Miles de toneladas de petróleo, ecosistemas y especies arrasadas, hasta 200.000 aves marinas muertas, y muchísimos meses sin poder pescar. Son las consecuencias que dejó tras de sí el hundimiento del 'Prestige', uno de los peores desastres medioambientales en Europa hasta la fecha.

Y es que se contaminaron gravemente casi 3.000 kilómetros de costa, desde Portugal y Galicia hasta Francia. Así lo sostiene el coordinador de Greenpeace de Galicia Manoel Santos, que defiende que “nunca se hizo justicia” tras esos hechos. Y es que el único que fue declarado culpable, y pagó las consecuencias, fue el capitán Apostolos Mangouras. “En absoluto se ha hecho justicia. No se sentaron en el banquillo los principales responsables de la gestión ni tampoco de la catástrofe”, insiste.

Ya que como sostiene el coordinador de la organización, “las empresas de combustibles fósiles y petróleo son un entramado que actúa con total impunidad, y es difícil depurar responsabilidades”.  Y expone uno de los motivos: el barco contaba con bandera de Bahamas, la armadora era liberiana, el gestor griego, la aseguradora inglesa, la certificadora norteamericana, y la carga era de un ruso que tenia su empresa en Suiza. ¿Y en qué deriva? Según Santos todo ello provoca que eludan responsabilidades en caso de catástrofe “como ocurrió en este caso”.

De hecho, en Galicia ya había antecedentes de desastres similares. Sin embargo, el coordinador de Greenpeace sostiene que “no estaban preparados, ni siquiera había un buque anticontaminación en toda la comunidad”. 

Era un barco en malas condiciones. Así se concluyó, ya que como expone Santos, el petrolero contaba con planchas corroídas, “algo que confesó el capitán Mangouras, así como el anterior capitán que renunció a seguir navegando en esas condiciones”. 

Sin embargo, incluso tras el accidente se rechazó durante veinte días la ayuda inglesa. “ Iba a ser una catástrofe igualmente pero alejar el barco hizo que lo que ocurriera no fuese que se hundió, sino que lo hundieron”, denuncia Santos. “Si haces navegar a un barco en esas condiciones, con olas de ocho metros, viento... evidentemente la catástrofe va a ser tremenda, pero acabó siendo una a escala continental”. Y es que se contaminaron casi 3.000 kilómetros de costa “por llevar el buque de un lado a otro durante días”.

Las consecuencias económicas también fueron innumerables, ya que la Fiscalía cifró las pérdidas en más de 4.000 millones de euros y “hasta ahora no se ha cobrado ni un 4%”, exclama. De hecho, el juicio que fue 10 años después aún se está litigando en Londres “a ver si se consigue indemnización”. “No es que salga barato causar un desastre como este, es que sale prácticamente gratis”.

Puede repetirse

Tras 20 años de aquella catástrofe, todavía hoy las condiciones para que ocurra algo similar siguen ahí. Así lo defiende el coordinador. Y es que el corredor de Fisterra, que es una autopista que pasa frente a las costas gallegas por donde pasan 36.000 barcos al año, y el 35% son de mercancías peligrosas. 

Por eso, “si seguimos siendo una sociedad tan dependiente de los combustibles fósiles que cada vez transporta más por los mares, las condiciones para que se repita siguen ahí”. E igual de pesimista se muestra con la gestión de la misma, ya que recuerda que las personas que lo gestionaron siguen sosteniendo que alejar el barco fue una buena decisión.

Consecuencias

En cuanto a las consecuencias actuales en el medioambiente, Santos apunta a que el ecosistema marino lo único que necesita para regenerarse, y rápido es “que lo dejemos en paz”.

20 aniversario del 'Prestige' | "Me embarqué en el primer barco que salió a quitar lo de la ría como fuera"

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Sin embargo, recuerda que “hay que abandonar los combustibles fósiles por el cambio climático. Y hay alternativas, como energías renovables, que son mas limpias, baratas y justas”. Así, aunque no son inocuas porque la presencia humana no lo es, pero esta industria pone al planeta en riesgo. Por eso, defiende que se necesita un tratado global de lo océanos, para proteger el 30% de las aguas en alta mar.

Y zanja con una lectura positiva: “La respuesta de la sociedad civil, fue el mayor acto colectivo en defensa de la naturaleza que recordamos. Cogieron el timón de esta catástrofe. Y gracias a eso, el accidente del 'Prestige' no fue aún más devastador”.