BILBAO. La instalación de la planta de coque en la refinería de la empresa Petronor en Muskiz sigue su marcha y este fin de semana se ha procedido a la instalación definitiva de las cámaras de coquización de la URF, la Unidad de Reducción de Fueloil, en la planta vizcaina. El viernes a primera hora quedó colocada la primera de ellas y el sábado a última hora quedó finalmente situada la segunda.
Esta fase de construcción forma parte de un importante proyecto inversor, cifrado en unos 820 millones de euros, realizado por la compañía filial del grupo Repsol YPF para mejorar la rentabilidad de la refinería mediante el aprovechamiento del fuel óleo producido en el proceso de refino del petróleo para obtener otros hidrocarburos de mayor demanda en el mercado durante los próximos años.
Según fuentes de la compañía presidida por Josu Jon Imaz, la instalación de las cámaras de coquización concluirá en las próximas semanas con el montaje de las estructuras metálicas que rodearán a las citadas cámaras y que permitirán, afirman en Petronor, llevar a cabo las futuras actividades de operación y mantenimiento de las instalaciones de la forma más segura.
Las dos cámaras, -de 485 toneladas de peso, 43 metros de alto y 10 metros de diámetro-, fueron trasladadas a la refinería por carretera mediante un transporte especial desde el Puerto de Bilbao, donde llegaron desde la planta de Duro Felguera, en Asturias.
La construcción del denominado proyecto URF, con un presupuesto del orden de los citados 820 millones de euros, acumuló ciertos retrasos iniciales por la oposición vecinal al mismo lo que ha causado a Petronor pérdidas del orden de los 30 millones de euros por el incumplimiento de los plazos fijados con algunos contratistas de la obra. Ahora, según la compañía, la inversión ha tomado la velocidad de crucero prevista y la obra iniciada hace un año se prevé que este finalizada a finales de la primavera del próximo 2011.
Aprovechar el fuel óleo La refinería de Petronor es la más moderna del Estado español y en sus orígenes procesaba crudos pesados con altas tasas de azufre procedentes de México. La necesidad de producir combustibles con menos residuos contaminantes ha acelerado las inversiones en la planta pero en los últimos años su rentabilidad, históricamente muy alta, estaba en cuestión, según fuentes empresariales, por las dificultades de dar salida en el mercado a uno de los productos del refino: el fuel óleo, cuya demanda ha caído en picado por su sustitución, en la generación eléctrica o en la calefacción, por combustibles menos contaminantes como el gas natural.
Como buena parte del fuel óleo, que se obtenía en el refino tras otros productos más ligeros como las gasolinas o el gasóleo, se utilizaba en la térmica de Iberdrola en Santurtzi, Petronor no tenía mayores problemas. Pero al cesar la eléctrica la utilización de dicho combustible en la generación eléctrica, Petronor no veía forma de obtener rentabilidad a un producto de bajo valor económico, difícil de manejar, pero importante en volumen pues supone la cuarta parte de la producción de la refinería vizcaina.
Por ello, Petronor ha puesto en marcha una planta de coque que permite, mediante un proceso que incluye el calentamiento a 800 grados del fuel, obtener del citado combustible otros más demandados como el butano, gasolina y gasóleo.
La empresa asegura que esta planta es vital para mantener la rentabilidad de la refinería pero los vecinos opuestos a la iniciativa alegan que en su momento se esgrimió argumentos similares para justificar la instalación de la planta IGCC.
Petronor cerró su último ejercicio conocido, el de 2008, con unos 133 millones de euros de beneficio tras procesar 10,7 millones de toneladas de petróleo.