Bilbao
Un laberinto. Así se presenta el mercado laboral para quienes acaban de finalizar sus estudios, sean universitarios o no. El premio deseado, anhelado, merecido en muchos casos y necesario siempre, encontrar un empleo relacionado con el expediente académico que cada cual presenta, es una odisea en muchos casos, una meta escondida entre la maleza. Con un mercado laboral estrangulado hasta el límite, que los jóvenes tengan oportunidades se antoja complicado. La falta de oportunidades ahoga. Y sin experiencia, las puertas parecen de acero blindado.
Por todo ello las becas son una solución cada vez más plausible para quienes buscan experiencia, el único espacio en blanco en muchos currículos. Hay diversos tipos de becas, algunas enfocadas a los estudiantes y otras para quienes ya han acabado sus estudios, pero el objetivo casi siempre es el mismo, que el estudiante o titulado obtenga lo que el mercado laboral les niega: experiencia. Al menos ese es el propósito de la fundación BBK, que tiene un claro objetivo en mente, casi una obsesión, invertir en educación para que los jóvenes preparados puedan abrir esas puertas que parecen estancas y reforzar su formación añadiendo lo que les falta. Al tiempo, el entramado empresarial vasco se beneficia de talentos mejor preparados. Invertir en el desarrollo de programas de formación es algo estratégico dentro de la Obra Social de BBK.
Formarse, acceder a un trabajo, tener unos ingresos fijos, reforzar un currículum muchas veces brillante, conocer un nuevo sector por dentro, crear nuevos contactos, viajar al extranjero y aprender de la experiencia, exponer sus valías… tener en definitiva una oportunidad. Las motivaciones de quienes se interesan por las becas son variadas y diversas. Nekane Ocio, Oihane Garabieta y José Alberto Carrillo son solo tres ejemplos de becarios que siguen enfrentándose día a día a un mercado que no da tregua pese a que su valía está de sobra demostrada. Los tres tienen estudios superiores y decidieron seguir formándose una vez titulados. Los tres han quedado atrapados por la crisis, formando parte de una generación marcada a fuego por esa palabra, casi maldita. Y los tres han sido becarios, una experiencia que valoran "positivamente". Los tres además tuvieron la suerte de seguir trabajando en la empresa que les dio cobijo durante un tiempo extra. "Si te quedas en casa, sentado en el sofá, esperando a que te llamen, vas listo", resume José Alberto, emprendedor por naturaleza. "Hay que salir a buscar las castañas".
Tres ejemplos Él puede dar clases. Salió de su Burgos natal el último año de carrera, para cursar ese último peldaño en Francia. Estudió Comunicación Audiovisual en su ciudad, donde ya realizó prácticas durante un año a la par que iba superando exámenes, pero al licenciarse decidió dar un pasó más y enrolarse en la Escuela de Cine de Bilbao.
Así llegó a Bizkaia, donde se ha afincado y ha creado su propia empresa, junto a unos compañeros de clase. La productora Incromedia es un proyecto "que nació a finales de 2010, por lo que la crisis nos atropelló", resume. "No da para vivir". Por eso, aunque no deja de trabajar en ella, buscó una forma de seguir formándose para aspirar "a trabajar en lo que me gusta", aunque admite haber trabajado en otros sectores. Así llegó la oportunidad de lograr una beca. "Mi hermano me pasó un día un link de las becas BBK y pensé que no perdía nada". Se formó en un curso de lenguajes multimedia para dispositivos móviles y se enroló en unas prácticas de seis meses. Al finalizar la beca obtuvo un contrato de un año, pero la crisis ha vuelto a jugársela y está de nuevo en el paro, apostando de nuevo por el emprendimiento: tiene varios proyectos de negocios on line en marcha y sigue trabajando como freelance en su propia productora.
