consenso básico” existente “entre todas las partes interesadas”, de que “siendo el primer pilar público, el elemento fundamental hay una necesidad de la generalización de la previsión complementaria a través del segundo pilar”.

También se refirió a “las dificultades” en la fase de desarrollo, como “un gran desconocimiento entre la ciudadanía” sobre la finalidad y el funcionamiento de la Previsión Social Complementaria. E incluyó, entre las trabas, a la limitada capacidad de ahorro de amplios colectivos de rentas medias y bajas, “y en especial de los más jóvenes” por el “gran impacto de la crisis”, así como que los incentivos fiscales “no han contribuido de la forma que hubiera sido deseable a la generalización del segundo pilar, que es el objetivo central”. A su juicio, “las posibles estrategias de salida para recobrar el impulso” requerirá de “mucho diálogo y trabajo conjunto como paso previo a su consideración por el Consejo Vasco de la Previsión Social”, indicó.

Azpiazu aludió a la aprobación, por parte del Gobierno vasco, del Plan de Previsión Social 2006-2014, que “barajaba, como aspiración, que la Previsión Social Complementaria” llegara a “cubrir el 20% de los salarios finales”, de manera que los ciudadanos vascos “dispusieran de una tasa de sustitución de rentas que le permitiera mantener su nivel de vida”.

Un objetivo así supone, según sus cálculos, una aportación del 6% del salario anual a lo largo de la vida laboral, por lo que “no sorprende” que se esté “lejos de poder hacer realidad ese desideratum, excepto para algún colectivo reducido de población asalariada”.

Además, apuntó que aquella referencia “se insertaba en un contexto de cobertura del sistema público que ha cambiado radicalmente”, ya que “la crisis económica, la contención salarial, el aumento sostenido del número de pensionistas y el efecto sustitución de las altas por las bajas, conducen a un déficit persistente”. “En el año 2018 vamos a asistir al fin de la hucha de las pensiones”, advirtió.

“Un fondo de reserva invertido en deuda pública, si se consolida con el Estado, significa simplemente menos deuda pública total y nada más”. “Hoy el Estado tiene que prestarle a la Seguridad Social para cubrir el déficit”, dijo el consejero vasco. - DEIA