MADRID. El punto de inflexión se produjo en junio de 2009, en el que José María Ruiz-Mateos aseguró que, "de ser poco menos que unos mimados (...), hemos pasado a ser como unos delincuentes peligrosos para la entidad, con muestras claras de desconfianza y actitudes durísimas que, sinceramente, ni entendemos ni nos las merecemos".

En una de las últimas cartas aportadas a los medios de comunicación, datada en septiembre de 2010, Ruiz-Mateos se dirigía a Botín para pedirle que recibiera a sus seis hijos varones, lo que en caso contrario -dice la misiva-: "sería un grave error por tu parte, pues dejarías de ser el ombligo de oro del mundo, y debes saber que los banqueros sois los más odiados de la sociedad en la que vivimos. Tu sabrás...".

La correspondencia de los años anteriores refleja, sin embargo, un sinfín de elogios hacia el presidente del primer banco español, al que Ruiz-Mateos le llegó a enviar un DVD con la fiesta de fin de año de su familia, los spots televisivos de Nueva Rumasa o una figura de la Virgen de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba.

"Sin duda pasarás a la historia como el mejor banquero del mundo", afirmaba el patriarca de los Ruiz-Mateos, que en otra excéntrica carta también decía sentirse "estupefacto y emocionado por tu situación de privilegio en el mundo entero".

José María Ruiz-Mateos también agasajó con decenas de cartas al responsable de riesgos del Banco Santander, Javier Peralta, que llegó a recibir incluso varias en el día.

"Dios te ha dotado de cualidades inconmensurables en el terreno profesional y al mismo tiempo una bondad infinita al servicio de los demás", dijo en una de ellas, mientras que en otra afirmaba que "eres un tesoro para el Banco que administras tan magistralmente y con tanta sabiduría".

Los halagos estaban presentes en todos y cada uno de los escritos que remitió al directivo del Banco Santander, al que incluso agradeció que pasara de considerarle un "expropiado" a un "influyente" empresario.

"Como cosa jocosa, quiero que sepas que, cuando uno de nuestros ejecutivos destaca en su gestión de manera acertada, le felicitamos diciéndole que es un 'Peraltino' en potencia (en otras palabras, un fuera de serie)", llegó a afirmar en otra de sus cariñosas misivas, cuando todavía existía el amor.