Nekane Ocio cursó una licenciatura muy diferente, la de administración y dirección de empresas, pero su historia también está marcada a fuego por la crisis. Licenciada por la Facultad de Sarriko, pronto encontró acomodo en una empresa de Sestao al tiempo que apostó por la formación al escoger un máster en organización de empresas industriales. Pero el paro, que atenaza ya el presente y el futuro de seis millones de personas en el Estado, llamó a su puerta. Nekane optó entonces a las becas que cada año ofrece la obra social de BBK. Hizo el curso de compras y aprovisionamiento, especializándose en una tarea que le gustó y en la que espera encontrar acomodo pronto. Cuenta con un arma poderosa, la experiencia que ofrece trabajar en una empresa pequeña. "Tuve la suerte de ir a una empresa en la que trabajé realmente como una técnica de compras. La empresa aprovechó la oportunidad de tener a una becaria haciendo ese trabajo pero yo pude aprender mucho de esa experiencia, más que si no me hubieran dado tantas responsabilidades". Para esa compañía esta baracaldesa trabajó tres meses más de lo previsto. Actualmente su experiencia en aquella beca le sigue abriendo puertas, "pese a que hay muchos ingenieros especializados en ventas que encuentran más facilidades que yo", según admite.
Parecido es el caso de Oihane Garabieta, santurtziarra que apostó por la formación, como José Alberto o Nekane. Estudió administración y dirección de empresas en Elcano, para después realizar un grado de gestión de negocios en Holanda. A su vuelta una amiga le habló de las becas y las opciones que estas ofrecen, por lo que no se lo pensó. Aspiró y logro realizar un curso de técnico de exportación. "Entonces estaba realizando el proyecto final del grado y no tenía nada que perder". La empresa en la que realizó las prácticas la contrató y un año después, con el contrato a punto de expirar ha encontrado acomodo en una firma que conoció a través de la beca. "Yo estoy muy contenta, me ha abierto las puertas al mercado laboral. Estaba recién llegada de Holanda y poco a poco he podido enlazar una cosa con la otra, las prácticas, el primer contrato y este nuevo trabajo". Al igual que José Alberto, Oihane lo tiene claro, "yo me he ido moviendo, si no te mueves no consigues nada. Yo ahora puedo aprender cosas nuevas de mi sector, el de la logística". Es tal su empeño que estando ya trabajando optó por estudiar un master de negocios internacionales.
Los tres están preparados de sobra, pero los cursos a los que BBK les abrió las puertas han sido un escaparate que han aprovechado para dar a conocer su valía.
1.000 becas Las recogidas en estas líneas son solo tres historias entre cientos. La fundación BBK el año pasado, por ejemplo, ofreció algo más de 1.000 becas entre las diferentes ramas que ofrece cada año.
Estudiantes y titulados tienen la opción de apostar por la formación gracias a la amplia oferta de becas de la obra social de BBK, que en 2012 destinó 1,4 millones de euros a este fin. Es una apuesta "estratégica", tal y como señala Arantxa Gandariasbeitia, responsable de BBK Fundazioa en lo relativo a becas y financiación social. "Intentamos dejar a los jóvenes en una mejor situación para mejorar su empleabilidad. Entendemos que es una inversión en educación que da beneficios a los propios afectados pero también al conjunto de la sociedad, porque tendremos jóvenes mejor formados, listos para las demandas de las empresas vascas".
BBK entiende que las becas fomentan el desarrollo de las competencias básicas entre los jóvenes, que les ayudan a desarrollarse como individuos y que fomentan la movilidad, ya que la formación en el extranjero es una de las líneas más importantes para la fundación.
De hecho, en 2012 se ha destinado una parte importante del presupuesto de las becas al programa Global Training, que las tres cajas de Kutxabank han desarrollado junto al Gobierno vasco. En total, 100 becarios han tomado parte en esta iniciativa, de entre los cuales 57 procedían de Bizkaia en 2012. Son menores de 30 años, titulados y que dominan el inglés o algún otro idioma extranjero. Se trata de una novedad, ya que en 2011 se realizó una primera prueba piloto pero ha sido en 2012 cuando se ha desarrollado el programa, que contaba con un presupuesto de 1,5 millones de euros para las tres cajas.
Este programa se integra en el de las prácticas laborales en empresas, que son una de las principales líneas estratégicas del amplio programa de becas de la caja vizcaina.
Los 100 participantes en 2012 han realizado prácticas laborales internacionales, en países de toda Europa, principalmente. Destacan empresas como Microsoft o la Fuente de Espalación de Neutrones de Suecia, que han contado con la experiencia de los jóvenes vascos sobradamente preparados.
El principal objetivo de Global Training es continuar acompañando al tejido empresarial en el proceso de internacionalización, aportando trabajadores con un elevado grado de capacitación y talento.