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Iratxe Las Hayas Madariaga: “Soy partidaria de las cuotas femeninas en las empresas”

La directora de ZIV Grid Automation, Iratxe Las Hayas, analiza la presencia de la mujer en los puestos de dirección de las empresas y reconoce que es muy limitada

Iratxe Las Hayas Madariaga: “Soy partidaria de las cuotas femeninas en las empresas”Juan Lazkano

BILBAO - La mujer ya no es discriminada en la vida empresarial pero la realidad de los número no engaña: La presencia femenina en los puestos de dirección de las compañías sigue siendo muy escasa y no guarda proporción ni con la formación, ni con el porcentaje de mujeres en las empresas, algo que, además de injusto, supone una gran pérdida de talento por lo que la directora de la división Grid Automation en la empresa vasca fabricante de equipos eléctricos ZIV, Iratxe Las Hayas Madariaga, reconoce que ahora sí es partidaria de establecer cuotas femeninas en las sociedades. “Soy partidaria de las cuotas y de la meritocracia”. Ingeniera Industrial por la Escuela de Ingenieros de Bilbao, MBA por la UPV-EHU, Iratxe Las Hayas ha desarrollado gran parte de su carrera profesional en el Grupo Arteche hasta que el pasado año accedió a su actual puesto como responsable del negocio de automatización de subestaciones eléctricas (SAS) en ZIV. En su tiempo libre colabora con la asociación PWN que se encarga de apoyar la carrera profesional de la mujer en la empresa.

Los datos señalan que las mujeres apenas representan el 20% de los miembros de los consejos de administración de las empresas del Ibex pero apenas llegan al 3% en los puestos ejecutivos. ¿Por qué les cuesta tanto acceder a los puestos directivos de las empresas? ¿Existe un techo de cristal?

-Es un hecho que existe un techo de cristal y un suelo pegajoso. ¿Qué quiero decir?. Pues que teniendo las mujeres todas las razones digamos técnicas, -formación, cualificación, ambición etc-, para acceder a la alta dirección son pocos las que llegan. Cuando me refiero al techo quiero decir que, hoy por hoy, los que habitualmente toman la decisión y eligen a los candidatos suelen ser hombres. Y estos, inconscientemente, por un tema de afinidad, generan una cierta discriminación por el mero hecho de buscar roles similares a los suyos y optar por lo conocido. Además, las mujeres no son generalmente activas en hacerse visibles ellas y su labor.

Dicho esto, las mujeres tenemos un suelo propio nuestro debido a las limitaciones internas que se ponen las candidatas. Y estoy hablando de la elevada autoexigencia, la cautela, el posicionamiento de wait and see, de esperar ser elegidas en vez de trabajar proactivamente para ir a por ello.

¿Las propias mujeres se autolimitan, por razones histórico-culturales, para pujar por puestos directivos en las empresas?

-Pues sí. Existen limitaciones socio-culturales que generan el sentimiento de culpa por una supuesta falta de dedicación y sacrificio en pro del hogar y la familia, también se prioriza a veces la carrera profesional de la pareja masculina etc.

¿Existen etiquetas de género, valores que se asocian en mayor medida a hombres y otros que se ligan a las mujeres, y que inciden a la hora de adjudicar roles?

-Hay etiquetas sociales inconscientes que identifican autoridad e influencia con masculinidad y mando, y otras que asocian la mujer a una actitud más protectora y de mayor aversión al riesgo.

¿La mujer por serlo, en líneas generales tiene algunos valores a destacar en el seno de las empresas?

-Las mujeres en general son buenas en crear redes de confianza, valores, lealtad a la palabra dada, gestión de equipos etc. Y creo que estas son, en general, una cualidades apreciables para ejercer el liderazgo en las empresas. Pero hay una cosa clara, la infrarrepresentación de la mujer en los puestos directivos de las empresas es una pérdida de talento y en la mayoría de los estudios se constata que los mejores resultados en las compañías se obtienen con la formación de equipos lo más equilibrados posible en género, en talento, pero también en edad, la juventud tiene un empuje pero no se puede dejar de lado la experiencia que dan los años.

La incorporación de la mujer a los puestos directivos en las empresas va más lento de lo que evoluciona una sociedad como la española donde el porcentaje de mujeres con formación universitaria ya supera claramente a los hombres por debajo de los 35 años. ¿Es partidaria de establecer cuotas para mujeres, de una cierta discriminación positiva, en las empresas?

-Aquí he de decir que yo no era partidaria de este sistema porque consideraba que fijar cuotas iba en contra del mérito pero vista la lentitud de la incorporación de la mujer cuando hay suficientes mujeres preparadas ahora sí considero que sería positivo establecer cuotas femeninas. Sí, soy partidaria de las cuotas y de la meritocracia.

La maternidad sigue condicionando sobremanera la carrera profesional de la mujer en la empresa. ¿Se ha avanzado lo suficiente en la conciliación familiar?

-Es cierto que en muchos casos la maternidad es un punto de inflexión en la carrera profesional de las mujeres. Pero desde mi punto de vista para solventar esta situación hay que avanzar en la corresponsabilidad en la familia, en el hogar. Y además la administración pública también tiene un papel que jugar ayudando a las familias con guarderías asequibles en precio, horarios, distancias... etc. Así como legislando en temas como la implantación de bajas de paternidad obligatorias.

Usted es ingeniería y hasta no hace mucho la presencia de la mujer en las carreras técnicas era inferior a la del hombre. ¿Esto puede explicar la menor presencia femenina en las empresas industriales que son, en general, las más representativas del País Vasco?

-Yo nunca he sentido discriminación por ser mujer en una empresa industrial. Es cierto que somos menos y que hoy en día aún existe un gap de representación femenina en las carreras técnicas, ingenierías, matemáticas y física. Esto puede ser fruto de una tradición histórica pero hay que trabajar desde los colegios y los medios de comunicación para animar a los jóvenes, chicos y chicas, a formarse en mayor medida en Ciencias.

¿Cómo ha evolucionado ZIV en el último año?

-Estamos es un escenario muy complicado en el sector energético, con grandes incertidumbres macroeconómicas, pero la facturación del grupo ha crecido en torno al 10% y el empleo cerca de un 3%. Somos unos 500 empleados. Por supuesto hemos seguido con el esfuerzo en innovación desde nuestra sede de Zamudio, aquí en Euskadi, que es donde se concentra el I+D del grupo y se mantiene el centro de decisión. De cara a 2017 esperamos seguir creciendo con nuevos productos y en nuevos mercados aprovechando la tendencia consolidada hacia la automatización de las líneas de distribución eléctrica. De hecho, ZIV está cerrando contratos importantes en Francia, Reino Unido, Holanda etc.

¿Qué es PWN en Euskadi?

-Es un espacio en el País Vasco de PWN global, que es una red internacional que trabaja para ayudar a impulsar el avance de la carrera profesional de las mujeres en todos sus estadios. Se trata de una asociación sin ánimo de lucro basada en el voluntariado que cuenta con cerca de 3.500 miembros de unas 90 nacionalidades diferentes y que está implantada en 20 países. Decidimos impulsar un centro en Bilbao porque los datos muestran que en Euskadi sigue existiendo una gran brecha de género y la vez hay mucho talento femenino. Es una oportunidad para propiciar el crecimiento económico y una sociedad más equilibrada.