Un sector tractor durante décadas que actualmente tiene un solo superviviente
vital en la industrialización de gernika, el esplendor de la actividad cubertera se dio en la década de los 70
Gernika-Lumo. Actividad clave en la industrialización de Gernika, la cubertería hunde sus raíces en la villa foral desde 1917 cuando se funda la Compañía Mercantil Anónima Joyería y Platería de Guernica, más conocida como Jypsa, que sacó al mercado sus productos bajo la denominación Dalia. Casi tres décadas después surge Malta, creadora de Cruz de Malta. Pero aún con dos marcas que resultaron vitales como motores económicos de Busturialdea durante varias décadas, las antaño cercanas competidoras -todas se ubican en el polígono de La Vega- tuvieron que unirse para poder sobrevivir a partir de mediados de la década de los 90.
El chaparrón en forma de prolongada crisis -que hizo quebrar Malta en 2005- les hizo guarecerse bajo un mismo paraguas a través de fusiones. Con un complejo escenario que se prolongó más de una década, 2008 fue el año en el que las entonces eran las dos únicas cuberteras supervivientes unieron fuerzas. Servicios de Mesa de Guernica y su marca Cruz de Malta -creada por extrabajadores de Malta- y Jypsolpas -evolución de Jypsa, y propietaria de Dalia y Meneses- lo hicieron, con 75 trabajadores de ambas firmas que fueron recolocados en una nueva planta en el polígono Txaporta.
Las tres marcas se orienta al canal hostelero y al regalo y el hogar. Y conocidos restaurantes como Arzak, Boroa o Gaztañaga, en Euskadi, y Zalacaín, en Madrid; o importantes cadenas hoteleras como Meliá y Riu han sido provistas de cubiertos de Dalia y Cruz de Malta, dos marcas que durante largos años estuvieron situadas en los primeros puestos del mercado estatal. Esa posición de cabeza, por ejemplo, hizo que la villa fuera considerada como la de los mayores fabricantes de cubertería de Europa durante los años 70. Fue el caso de Jypsa, que años antes instauró el primer ciclo industrial moderno en la fabricación de cubertería y cuchillería, dando paso a renovadores procesos industriales que aumentaron la productividad.
Ese boom de las cuberteras como Jypsa y Malta repercutió positivamente en la localidad foral, que pasaron de 600 trabajadores a más de un millar de operarios en apenas siete años de la década de los 70. La época de bonanza, sin embargo, acabó en los 90. Una profunda crisis provocó una progresiva pérdida de producción -y por consiguiente, empleo- que ha dejado a Servicios de Mesa de Guernica y Cumenager como último superviviente.
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