Iurgi Gorostiza Laka es la persona en la que confía Iñaki Goikoetxea Sagua, patrón de la Lekittarra, para completar satisfactoriamente las maniobras de ciaboga. Este mendexarra rema en la proa de la trainera de Isuntza y es uno de los elementos más veteranos del equipo. Se muestra satisfecho con el desarrollo de la temporada y valora muy positivamente la brecha de 23 puntos que mantienen respecto al undécimo clasificado, San Pedro. No obstante, en Lekeitio no olvidan el desastre acontecido en agosto de 2022 cuando un aciago fin de semana con últimos puestos en las regatas de Ondarroa y Castro, les hizo perder 18 puntos de renta y caer al penúltimo puesto de la clasificación.
Vienen de completar un fin de semana un tanto atípico, con un undécimo puesto en Getxo y un sexto en la regata de Lekeitio.
—Así es. El sábado hicimos la peor regata de la temporada, tanto a nivel sensaciones como por resultado, con un undécimo puesto. Al día siguiente sin embargo, completamos una de las mejores pruebas del curso y nos impusimos con claridad en nuestra tanda por delante de un rival potente como Ondarroa para terminar sextos en la clasificación final de la bandera. Quedamos muy satisfechos con el trabajo realizado el domingo ante nuestra afición.
El sexto puesto en Lekeitio les permite empatar con Cabo y saltar a la segunda tanda.
—Bogar en la segunda tanda no era uno de nuestros grandes objetivos antes de comenzar la temporada pero está claro que si nos toca competir en la segunda serie eso quiere decir que estamos entre los ocho primeros de la clasificación y eso es lo importante.
¿Alcanzado el ecuador de la Eusko Label Liga, tras diez regatas disputadas y una ventaja de 23 puntos sobre el undécimo clasificado, todavía miran de reojo a la parte baja de la clasificación?
—Si quieres que te diga la verdad yo lo sigo haciendo pero lo cierto es que tras los resultados de la última regata no creo que vayamos a pasar ningún apuro para evitar los dos últimos puestos de la clasificación. No obstante, tenemos muy claro que en el remo pueden pasar cosas muy extrañas y no olvidamos lo acontecido en un fin de semana de hace dos temporadas en el que perdimos 18 puntos de ventaja y entramos en problemas. Normalmente tales hecatombes no suelen repetirse con asiduidad pero en el deporte hay que estar preparado para todo.
En las regatas disputadas en la primera mitad de la temporada Isuntza ha vuelto a demostrar que se desenvuelve mejor entre las olas que en aguas mansas.
—Los resultados dejan bien claro que nuestras mejores regatas se han producido en escenarios con mar revuelta, en Donostia y en la bandera de Lekeitio el domingo.
Todas las temporadas se disputan varias regatas en el campo de regatas de Lekeitio. Hay quien dice que la peor calle es la cuatro y otros no quieren ver la uno ni en pintura.
—Es cierto que la calle cuatro tiene muy mala fama en Lekeitio. No obstante, las condiciones meteorológicas inciden de manera directa. No es lo mismo que el viento sople con fuerza del noroeste o lo haga del nordeste. La cosa cambia mucho. Tres cuartos de lo mismo sucede con las corrientes. El domingo tiraban hacia fuera.
¿Cómo está viendo la Eusko Label Liga tras la disputa de las diez primeras regatas?
—La mar nos va ubicando en el sitio que nos corresponde. Una trainera está por encima del resto y de vez en cuando alguna otra es capaz de dar la sorpresa. A Orio le veo bien y Hondarribia no está ofreciendo el nivel que todos esperábamos. Tras ese grupo de cinco equipos aparece un segundo pelotón en el que luchamos Getaria, Ondarroa, Lekittarra, Cabo y Kaiku en las últimas regatas. Por debajo, San Pedro y Bueu están sufriendo mucho. Había que ver la alegría del equipo gallego cuando el domingo en Lekeitio lograron eludir el último puesto.
Todos los entrenadores realizan cambios en su tripulación. Usted, sin embargo, no se pierde una regata.
