Bilbao - Ainara Martínez y Natalia Juez fueron compañeras de clase durante sus estudios de Periodismo en la UPV/EHU, de piso y de vacaciones con la mochila al hombro. Así fortalecieron una amistad que al poco tiempo de licenciarse les llevó a emprender juntas este negocio de alojamiento a bajo coste. Fue precisamente en uno de sus viajes de mochileras por Grecia, en el año 2007, mientras estaban alojadas en un hostel en Santorini, cuando gestaron la idea de abrir en Bilbao el primer alojamiento de bajo coste al estilo de los youth hostels que funcionaban por Europa, "aunque más pequeño que el albergue municipal de Bilbao, con más encanto y más personal".

Ustedes son ejemplo de superación de dificultades, especialmente en los comienzos de su andadura empresarial. ¿Cómo se afrontan esos difíciles momentos?

-Nos hemos apoyado la una en la otra, dándonos ánimos para no decaer, porque sabemos que al frente del negocio hay que estar a las duras y a las maduras y ser siempre positivas. Además, en los últimos años ha habido una proliferación de hostels que suponen una fuerte competencia y que te hacen pensar siempre en mejorar para tener el albergue lleno, en que la gente esté a gusto? no te puedes acomodar en ningún momento, hay que seguir evolucionado.

Además de la competencia creciente, la crisis ha frenado también el turismo?

-Por supuesto. Incluso hemos tenido que bajar nuestros precios, pese a ser de low cost, como ha sucedido en el resto de Europa.

¿Cuál es su estrategia para hacer frente a la crisis?

-La presencia de la marca en su concepto amplio, en las redes sociales, en internet? Además, tenemos que estar muy atentas a todos los eventos que tendrán lugar en la ciudad para contactar con posibles clientes y que se animen a venir al hostel. Ahora, por ejemplo, nos están llegando estudiantes de 14-15 años de colegios franceses que vienen para alojarse en su viaje de estudios, o de un instituto irlandés que repite todos los años con distinto grupo dentro de su viaje de estudios y cultural en el que hacen estudios de arquitectura.

En este sentido, ¿les beneficia su ubicación?

-Sin duda, porque nuestra ubicación en la calle Morgan, 4-6, en Zorrotzaurre, muy cerca del paseo de Abandoibarra, del Guggenheim..., en definitiva, del escenario de la regeneración arquitectónica de Bilbao, les resulta muy cómoda, incluso para acceder a la Alhóndiga o al Casco Viejo, por ejemplo.

¿Qué les diferencia de otros albergues privados?

-Principalmente nuestro equipo.

¿Con qué equipo cuentan para sacar adelante el negocio?.

-En total somos seis personas. Dos socias trabajadoras más dos trabajadores indefinidos y otras dos personas contratadas para tareas de limpieza.

Ofrecen además un plus cultural...

-Además de gestionar el albergue y puesto que los clientes cada vez piden más información, al final somos como un punto de información turística, para informarles y orientarles en su visita a Euskadi.

Hay que atender cada detalle...

-Sí. lo mimamos todo mucho, que esté todo limpio y cuidado, con una decoración original..., en definitiva, que esté mono porque la gente nos valora todos los días.

¿Qué herramientas utilizan para abrirse mercado?

- Hay que estar en internet, en las redes sociales, es decir, dejarse ver y en ello nos está ayudando nuestra formación en comunicación.

¿Está cambiando el perfil de quienes se alojan en el albergue?

-El mochilero cada vez es más exigente. Por el mismo precio pide más servicios y nosotros debemos saber ir ofreciéndoselos. La calidad se reclama cada vez más. Vamos, que no nos podemos dormir.

¿Cómo afrontan el futuro?

-En un par de años esperamos tener mejorado el tema financiero y cuando no debamos nada pensaremos ya en ampliar horizontes.