Lisboa - Directamente afectado por la crisis que afecta al grupo al que pertenece, el Banco Espírito Santo vivió ayer su jornada más negra, víctima de una hecatombe en Bolsa y acusado de mala gestión por el supervisor financiero luso.
El valor bursátil de la entidad se redujo en un 42% durante las poco más de seis horas que cotizó y sus acciones valen ahora apenas 20 céntimos, cuando hace mes y medio se intercambiaban a 1,1 euros, reflejo de la caída en picado de la que ha sido protagonista la entidad. Además, como consecuencia de las “contingencias” detectadas en sus cuentas desveladas el miércoles, el Banco de Portugal retiró ayer el poder al máximo accionista de la entidad, la familia Espírito Santo, al inhibirle de capacidad de voto, pese a contar con una participación del 20,1% en la entidad financiera.
La divulgación de sus resultados, con pérdidas récord por valor de 3.577 millones de euros, fue seguida de un comunicado demoledor publicado por el banco central luso en el que descalificó la gestión de la administración liderada por Ricardo Salgado, quien abandonó el cargo recientemente después de 22 años como presidente.
También anunció que se analizarán “responsabilidades individuales” y que, en caso de haber “ilegalidades”, no se descarta iniciar acciones judiciales, incluso de tipo penal.
La mala jornada vivida ayer hizo que en todo el continente los parqués bursátiles sufrieran grandes pérdidas. - Óscar Tomasi / Efe