—No sé por qué será. Quizá porque soy un remero veterano o porque no hay otro compañero para ese puesto. Afortunadamente tanto el entrenador como el equipo confían en mi. Físicamente me encuentro muy bien y las lesiones me están respetando estos últimos años. Estoy muy contento con remar todas las regatas.
Después de 17 temporadas en la proa de la trainera de Lekeitio con Iñaki Goikoetxea Sagua en la popa como patrón supongo que se entenderán a ciegas incluso.
—Son muchos años juntos en los dos extremos de la embarcación y nos entendemos perfectamente. Además, mantengo una relación excelente con él fuera de la trainera. Todos conocemos a Sagua y es una persona con la que resulta muy sencillo llevarse bien.
La atención de los focos se la llevan siempre los patrones aunque la labor del proel es esencial en las maniobras de ciaboga. Sólo aparecen en las noticias cuando cometen algún error.
—Sinceramente no me parece que la labor del proel esté infravalorada. La responsabilidad de completar correctamente una ciaboga corresponde al patrón y al remero de proa, para bien y para mal, aunque la maniobra la realiza todo el equipo. Creo que se valora nuestro trabajo en su justa medida.
Usted es el primer remero en comprobar que han cometido un error y la baliza ha quedado por estribor. ¿Le ha sucedido alguna vez?
—Hace un año, en la segunda ciaboga de la bandera de Getxo. El sábado comentábamos como anécdota que el año pasado finalizamos en décima posición en esa regata después de haber fallado en una ciaboga y este año nos clasificamos en penúltimo lugar a pesar de no haber sufrido ningún percance.
Todavía recuerdo la imagen de que fuera proel de la trainera de Isuntza, Ibon Bengoetxea, perdiendo el equilibrio en una maniobra de ciaboga y cayendo a las aguas de la ría en Santurtzi.
—Afortunadamente nunca he terminado en el agua ni en regata ni en entrenamientos. Sí he tenido percances como resbalar y perder el equilibrio dentro de la trainera. Otra vez, en el proceso de aprendizaje, me aplasté los dedos con el remo de trincar.
En regatas con mala mar, en ocasiones el proel aparece suspendido en el aire y lejos del agua. Hay quien opta por ir sujeto a su tosta para evitar salir por los aires a causa del oleaje. ¿Suele usted ir amarrado a la bancada?
—Si te digo la verdad en pocas ocasiones he optado por fijarme a la tosta porque eso te limita bastante a la hora de realizar la maniobra de ciaboga. Este año remé amarrado a la tosta en el campeonato de Euskadi disputado en la Concha porque la mar presentaba un estado muy complicado.
17 temporadas remando en trainera y a punto de cumplir 35 años. ¿Se le pasa por la cabeza la posibilidad de colgar el remo?
—Esa pregunta me la hago con frecuencia, principalmente al término de la temporada. Me encuentro bien físicamente y estoy a gusto con lo que hago. Mientras siga así continuaré remando.
La edad media de las plantillas de los equipos de la Eusko Label Liga es cada vez más elevada. ¿Qué diagnóstico realiza un remero experimentado como usted de la situación que vive el remo?
—Es indudable que la edad media de los remeros es cada vez más alta. Pero también es cierto que vienen remeros jóvenes pegando fuerte. Ahí está el ejemplo de Ondarroa esta temporada. En Isuntza también tenemos chavales jóvenes en la trainera y nuestros juveniles han demostrado un gran nivel y les esperamos para la próxima campaña. Nuestro club rebosa actividad con muchas chicas y chicos en categorías inferiores.
Queda menos de un mes para la disputa de la clasificatoria de la Concha. ¿Miran de reojo a la cita donostiarra?
—Las regatas de la Concha siempre está en la cabeza de todo remero de trainera. En mi caso, nunca he tenido la oportunidad de remar en la bandera de Donostia a pesar de haber competido en todas las clasificatorias desde 2009. Es una espina que tengo clavada. Es un anhelo personal, bogar en la Concha con mi trainera y con mi equipo.