MADRID - La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, defendió ayer a los políticos y sindicalistas que usaron las tarjetas negras de Caja Madrid cuando eran consejeros de la entidad financiera. En su opinión, la culpa del escándalo la tienen los directivos de la caja que les entregaron las visas y les dieron instrucciones de cómo había que usarlas. Aunque tres de los consejeros decidieron no hacer uso del regalo, Aguirre entiende que el límite en el uso de las visas no está en la voluntad y la moral de cada beneficiario. La directiva de Miguel Blesa les aseguró que era una prebenda legal y eso les autorizaba a utilizar el dinero de plástico a su antojo.

La controvertida dirigente popular quiso justificar con ese argumento en una entrevista en la Cope su decisión de mantener en el puesto a uno de los implicados en la trama, el gerente del PP madrileño, Beltrán Gutiérrez Moliner. La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, destituyó fulminantemente a Gutiérrez Moliner el jueves, cuando su nombre salió a la palestra.

No ha hecho lo mismo Esperanza Aguirre. Al contrario, aseguró que su gerente no tiene conciencia de haber hecho “nada irregular” y, además, no ocupa un “cargo público” en el partido. También anunció que su estrecho colaborador va a depositar el dinero que gastó con la tarjeta B de Caja Madrid -en torno a 58.000 euros- “por si entendió mal o se lo dijeron mal”. A juicio de Aguirre, a quien habría que “reclamar” es a quien facilitó las tarjetas y hacía “apuntes a mano” y no a las personas que “no tienen ni idea de que fuera irregular”.

La presidenta del PP de Madrid no se olvidó de protegerse a sí misma y añadió que estas “prácticas” no existían en la entidad durante los meses en que fue consejera de Caja Madrid en 1995. Sin embargo, uno de los consejeros implicados, Pablo Abejas, también del PP, asegura que el uso de la black visa se remonta a 1987. En una entrevista en El País, Abejas ha reconocido que llegó a pagar el alquiler y el colegio de sus hijos con ese dinero.

En el escándalo participaron también dirigentes del PSOE y de Izquierda Unida. Por ello, el coordinador federal de IU, Cayo Lara, se mostró ayer “dolido” por la actuación de sus compañeros. “Malditos, mil veces malditos, aquellos que en nombre de la izquierda deterioran sus valores”, afirmó Lara, que pidió que el peso de la justicia “caiga sobre ellos”. “No es de recibo que hayan estado [los implicados], con su actitud, favoreciendo las políticas concretas de los ejecutivos de Caja Madrid, políticas que han deteriorado la misión fundamental de éstas”, acusó. - Efe