BILBAO. La economía de la eurozona se va a contraer este año, según las previsiones de la Comisión Europea. Ello, combinado con una Europa hiperendeudada, está generando un empobrecimiento general del Viejo Continente hasta tal punto que las grandes compañías multinacionales ya han cambiado sus tácticas comerciales tras lanzar un aviso a los cuatro vientos: "La pobreza vuelve a Europa".
Es lo que ha hecho al menos la compañía anglo-holandesa Unilever, un gigante del sector de bienes de consumo: desde productos de alimentación a productos de limpieza, titular de varias de las marcas más conocidas y reconocidas del mundo.
Unilever -empresa presente en Euskadi a través de la propiedad de la empresa vizcaina Unilever Foods Agra (Leioa) donde fabrica cerca de 100.000 toneladas anuales de margarinas y salsas de primeras marcas, como Flora, Tulipán, Artua, Ligeresa, Calvé y Helmann's- empieza a plantearse utilizar en Europa estrategias de mercado similares a las que usa en países más pobres como los emergentes.
"La pobreza regresa a Europa", reconoce el responsable para el Viejo Continente de la tercera mayor compañía mundial de productos de consumo, Jan Zijderveld, en declaraciones al diario alemán Financial Times Deutschland. "Si un español únicamente gasta una media de 17 euros en cada compra, entonces no puedo, por ejemplo, venderle detergente por la mitad de su presupuesto", según explica.
El impacto de la actual crisis en los hábitos de los consumidores ha llevado a la compañía anglo-holandesa de alimentación y productos de consumo ha replantarse su modelo de negocio aplicando en Europa estrategias propias de mercados emergentes, dosis más pequeñas, marcas más baratas... ante lo que prevé que será una vuelta a la pobreza en la Unión Europea. Con menos renta disponible, los consumidores europeos apuestan por el precio como elemento supremo de compra, algo que no se cansan de recordar los responsables de las grandes cadenas de distribución.
En este contexto, se entiende el auge de los productos low cost y la apuesta por los grandes fabricantes por introducir segundas marcas más baratas, o nuevos formatos más económicos, ante el crecimiento de los productos del distribuidor o de marca blanca que ya alcanzan el 30% de cuota de mercado en Europa y superan el 40% en España.
De este modo, el consejero delegado en Europa de la compañía propietaria de marcas como Knorr, Lipton, Skip, Rexona, Pond's o Helmann's apunta la intención de Unilever de trasladar a Europa estrategias ya probadas en mercados emergentes, como los asiáticos tipo Indonesia. De hecho, el diario alemán señala que Unilever ha comenzado a vender en España detergente bajo la marca Surf en un formato con dosis para únicamente cinco lavados, mientras que en Grecia la multinacional ya ofrece mahonesa y puré de patatas en paquetes individuales, mientras que vende productos básicos como aceite de oliva bajó marcas baratas locales, una estrategia utilizada en el Reino Unido.
Pero Unilever no ha hecho más que descubrir una realidad que en España compañías como Mercadona ya han sabido anticipar y de ahí su crecimiento en medio de la crisis. La cadena valenciana ha logrado desbancar al otrora imbatible El Corte Inglés como firma del sector más grande y más rentable. Centrada en el negocio de la alimentación, más resistente a la crisis que otras ramas de la distribución porque hay que comer todos los días, y gracias a su apuesta por la marca blanca y los precios bajos, Mercadona ha consolidado un negocio en 2011 que confirma su éxito entre el público. La cadena vendió 16.448 millones de euros, con un beneficio de 474 millones, el 19% más.
En el mundo automovilístico, segundas marcas como la rumana Dacia, del grupo Renault, se han hecho con un hueco en el mercado español impensable hace una década. Lo mismo ocurre con las compañías de telefonía móvil virtual tipo Yoigo que crecen a costa de los gigantes del sector.
Así se confirma que el empobrecimiento de los europeos se refleja en el auge del precio barato y de las segundas marcas como ha descubierto el gigante Unilever.