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Los vuelos baratos y la pujanza de los trenes de alta velocidad amenazan el sueldo de la plantilla de Iberia

La congelación salarial a los tripulantes de cabina, primer intento de Reducir costes Una azafata de Iberia gana 46.650 euros al año de media, según fuentes sindicales, y 50.000, según la empresa

Los vuelos baratos y la pujanza de los trenes de alta velocidad amenazan el sueldo de la plantilla de IberiaFoto: Zigor Alkorta

BILBAO. Los paros de los tripulantes de cabina de la antigua compañía de bandera española Iberia no son más que el reflejo de la delicada situación a la que se va a enfrentar en los próximos años la empresa si no consigue reinventarse para hacer frente con éxito a las dos amenazas que le acechan: la competencia de las nuevas aerolíneas de bajo coste, low cost, y de las nuevas líneas de trenes de alta velocidad AVE que unirán en menos de una década las principales localidades del Estado español.

En esta tesitura, los directivos de Iberia, con su nuevo presidente Antonio Vázquez a la cabeza, quieren recortar sustancialmente los costes operativas de la compañía en los vuelos de corto recorrido y para ello han empezado por imponer una congelación salarial a los trabajadores, en este caso los tripulantes de cabina (TCP), los azafatos y azafatas, que perciben un salario medio de 46.500 euros al año, según fuentes sindicales, y 50.000, para Iberia, y que han respondido con una huelga. Para la compañía, el citado colectivo no puede representar unos costes que duplican los de algunos competidores low cost.

La contrapartida está, aseguran los tripulantes de cabina, en la mayor calidad del servicio. Obviamente no es comparable el servicio en torno a un vuelo de Iberia que en uno de Ryanair, el paradigma de las aerolíneas de bajo coste. Una compañía, la irlandesa, que considera el avión poco más que un autobús semiurbano, donde la máxima es realizar vuelos cortos continuamente con el servicio mínimo, sin estructuras para la emisión física de billetes, atendiendo el menor número de equipajes, sirviendo las menores bebidas y comidas a bordo porque cuantos menos servicios se presta menos costes, incluidos los de limpieza y logística, y menos tiempo con el avión parado en tierra entre vuelo y vuelo.

Más barato ¿Está usted dispuesto a pagar más por ese plus de servicio? Pues depende, pero en vuelos cortos parece que no. Un ejemplo: Un billete Santander-Madrid, para el jueves 29 de octubre a las 18.50 horas cuesta con Ryanair, según su web, 78,5 euros. El mismo vuelo, minutos más tarde, a las 19.15 horas, con Iberia cuesta 284 euros, según la web de la compañía. El resultado es fácilmente imaginable, buena parte de la clientela, -parte de ella no se imaginaría desplazarse en avión si no fuese por estos billetes tan baratos-, elige la low-cost. Iberia también tiene tarifas especiales, incluso más baratas que la irlandesa para un vuelo Santander-Madrid, pero a las 7.40 de la mañana. Y es una excepción, no la regla.

Costes más altos Iberia, y Air France, Alitalia... la gran mayoría de las antiguas aerolíneas europeas de bandera, no puede competir en costes por sus mayores estructuras en tierra y por sus más caros trabajadores pues tras décadas de convenios tienen unas condicionales laborales, salariales y de todo tipo, que difícilmente encontrará un tripulante de cabina de Ryanair.

Las low cost ganan Y las cifras no engañan. Las aerolíneas de bajo coste transportaron durante los ocho primeros meses del presente año, por primera vez en la historia, más de la mitad de los pasajeros que llegaron a los aeropuertos del Estado español. Según datos del Ministerio de Industria y Turismo de los 38,1 millones de pasajeros que llegaron por avión a España, las low cost transportaron 19,1 millones, un 6,7% menos, mientras que las tradicionales fueron utilizadas por 19 millones, un 12,9% menos.

Y falta el tren de alta velocidad. El AVE Madrid-Barcelona, una línea en el límite de la distancia máxima para competir con el avión, le ha arrebatado a las aerolíneas el 45% del antes lucrativo puente aéreo entre la capital y la Ciudad Condal. En la línea Madrid-Sevilla, el tren captó el 70% del tráfico. Y es sólo un ejemplo de lo que se espera cuando operen otros trenes en otras líneas.

Mientras tanto, Iberia quiere reducir costes y crear una nueva compañía para las rutas internas que alimente su gran activo: las conexiones del Atlántico Sur.