BILBAO. La dirección de la planta de Formica en la localidad vizcaina de Galdakao tiene previsto presentar en la mañana de hoy al comité de empresa el expediente de regulación de empleo (ERE) para proceder al cierre de la actividad, según fuentes sindicales. La dirección de la empresa y los asesores externos serán los encargados de transmitir la fórmula elegida para parar definitivamente la producción en la empresa especializada en laminados a alta presión decorativos con destino al sector de la construcción y muebles de cocina.
Los dueños de Formica, el grupo neozelandés Fletcher Building, ya han comunicado a los trabajadores que el cierre de la planta de producción es "irrevocable" lo que dejaría en el desempleo a un colectivo de unas 180 personas. En principio hoy está previsto que se comuniquen las condiciones del ERE y las personas afectadas ya que la dirección del grupo insiste en trasladar la producción de la factoría vasca a la otra planta del grupo Formica en el Estado español, la de Albal, en Valencia. No se descarta mantener en Euskadi el almacén para el norte peninsular.
Fletcher Building se ratifica así en el cierre de Galdakao sin dar opción alguna a los trabajadores de plantear alternativas para incrementar la competitividad de la planta.
La decisión ya se venía barruntando desde hace dos años cuando el entonces máximo responsable del Grupo, Jonathan Ling, comunicó a los accionistas su intención de reducir su presencia en España ante la fuerte caída de la demanda de la construcción tras la crisis de 2009. Ling justificó la medida en las malas perspectivas del mercado español para los próximos diez años y en el hecho de que los costes laborales por hora de trabajo eran similares en España que en el Reino Unido "aunque en Inglaterra la hora trabajada es más productiva".
Pese a que los trabajadores de Formica han demostrado que la relación calidad-precio de Galdakao es superior a otras plantas, la dirección británica del grupo no ha dudado en esgrimir los mayores costes salariales nominales de Galdakao para justificar la concentración de toda la producción en Valencia.
El grupo Fletcher Building, dueño de Formica desde 2007, ya ha provisionado unos 16,5 millones de euros como costes del cese de la producción en la planta vasca. Pese a ello, Formica no quiere abandonar el mercado español donde es líder, entre media docena de competidores, con una cuota de mercado del 49%, según datos del propio grupo. Una fuerte posición competitiva que sólo es mejorada a nivel mundial en Escandinavia, con el 65% de cuota de mercado, y en Sudáfrica, con el 60%, y con cifras similares a las españolas en Tailandia, Taiwan y Canadá.
El comité de empresa de Formica calificó el pasado mes de julio como arbitraria la decisión de parar la producción en la fábrica de Galdakao, tras haber invertido en el último año 1,5 millones de euros en la adquisición de nueva maquinaria.
Los trabajadores recordaron que la planta de Galdakao mantiene altos estándares de calidad y se beneficia de ser la única de Formica Europa que elabora en la misma factoría los barnices de los laminados decorativos de alta presión que fabrican.
El accionista neozelandés Fletcher Building insiste en que la caída de la demanda en la construcción en España en los últimos cuatro años aconseja concentrar toda la producción en una de las plantas del Estado. Argumenta que Galdakao solo utiliza un 35 % de su capacidad y Valencia, el 85 %. La compañía, según su máximo responsable actual Mark Adamson, ofrecería mantener una parte de la administración en Bilbao y el traslado de un turno de unos 30 trabajadores a Valencia.
Mientras tanto, el Ayuntamiento de Galdakao, la Diputación de Bizkaia y el Gobierno vasco están sondeando la posibilidad de que un grupo de inversores vascos pudiera adquirir la planta de Formica en Galdakao y mantener la actividad para lo que ya han establecido contactos con los responsables de la compañía en Inglaterra aun reconociendo la dificultad del acuerdo.
Una posible solución pasaría por un acuerdo por el que el grupo neozelandés cedería el uso de la marca Formica al grupo inversor vasco en los mercados tradicionales de las plantas del Estado español y a cambio se evitaría los costes del cierre. La multinacional neozelandesa cuenta con cinco plantas en la UE, dos en el Estado -Galdakao y Albal (Valencia)-, dos en Reino Unido -North Shields y Newton Aycliffe-, y una en Kolho (Finlandia).