BILBAO. El máximo responsable de la empresa Astilleros Zamakona, -con astilleros en Santurtzi y Pasaia, de construcción de buques, y Las Palmas, de reparación- se muestra muy crítico con la postura del comisario europeo de la Competencia, Joaquín Almunia.

¿Entiende la decisión de Almunia de obligar a devolver las ayudas de las deducciones fiscales?

No. Creemos que no tiene fundamento jurídico suficiente y que es discriminatoria. Estamos convencidos que en los tribunales de justicia ganaríamos, pero pleitear no ayuda en nada a conseguir nuevas contrataciones.

¿En qué basa sus críticas?

Este señor, Almunia, que dice tener sólidas razones para defender su posición, ha ido variándola en función de las presiones. ¿Cómo puede ser que un día diga que hay que devolver todas las ayudas desde 2002, otro desde 2005, ahora desde 2007? O que diga que primero pagamos todos, luego que los astilleros no, y después que los armadores tampoco. Parece que hay que montar un lobby en Bruselas para obtener unos resultados u otros. ¿Lobbys para qué? ¿Para ir a comer? No sé qué interés tiene en contra de los astilleros.

¿Hay solución?

Vamos a ser claros. El sector tendrá futuro pese a Almunia pero el daño que ha hecho es terrorífico. La incertidumbre generada desde 2011 en que Almunia abrió el expediente y que nos ha tenido en el corredor de la muerte nos ha hecho perder numerosos contratos. En nuestro caso concreto, al menos seis buques para Noruega y Dinamarca. Al final la decisión de Almunia va a suponer al sector estar casi tres años parado porque ahora hay que esperar a que Hacienda decida sobre cómo recupera las ayudas. Todo este proceso ha causado más perjuicio económico que el montante de las ayudas a devolver.

Almunia dice que el sistema español distorsiona la competencia.

¿Alguien se cree que en la construcción naval mundial no hay deducciones fiscales? Los astilleros asiáticos practican competencia desleal en muchos casos. De China, ni hablamos. La flota mundial está financiada casi totalmente por Europa y el dinero para construir los barcos en Corea y China también sale de Europa. La libre competencia en la construcción naval mundial es mentira. Antes teníamos tres puntos de subvención por intereses, ahora tenemos uno y, unos más y otros menos, todos los países tienen sus sistemas.

¿Están notando los efectos negativos de esta problemática?

Sin duda. Entre la actuación de Almunia y la crisis, el resultado es que hemos perdido contratos. Conseguir avales bancarios cada día es más difícil porque los de la banca española no siempre sirven, y además son más caros. Antes nos costaba un aval un 0,16% trimestral, ahora un 0,35% mínimo. El tipo de interés nos ha pasado del 3% al 5,5%. Y claro, cómo todo el mundo sabe que tenemos problemas, si antes un armador para contratarte un barco te pedía un precio un 10% inferior al de su país de origen, ahora un 15%

¿Qué piden a la administración?

Solo que se fije un nuevo sistema de tax lease que sea competitivo en Europa, que permita unas ayudas de cinco puntos. Agradecemos el apoyo que nos brindan, entre otros, el Gobierno vasco y la Diputación Foral. El lehendakari, la consejera Arantza Tapia, o el diputado vizcaino Imanol Pradales están teniendo un comportamiento excelente y están haciendo un esfuerzo extraordinario en defensa del sector de construcción naval en Euskadi.

¿Tienen carga de trabajo en los astilleros?

Afortunadamente sí. Y quiero agradecer a Bermeo y los armadores bermeanos su apoyo. Sin sus contratos de pesqueros lo hubiésemos pasado mucho peor. Ahora en Santurtzi tenemos carga de trabajo para todo 2014 y primer trimestre de 2015 y en Pasaia hay trabajo para todo 2014.