Las tarjetas de crédito están sustituyendo paulatinamente al dinero en muchos de los pagos que realizamos cotidianamente. Una tendencia que se incrementó con la pandemia pero que ha venido para quedarse.

Todo el mundo conoce y utiliza las tarjetas de débito y crédito. Las de débito cargan a tu cuenta bancaria de forma inmediata las compras que realizas. Las de crédito descuentan el importe de forma aplazada a unas fechas concretas según la modalidad de pago que hayas acordado con tu entidad bancaria. En estas tarjetas de crédito se aplican dos formas de pago: diferido, en las que las compras se cargan normalmente a fin de mes (o en un día concreto) y sin intereses; y las de pago aplazado, con las que tienes que tener mucho cuidado ya que sí conllevan el pago de intereses. Son las polémicas tarjetas revolving, cuestionadas por los altos intereses a veces rozando la usura, que pueden llegar a cobrarte.

Pero además las principales entidades bancarias disponen ya para sus clientes de las tarjetas mixtas que unifican en un solo plástico las características de las de débito y las de crédito. Estas tarjetas mixtas permiten el pago a crédito, pero además facultan a su titular a retirar dinero en los en cajeros automáticos a débito sin tener que pagar las odiosas comisiones.

Las tarjetas híbridas son más completas y pueden funcionar como débito o crédito para cualquier operación. Son un dos en uno en el que tú decides qué fórmula de pago te conviene en cada momento.

El funcionamiento de las tarjetas híbridas es variado. En algunas tarjetas, el pago mediante contactless se anotará siempre a débito, mientras que si introduces la tarjeta en el datáfono será a crédito. En otras, se configura la forma de pago predeterminada en la aplicación de la entidad. Otra modalidad de tarjeta de algunos bancos dispone de dos caras diferentes, cada una con una forma de pago (débito y pago a plazos) para que puedas diferenciarlas con claridad y comodidad. Al haber tanta variedad debes aclarar bien con tu banco los intereses que pueden suponer un pago aplazado y leer bien la letra pequeña, ya que a veces no somos conscientes de ello y no llevamos sustos al recibir el extracto.

Pago con tarjeta de una operación on line. Freepik

Al tener un función de crédito los intereses pueden ser altísimos, rondando o superando el 20% para los pagos a más de dos meses. A lo que hay que sumar el coste de mantenimiento anual, muy superior al de las tarjetas de débito.

En definitiva, saber las condiciones de tu tarjeta te permite adoptar la mejor decisión sobre cuando usarla o no hacerlo.

Ventajas

  • No necesitas llevar encima dos tipos de tarjetas.
  • Eliges el método de pago y puedes gestionar de manera más efectiva tus finanzas.
  • Mayor aceptación que las de débito, al disponer de la opción de crédito se admiten en algunos establecimientos que así la requieren.

Desventajas

  • No todas las tarjetas híbridas te permitirán modificar libremente la forma de pago.
  • Entérate bien bajo qué modalidad se emite por defecto antes de utilizarla. Cámbiala, si lo consideras conveniente.
  • Ten clara la forma de pago antes de utilizarla para financiar aquellas compras y pagar intereses solo en los casos deseados.
  • No te olvides de informarte sobre la comisión que tendrás que pagar por el uso de la tarjeta y de la diferencia que puede haber entre su uso a débito o a crédito.
  • Exige una mayor control del saldo de tu cuenta sobre la que se carga el débito, así como revisar ambos, límites y saldo, frecuentemente.